La leche: rica en proteínas, minerales y vitaminas
Balance. Debido a los diversos aportes nutricionales de la leche, los nutriólogos la recomiendan para todas las edades y en sus distintas presentaciones.
Cuando se habla de leche, cada quien piensa en la forma en que prefiere tomarla. Algunos les gusta blanca, a otros con café, unos cuantos con chocolate, unos pocos en jugo, algunos con cereales y existen aquellos que no le gusta de ninguna manera.
“Consumir leche aporta beneficios a la salud. Una dieta con suficiente cantidad de lácteos nos proporciona hasta el 33 % de las necesidades de proteínas diarias”, sostiene la nutrióloga Girsy Moreta.
La proteína de la leche es de alto valor biológico, y está compuesta básicamente por dos tipos: las caseínas y las proteínas séricas. “Las caseínas, que son el 80 %, se absorben lentamente, al contrario de las proteínas del suero que son el 20 %, son de absorción rápida y ricas en leucina”, dice Moreta.
Valor nutricional
Entre las ventajas que la nutricionista menciona que proporciona la leche se encuentran:
• Recuperación del músculo luego de hacer ejercicios, gracias a su alto valor proteico.
• Se ha encontrado menor incidencia de diabetes tipo 2 en consumidores habituales de productos lácteos.
• Si se consume baja en grasa contribuye a evitar la aparición de enfermedades cardiovasculares.
• El principal hidrato de carbono en su composición es la lactosa (con unos 40-50 gramos por litros), lo que la convierte en un alimento a evitar en caso de intolerancia a la lactosa.
• Favorece el desarrollo de los huesos, además, también inciden en la buena salud de los dientes, gracias a su alto contenido de calcio y vitamina D.
• Si es de origen animal, específicamente de vaca, contiene minerales como el: fósforo, magnesio, potasio y cinc. Es deficitaria en hierro.
• Contiene altas cantidades de vitaminas B1, B2, B3, B12, A, D y E.
Variedad
A pesar de los beneficios que aporta la ingesta de este líquido, son muchos los que no pueden consumirlo en su presentación tradicional de leche entera, otros prefieren el sabor que deja en sus otras presentaciones, al mezclarse con otros alimentos.
Al hablar de tipos de leche esta se puede clasificar dependiendo su origen en humana y animal.
Humana
Moreta manifiesta que desde el nacimiento de un bebé hasta sus primeros seis meses de vida, es recomendable que sea alimentado con leche materna, porque es la mejor alimentación y aporta una gran cantidad de nutrientes, vitaminas y minerales que le permiten a los bebés desarrollarse adecuadamente y crear anticuerpos que les protegen de infecciones o enfermedades.
A partir de los seis meses junto a la alimentación complementaria se añaden otras leches conocidas como fórmulas de continuación y crecimiento hasta los tres años.
“Desde el punto de vista nutricional se aconseja que se consuma leche entera de vaca hasta los 8 ó 10 años, incluso hasta el comienzo de la adolescencia. A partir de los 14 años se puede y debe consumir leche semi o descremada, ya que no es necesario el aporte de grasas saturadas de la leche entera”, plantea.
De origen animal
La leche de vaca es conocida como un alimento fundamental en la alimentación, especialmente durante la etapa de crecimiento y desarrollo, debido a su alto contenido en calcio, proteínas y numerosos beneficios, dado a su constante consumo se encuentra disponible en distintas variedades para cada persona.
Leche entera: Es la tradicional y más conocida, contiene 3,5 gramos de grasa por cada 100 ml, “lo que significa que es el tipo de leche que conserva toda su grasa y es rica en proteínas, minerales y carbohidratos, ideal para ser ingerida durante la infancia y la adolescencia para favorecer el aporte vitamínico, aunque, se recomienda beber leche entera a cualquier edad”, destaca la también experta en estética.
En caso de que la persona sea intolerante a la lactosa o alérgico a la proteína de la leche, la experta puntualiza que es preferible no tomarla.
Leche semidesnatada: A diferencia de otras leches como la entera o desnatada, la leche semidesnatada contiene entre el 1,5 % y 1,8 % de materia grasa por cada 100 ml. Al tener menos carga calórica, esta variedad es perfecta para personas con problemas cardiovasculares o con sobrepeso.
Leche desnatada: La leche desnatada o descremada es la leche a la que se le ha eliminado parte de la grasa mediante un proceso de centrifugado. Este tipo de leche contiene 0,1 gramos de grasa por 100 ml, lo que la convierte en el opuesto directo de la leche entera.
Leche de cabra: Esta variedad es sana y nutritiva y es una alternativa válida como sustituto de la humana pues sus valores nutritivos son en gran medida aproximados. Tiene numerosas aplicaciones, desde el consumo en estado natural hasta en la fabricación de quesos”.
Leche de oveja: Gran parte de su consumo es en forma de queso. “Tiene hasta un 80% más de calcio que la leche de vaca, lo que la convierte en una opción perfecta durante la fase de crecimiento”, destaca Moreta.