Enfoque
La Misión Naval a España 1954, eslabón histórico con el Descubrimiento
“Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y corrompido, escribe cosas dignas de leerse, o haz cosas dignas de escribirse”. -Benjamín Franklin-
Este 6 de septiembre se conmemora el 68 aniversario de la partida de la Misión Naval a España (1954) con tres buques de la otrora Marina de Guerra surcando la ruta Atlántica: el destructor D- 101, la fragata F-103 y la corbeta C-101, siendo el despliegue castrense dominicano más numeroso y de mayor distancia, en devolución simbólica del primer viaje de Colón a la isla la española. El periplo de 685 hombres, además de las tripulaciones de los barcos de guerra, estaba compuesto por un batallón de infantería de Marina, la banda de músicos y 50 guardiamarinas (cadetes) de la Marina de Guerra (Armada), 50 cadetes del Ejército y 50 cadetes de la Fuerza Aérea.
Ese legado institucional fue producto de la iniciativa y visión del almirante de dos estrellas Luis Homero Lajara Burgos, entonces jefe de Estado Mayor de la Marina de Guerra, con una formación naval inculcada por su tío, el almirante Ramón Julio Didiez Burgos.
Después de visitar varios puertos españoles, las tropas de infantería de la Marina Dominicana y el batallón de cadetes y guardiamarinas, desfilaron marciales y en perfecta formación geométrica, convirtiéndose en el segundo cuerpo militar extranjero en la historia, después de las tropas napoleónicas, en marchar armados por las calles de la antigua metrópoli (Madrid).
Precisamos que la misión naval dominicana arribó a España cuando esa nación sentía los efectos de sanciones económicas internacionales por su apoyo a Alemania en la Segunda Guerra Mundial, por lo que la misma está conectada con aspectos históricos trascendentales.
El navegante portugués Fernando de Magallanes, descubridor del paso entre los océanos Atlántico y Pacífico, conocido hoy como estrecho de Magallanes, inició la primera circunnavegación del mundo el 20 de septiembre de 1519, saliendo de Sanlúcar de Barrameda, en la actual provincia de Cádiz, con cinco naves tripuladas por 250 hombres.
A la muerte de Magallanes en Filipinas en la batalla de Mactán, el mando de la expedición pasó al navegante español Juan Sebastián Elcano, quien completó la vuelta al mundo, regresando a España el 6 de septiembre de 1522, fecha que motivó al jefe de la Marina, 432 años después, a coincidir con esa efeméride mundial para zarpar a la misión naval a España el 6 de septiembre de 1954.
La influencia del almirante e historiador norteamericano, Alfred Thayer Mahan (1840-1914) fue inspiración operacional del almirante Lajara Burgos, debido a que Mahan, experto en la estrategia y táctica de la guerra marítima, visualizaba la proyección de poder de las fuerzas navales.
Como Temístocles, el ateniense de la victoria marítima de los griegos sobre los persas en la batalla naval de Salamina (septiembre, año 480 a. de C.), precursor de la importancia de las Armadas en la defensa nacional, Mahan intuyó el dominio de los mares como fundamento de una nueva estrategia militar. Destacamos antecedentes dominicanos de la época, como la fallida invasión marítima desde Cayo Confites, Cuba (1947) y la derrotada expedición de Luperón (1949), para que el dictador Trujillo no se opusiera al proyecto que elevaría la listeza operacional naval dominicana, después de navegar 9,192 millas náuticas.
Debemos resaltar la motivación primaria de la misión naval dominicana a España, que fue la expedición comercial de tres carabelas, bajo el mando de Colón, cruzando el entonces ignoto Atlántico, que abrió las rutas marítimas de la globalización con el intercambio comercial transoceánico, revolucionando la geografía, la cartografía y uniendo varias culturas.
Cito un fragmento de la obra: “Medea”, donde Séneca predijo varias centurias antes: “Tiempos vendrán al paso de los años en que suelte el océano las barreras del mundo y se abra la tierra en toda su extensión”.
Complementando el escenario de este ensayo, el cosmógrafo italiano Américo Vespucio, según el cartógrafo alemán Martin Waldseemüller, fue quien descifró que las tierras halladas por Colón no eran las asiáticas, sino el continente que hoy lleva su nombre: América.
Que en esta efeméride de la misión naval a España (1954), eslabón histórico de la República Dominicana con el descubrimiento de América, conformada por militares con vocación de servicio, la circunstancia de que haya acaecido en el fragor de una dictadura, no sea óbice para difundir, sin amputar, esos hechos significativos de la historia dominicana.