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¿Cómo llegó Bombo a convertirse en el líder de la banda Los Menores?

Bombo, al momento de su muerte tenía 20 años y tenía múltiples fichas y órdenes de captura por homicidios, atracos y otros actos delictivos, por los que tenía varios meses huyendo

Alias Bombo, presunto líder de la banda delincuencial "Los Menores", residentes en sectores capitaleños limítrofres con el río Ozama.

Alias Bombo, presunto líder de la banda delincuencial "Los Menores", residentes en sectores capitaleños limítrofres con el río Ozama.

Tras el fallecimiento de José Mi­guel Calderón, alias Bombo, presunto lí­der de la banda delin­cuencial “Los Menores”, y varios de sus secuaces, las preguntas en torno a quién es no dejan de hacer eco.

“Los Menores” ya eran conocidos en Guachupita, La Ciénaga, Los Guandules y otros sectores limítrofes con el río Ozama, pero alcanzaron mayor notoriedad luego de la viralización de una secuencia de videos en los que se observan, primero asaltando un motorista, y más tarde en una persecución protagonizada por agentes de la Policía en el que estos entraban por una calle y los asediados salían por la otra logrando escabullirse.

Según informó una fuente a LISTÍN DIARIO, aunque Bombo no estaba presente al momento de ocurrir los hechos registrados en los vídeos, era quién dirigía las operaciones de la pandilla.

El mes de noviembre pasado bandas contrarias dieron muerte al nombrado “Pilón”, quien era el principal líder de la organización y en sustitución surge Bombo.

Los detalles indican que Pilón y Bombo se conocieron en la estancia que ambos hicieron en la Cárcel Modelo de Najayo, en el apartado para Menores, donde el segundo cumplía una condena por homicidio.

“Bombo estaba preso porqué mató a un tipo, pero él no estaba en la banda cuando eso, tenía como 16 años. Cuando él estaba ahí entonces, fue que conoció a Pilón y estando en la cárcel se hizo delincuente de verdad… Aprendió de armas y se involucró con Los Menores, que eran de Pilón”, contó un residente de La Ciénaga.

En el momento en el que José Miguel se une a la manada, también llamada “Chuky Malos”, solo eran 10 integrantes, entre los que figuraba Pilón, todos de la comunidad de Guachupita y eran conocidos como “Los Menores de Guachupita”, pero con su alianza llegaron otros que, como Bombo, pertenecían a La Ciénaga.

En su momento, Bombo se hizo viral en las redes sociales con videos que exponía sus balaceras en las que fácilmente podía incluirse el herir o matar a sus víctimas mediante atracos o robos, señaló la Policía Nacional.

De acuerdo a los testimonios de varias personas cercanas a la situación, en cuanto Bombo comenzó a tener “rango” como delincuente, se dio a la tarea de “cuidar” la comunidad en la que vivía del asedio de las pandillas de otros sectores. Sin embargo él y sus secuaces eran la zozobra de las demás localidades.

“Aquí, sobre todo en Los Cocos, no podían venir, ellos no podían entrar porque Bombo cuidaba esto aquí”, señalaba uno de los residentes de la zona.

Los moradores de La Ciénaga afirman que el “cuidado” de Bombo, tenía precio, pues múltiples negocios y personas eran obligados, para evitar la violación de su propia integridad, a la paga de “peajes” que les aseguraban una licencia antiatracos.

Igualmente, si ya habían sido despojados de sus bienes por asalto de la banda y querían recuperarlos, debían pagar un monto definido por éste, y sus seguidores realizaban la devolución.

“Alias Bombo, al momento de su muerte tenía 20 años y tenía múltiples fichas y órdenes de captura por homicidios, atracos y otros actos delictivos, por los que tenía varios meses huyendo”, indica el informe Policía Nacional.

Familiares cuentan que Bombo nació un 31 de diciembre y falleció la tarde del martes 31 de mayo en una persecución policial. Además de él, otros dos miembros de la banda resultaron muertos, otros dos se encuentran en estado grave y tres se dieron a la fuga.

El día del hecho los policías actuantes ocuparon cinco armas de fuego, cuatro pistolas y un resolver, con la que “Los Menores” se enfrentaron con los agentes que los perseguían.

En el lugar donde cayeron quedaron rastros de sangre, agujeros ocasionados por balas y una puerta de hierro fue desprendida por los que huyeron del lugar. Pese a la intensidad de la balacera y el estruendo de las armas, en Los Cocos aseguran que esa noche el disparo del fiero de Bombo no fue escuchado.