Quejas siguen por demoliciones
Cada día son más las casas que dejaron de ser el resguardo de una familia para convertirse en una pila de pedazos de cemento, tablas o zinc en el barrio Los Guandules, en el Distrito Nacional, donde se producen desalojos y demoliciones para dar paso a la ejecución del proyecto Domingo Savio.
Ya han pasado casi tres años desde que las primeras viviendas fueron derribadas, en el sector vecino La Ciénaga, pero los lugareños siguen en pie de lucha bajo el lema “casa por casa” o “precio justo”.
Moises, único nombre que ofreció uno de los residentes cuya casa está marcada para desalojo, dice no se rendirá hasta que le ofrezcan una remuneración económica que le permita encontrar un lugar decente para vivir en lugar de su “casita”.
“¿A dónde yo voy a encontrar una casa con 300,000 pesos?”, se pregunta el señor, que asegura ya tiene casi 30 años en el sector.
Así como Moises, otros que aún permanecen aferrados a la negativa de marcharse en las condiciones económicas actuales, afirman que no están en contra del proyecto, si no de que a diferencia de otros planes de desalojos, en este “solo quieren dar pesitos y a nadie le da para irse para otro lado a vivir”.
“A mí me quieren dar un peso”, dice Diógenes, comparando ese monto con los menos de 500,000 pesos que le ofrecieron por su vivienda en la que también tiene instalado un pequeño negocio.
La residencia de Moisés está ubicada justo en medio otras dos que esta misma semana se redujeron a escombras, pero según el testimonio, él no sabe cuándo será su turno.