Vicente llegó por una pensión y terminó firmando su cancelación sin saberlo
Mientras intentaba recuperarse de las llagas en sus piernas, producto de la diabetes que padece hace algunos años, Vicente recibió en abril una llamada que esperaba con ansias, el aviso para firmar su supuesta pensión del Ministerio de Turismo

Vicente González González, un hombre de 62 años a quien la música le fluía por el cuerpo hasta que “un engaño” le cortó el ritmo y convirtió sus días y noches en el reflejo de una melodía desconsoladora. Foto: Leonel Matos / LD
“Eso es como un atraco casi, que firme ahí, firme ahí. Y yo: pero que yo no veo, ¿qué es lo que voy a firmar?”, son las palabras de Vicente González González, un hombre de 62 años a quien la música le fluía por el cuerpo hasta que “un engaño” le cortó el ritmo y convirtió sus días y noches en el reflejo de una melodía desconsoladora.
Mientras intentaba recuperarse de las llagas en sus piernas, producto de la diabetes que padece hace algunos años, Vicente recibió en abril una llamada que esperaba con ansias, el aviso para firmar su supuesta pensión del Ministerio de Turismo.
Aun con su quebrantada condición de salud, que también incluye hipertensión, glaucoma, cataratas y coágulos en los ojos, el músico tomó su bastón en una mano y a su hija de crianza en la otra para asistir a su cita el lunes 25 del mes pasado.
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