Ciudad

Describen cuadro de penurias en distintos barrios de la capital

En el barrio María Auxiliadora se notan los reflejos de sus necesidades, inseguridad, agua, y otras carencias y dificutlades, hacen difícil la vida de los vecindarios

Las calles estrechas, deterioradas, sin una regulación de las aguas fluviales, es una degradante realidad compartida en común entre los barrios periféricos de la ciudad de Santo Domingo. Foto: Jorge Martínez / LD

Lourdes AponteSanto Domingo, RD.

Partiendo de un estudio realizado por el Instituto Dominicano de Desarrollo Integral(IDDI), y basado en un dato que identifica a las 18 barriadas de Santo Domingo que presentan los mayores grados de pobreza y criminalidad, Listín Diario hizo un recorrido a través de algunos de estos asentamiento humanos.

Los sectores estudiados por el Instituto son Cristo Rey, Capotillo, Gualey, María Auxiliadora, Mejoramiento Social, Las Cañitas, Villa Juana, Ensanche Espaillat, La Ciénaga, Simón Bolívar, Villa María, Ensanche Luperón, Zurza, Villas Agrícolas, 27 de Febrero, Guachupita, Los Guandules y Villa Consuelo.

Barrio María Auxiliadora

En este barrio, donde solo caminar por sus calles se notan los reflejos de sus necesidades, inseguridad, agua, y otras carencias y dificutlades, hacen difícil la vida de los vecindarios.

Allí, los vecinos afirman que tienen más de un año sin agua y que, a pesar de realizar acercamientos a las autoridades, estas se hacen de “la vista ciega”.

“Nosotros alquilamos el agua, hay una señora que hizo una bomba sumergible y vende el agua a 300 pesos la hora, usted conecta su manguera y llena”, narró José Miguel.

Cuando se le preguntó respecto a la seguridad en la zona, José dijo que los ladrones no tienen horarios para realizar sus fechorías.

“Esto es a todas horas, un día la policía hace un par de rondas, de allante, y ya no se ataca con cuchillo, eso es directamente con pistola en mano; si andas sin nada, te dan, y si no quieres dar lo que tienes, también te dan tú balazo”, añadió José.

Otros miembros de la comunidad consultados informaron que tienen más consumidores de sustancias nocivas que vendedores.

“Aquí, (de) la marihuana uno tiene que chuparse el humo aunque no fume; eso es en todas las esquinas una fumadera, arriba de villegas y todo el que llega”, dijo María Martínez.

En barrio Capotillo

la capa de pavimento de las calles del barrio Capotillo son una molestosa combinación de polvo y grietas. En sus callejones todavía se conservan las huellas de las promesas y los politicos, presentes en afiches de promocion de sus campañas por la zona.

Sus rostros se deshacen entre las paredes húmedas, igual que sus promesas incumplidas.

Esta es una de las barriada con más establecimientos de bebidas que iglesias o escuelas. Sus moradores dicen que los puntos de drogas “respiran en la nuca”.

“La droga se consigue con más facilidad que la comida, entre los que venden, los que usan y los atracadores parece que es el pan de cada día, y mire que este pedazo es de los más suaves que tiene Capotillo”, expresó Julián Mieses.

Junto con Julián había un grupo de amigos que, al ser contactados, alegan que parte de los males que atañen a su comunidad se debe a que la mayoría de los jóvenes del sector está desempleada, y con una escolaridad baja.

“Mira, tú entras a un trabajo y el jefe a los tres meses ya te quiere sacar”, criticó. Aseguidas se pregunta “cómo tú le pides a una gente que está pasando trabajo que no se muera de hambre; ahí entra las demás cosas, ya que los muchachos de ahora no están por estudiar, lo que quieren es ser chiperos o dembowseros para conseguir dinero rápido”, contó Ángel Carmona Bueno.

Juzgó “preocupante” la cantidad de chicas menores en estado de gestación.

“No se dejan criar esas muchachitas; desde que le crecen los limones, y a veces ni eso, ya andan con el muchacho en la boca, y eso lo que da es problema y pobreza, por lo regular le paren a otro contemporáneo con ellas”, señaló Francisca Rosario.