La República

Medio Ambiente confirma muerte de manatí Juanita fue de un infarto a causa de un fallo multiorgánico y shock séptico

Manatí Juanita. Foto de Archivo Listín Diario.

Redacción DigitalSanto Domingo, RD

El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales confirmó que la muerte de la manatí Juanita en agosto pasado se debió a infarto.

La manatí, que fue liberada en junio de 2021, junto a Pepe y Lupita, fue encontrada muerta en el río Isabela a causa de un infarto y las autoridades informaron, luego de su deceso, que investigarían las causas que provocaron su fallecimiento.

“Se asume que este fallo fue provocado por insuficiencia grave de más de un sistema orgánico vital, convirtiéndose en un impacto séptico, con una insuficiencia aguda multiorgánica, que le afectaron los pulmones, los riñones y el hígado”, escribió la entidad medioambiental a través de un comunicado.

Precisaron que a la manatí se le hicieron exámenes de muestras de tejidos de los órganos que confirmaron que la muerte fue un infarto.

“Este fallo se desarrolla como una consecuencia de las respuestas de una infección grave, traumatismo o enfermedad multisistémica”, explicó la institución.

Agregaron que las tasas de morbilidad y mortalidad del fallo multiorgánico y shock séptico son muy elevadas.

El Ministerio de Medio Ambiente agradeció al equipo técnico que formó parte de la investigación.

"Agradecemos al equipo técnico que formó parte de la investigación y a todos los que se mantuvieron a la espera de estos resultados", manifestaron.

En diciembre de 2020, luego de permanecer varios años en el Acuario Nacional, Juanita, Pepe y Lupita fueron trasladados a su hábitat natural en una ensenada de 4,150 metros cuadrados en Bayahíbe, para que se adaptaran a su ambiente y luego ser liberados de forma definitiva.

Esta liberación se dio en junio de 2021, cuando un equipo de Medio Ambiente conjuntamente con la Fundación Dominicana de Estudios Marinos (Fundemar) retiró la valla que los resguardaba.

Una vez liberados, Juanita se incorporó al río Ozama donde hacía vida desde entonces.

A los manatíes se les insertó un rastreador que permitía saber su ubicación en cada momento.