“Hace ocho años que mi madre falleció...”
Entre rosas, rezos, conformidad y quebranto, decenas de personas se congregaron en los diferentes camposantos de Santo Domingo para rendir tributo a las almas de sus seres queridos.
El paseo por un cementerio, que casi siempre se pinta tétrico, ayer lucía confuso ante las diferentes actitudes de las tantas personas que acudieron ante la tumba de sus seres queridos para rendirles honor con la llegada de lo que los católicos consideran el “Día de los Fieles Difuntos”.
Más de uno iba con una sonrisa, mientras otros llevaban el lamento en la mano sentándose ante los sepulcros a recordar aquellos momentos sagrados que atesoran con ese ser querido que hoy les falta.
“Hace ocho años que mi madre falleció. Vengo con frecuencia pero días como hoy vengo y le limpio su tumba mientras le rezo el Ave María y el Padre Nuestro”, relató Héctor, mientras limpiaba el lugar en el que eternamente descansan los restos de Juan Ernesto Pérez, su padre.
Las reacciones son diversas y mientras unos aceptan con conformidad que sus familiares ya no están, otros todavía dejan caer lágrimas sobre sus tumbas con la llaga sangrante de un dolor reciente y buscan sentirse más cerca de ellos.