Augurios, dislates y reelección

El debut formal de la campaña reeleccionista se ha producido finalmente esta semana en medio de una serie de hechos que, si juzgáramos con los ojos de la antigüedad, pudieran parecer un mal augurio, pero, tal vez no.

Y es que antes de que la secretaria general del PRM Carolina Mejía pronunciara sus encendidos discursos en Santiago pidiendo 4 años más, la semana estuvo precedida de una cadena de dislates, declaraciones imprudentes de figuras del gobierno.

Antes de eso, una protesta frente al Palacio Nacional le puso números, 126 al alarmante caso de los desaparecidos.

A la senadora del distrito Faride Raful le cayeron los palitos al culpar a la falta de recursos, real sin dudas, pero insuficiente para explicar que ante semejante número de desaparecidos no haya una respuesta contundente del gobierno.

Es el marco de ese escenario cuando el ministro de Interior, Chu Vásquez, que, pareció tirar la toalla al afirmar que la ejecución de la política que diseña su ministerio es, responsabilidad de la Policía y que él no es general, plato fuerte para las redes, como el merengue de Johnny Ventura, ese que dice: “Eso es Chu pa’ aquí, eso es Chu pa’ allá”, en suma, Chu en boca de todos.

El ministro de Medio Ambiente se despacho con el recuerdo de que él es economista para admitir, sin sonrojarse que, no sabe mucho de eso de las cuestiones ambientales.

Milton Morrison gerente de Edesur dijo que la energía le ha subido hasta a él, “maña fuera”, se dice por aquí, como si fuera igual que le suba la energía a cualquier hijo de vecino, que a un funcionario de los ganan más que el presidente.

Se sabe, por la historia, que en Roma, los césares eran muy afectos a que le interpretaran sueños y augurios de diversa índole, como forma de otear el horizonte de sus gobiernos y de sus vidas, los gobernantes actuales no, aunque nunca está demás mirar las señales del tiempo.

La directora del Fondo Monetario Internacional, FMI, Kristalina Georvieva, confirmó lo que ya habían dicho banqueros de tanto peso como el presidente de JP Morgan, James Dimon, pronosticando pura recesión para el 2023, es decir, que, la crisis aún no termina y el próximo año, seguirá siendo duro.

Cualquiera diría que, a juzgar por las cifras del Banco Central, que demuestran que el país ha manejado con mucho aplomo las crisis sucesivas del Covid y de la guerra, que estamos fuera de esos vientos huracanados, pero todos sabemos que la desaceleración de la economía mundial nos afecta a todos. Si a eso usted le agrega el éxito del concierto del popularísimo Bad Bunny, que movió, mal contados, más de 600 millones de pesos en dos presentaciones a casa llena con miles de presentes y miles de estafados, podríamos parecer inmunes a esos presagios.

La verdad, sin embargo, es que el proyecto reeleccionista inicia en medio de un panorama ominoso, en el que sus contrarios, la Fuerza del Pueblo, con un candidato bien posicionado Leonel Fernández, con la experiencia de haber sido electo 3 veces con el 50 más 1 y el PLD con el exitoso alcalde de Santiago, Abel Martínez, podrían parecer males menores ante el reto que representa la economía, el alto costo de la vida, la delincuencia y la crisis eléctrica.

Ni que decir, de la lectura que deja lo temprano que sale el proyecto reeleccionista, cualquiera pensaría que los opositores van ganando mucho espacio, pero, tal vez no.