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Asesinos en la historia

“El hijo de Sam” mató a seis personas a finales de los años 70 en Nueva York

Después de que trascendiera la noticia que había un asesino en serie suelto en las calles de Nueva York a finales de la década de los 70, la ciudad se encontraba aterrorizada por los crímenes de David Richard Berkowitz, quien era apodado como “El hijo de Sam” y fue sentenciado a seis cadenas perpetuas, las cuales cumple al día de hoy en la prisión Estatal de Attica, en Nueva York.

El modo de operar de Berkowitz se basaba en disparar a personas que se encontraban estacionadas en vehículos o caminando en distintas zonas de La Gran Manzana, llegando a atacar principalmente a mujeres de cabelleras largas y oscuras entre 1976 y 1977.

Sus víctimas mortales fueron Donna Lauria, Christine Freund, Virginia Voskerichian, Stacy Moskowitz y la pareja que conformaban Valentina Suriani y Alexander Esau.

Luego que trascendiera las características comunes de las mismas, muchas mujeres empezaron a pintarse el pelo de color rubio y otras a cortárselos.

“Voy a la escuela de belleza y muchas chicas se han recogido el cabello por miedo al asesino calibre 44“, recogen algunos periódicos de la época de acuerdo a una chica al ser consultada. En ese entonces, la prensa se refería a él como “El asesino del calibre 44”, debido a que usaba un arma de esa medida para disparar.

Solía dejar cartas en las escenas de los crímenes en las que se burlaba de las autoridades y en una de ella escribió la frase “Soy un monstruo... Soy el Hijo de Sam' y, de la cual surgió el seudónimo “El hijo de Sam”.

Adicionalmente, enviaba correos a columnistas de periódicos, en los que destacaba que poseía mucha inteligencia e indicaba que cuando la policía lo atrapara, regalaría unos zapatos nuevos a cada agente que había trabajado en su caso.

“Hola, desde las cunetas de Nueva York. No creas que porque no has sabido nada de mí desde hace un tiempo que me fui a dormir. Sigo aquí. Como un espíritu que vaga por la noche. Sed, hambriento, pocas veces se detiene a descansar. Ansioso por complacer”, mandó una vez a un diario.

David Berkowitz

Nació el 1 de junio en Nueva York, Estado Unidos en una familia italiana-judía de escasos recursos que lo nombró como Richard David Falco.

Su madre biológica, Betty Broder, lo abandonó cuando era niño y fue adoptado por los empresarios judíos, Nathan y Pearl Berkowitz, quien falleció cuando tenía 14 años, lo que repercutió en su vida de forma negativa.

Sus padres adoptivos cambiaron su nombre a David Richard Berkowitz, el cual solía usar mientras trabajaba en una empresa de correos como repartidor.

Sentencia

Fue arrestado el 10 de agosto de 1977, después de que una residente de Brooklyn llamada Cecelia Davis reportara un vehículo mal parqueado y el mismo fuera multado en el lugar en el que Berkowitz cometió su último crimen, por esta razón la policía neoyorquina empezó a investigar quién era el dueño del automóvil.

Luego de saber que este pertenecía a él, los agentes se desplazaron hasta su vivienda ubicada en Yonkers, y al encontrarlo frente al edificio de apartamentos donde residía, el criminal llevaba balas de un revólver Charter Arms Bulldog en los bolsillos de sus pantalones.

Al ser interrogado admitió haber cometido los crímenes que se le imputaban, por lo que fue sentenciado a seis cadenas perpetuas el 12 de junio de 1978, cargos que cumplió en varias prisiones y en un hospital psiquiátrico, debido a que su defensa alegaba que padecía de esquizofrenia.

Finalmente, fue trasladado a la Prisión Estatal de Attica, cárcel en la que está recluido actualmente.

Sobre su confesión trascendió que “eso” que lo motivaba a cometer sus delitos era el hecho de que un ente diabólico se comunicaba con él por medio de los ladridos del perro de su vecino, Sam Carr y, el cual era llamado “Harvey”, animal que también asesino.

Filmografías

Sobre su historia se han producido diversas películas entre las que están ‘Son of Sam: The Hunt for a Killer’, ‘Serial Killers’ y ‘Asesinando Norteamérica’, esta última bajo la dirección de los cineastas Sheldon Renan y Leonard Schrader, y en la que también hablan sobre otros asesinos de la historia de la humanidad.

Asimismo, fueron lanzados el documental ‘The Lost Tapes: Son of Sam’ y el programa de televisión ‘Testimony: Profiles in Faith’.

Es importante destacar que luego del apresamiento de David Berkowitz, en Estados Unidos muchos estados crearon leyes en las que se prohíbe que criminales sean recompensados económicamente por las cintas, los documentales y los libros que traten sobre ellos.

Sepa más

El descubrimiento de quien era “El hijo de Sam” se convirtió en una de las historias más sensacionalistas de los medios de comunicación de la época.

Lanzó el libro biográfico ‘Son of Hope: The Prison Journals of David Berkowitz’ en el año 2006.

Cientos de agentes policiales participaron en su búsqueda y en la misma Estados Unidos invirtió aproximadamente un millón de dólares, siendo esta investigación una de las más costosas de América.