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“Cálmate le dije a una muchacha, seguro se cayó una pistola”

Los gritos continuaban, y cada vez que alguien decía ministro y tiros, surgía una nueva desesperación de algunas de las personas que tienen contacto directo con él

Personas se cubren luego del tiroteo en los alrededores del Ministerio de Medio Ambiente. JOSÉ ALBERTO MALDONADO/LD

Personas se cubren luego del tiroteo en los alrededores del Ministerio de Medio Ambiente. JOSÉ ALBERTO MALDONADO/LD

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Yudelka DomínguezSanto Domingo, RD

Pocos minutos habían pasado de las 12 del día y como de costumbre algunas personas empezaban a calentar sus comidas que dejaron en las oficinas, junto a otras pertenencias, antes de la escena de terror que vivimos ayer en el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

El escándalo desde el departamento de comunicaciones me hizo pensar que se trataba de alguna celebración de cumpleaños, pero los gritos de las secretarias de Orlando Jorge Mera, al abrir la puerta cambiaron un ambiente de calma en terror. Una de la asistentes desesperada gritaba “el ministro”, “tiros”, “entró” y quería simplemente que la retornaran al lugar que ella misma había abandonado corriendo, solo para asegurarse que el ministro Orlando Jorge Mera estaba bien.

Reunión suspendida

En medio del caos y los nervios que empezaron a recorrerme, recordé que mi jefa, varios minutos antes había suspendido una reunión que teníamos para ir al despacho del ministro y empecé a preguntar esta vez yo tensa y nerviosa por ella, hasta que la vi.

Pero los gritos continuaban, y cada vez que alguien decía ministro y tiros, surgía una nueva desesperación de algunas de las personas que tienen contacto directo con él.

“Cálmate le dije a una muchacha, seguro se cayó una pistola”, hasta que alguien que había perdido el color de su cuerpo me pasó por el lado desorientado.

Suenan las alarmas, empieza la evacuación y nos sacan por unas escaleras que no había transitado antes, siento que mis pies no soportan el peso de mi cuerpo y tiemblan, me sostengo de las barandillas, pero tengo que parar, no puedo caminar, pero camino.

Estamos esperando algunas noticias abajo sin saber qué pasó, mi teléfono no para de sonar pero no lo levanto. Es mi hermana y veo en la pantalla. Yudelka estás bien, me pregunta y no pude hacer otra cosa que llorar.

Por qué lloras, me pregunta esta vez como para qué le confirme lo que ya decían en los medios de comunicación: El ministro de Medio Ambiente había sido asesinado a tiros en su despacho.