Alfabetización mediática, la asignatura pendiente

La alfabetización mediática hoy es tan importante como la letrada.

La alfabetización mediática hoy es tan importante como la letrada.

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ITZIAR BERNAOLABARCELONA, ESPAÑA

El acceso de los ciuda­danos a una informa­ción plural, veraz y ri­gurosa es uno de los pilares de la demo­cracia. Sin embargo, informarse hoy no es tarea fácil. Podríamos caer en la falsa ilusión de que la sobreinformación que nos llega a diario nos convierte en perso­nas mejor informadas que en tiempos pasados, pero con fre­cuencia esto no es así. Para evi­tar esta creencia es necesaria la HYPERLINK “https://www.newtral.es/alfabetizacion-me­diatica-funciona-alex-maha­devan-mediawise-desinforma­cion/20220426/” alfabetización mediática.

Ya lo dijo Thomas Jefferson hace más de 200 años, “quien no sabe nada está más cerca de la verdad que aquel cuya mente está llena de falsedades y erro­res”. Porque, además de la so­breabundancia informativa, existe una auténtica avalan­cha de HYPERLINK “https://www.newtral.es/desinfor­macion-espana-eurobarome­tro/20220408/” desinforma­ción circulando por las redes.

Contra la desinformación

La desinformación no es un fenómeno nuevo, es cierto, pe­ro sí lo es su capacidad para convertirse en viral y alcanzar a miles -e incluso millones- de personas en cuestión de minu­tos.

Por ello la alfabetización me­diática es hoy más importante que nunca. Siempre lo fue, pe­ro actualmente adquiere una dimensión de especial relevan­cia ligada a los HYPERLINK “https://www.poynter.org/from-the-institute/2021/the-poynter-institutes-mediawise-announces-international-ex­pansion-of-digital-media-li­teracy-program-to-address-global-information-disorder/” avances tecnológicos y al mun­do digital.

Desarrollar un pensamiento crítico, que nos ayude a cuestio­nar los contenidos que nos lle­gan y a verificarlos antes de in­corporarlos a nuestra mochila de conocimientos y de compar­tirlos, es ahora mismo crucial.

Los grupos más expuestos El peligro de la desinformación afecta a todo el mundo, pero los expertos apuntan a dos grupos de población especialmente vulnera­bles: los adolescentes y los mayo­res de 65 años.

Ambos son usuarios de Inter­net, redes sociales (TikTok e Ins­tagram fundamentalmente los primeros, y Facebook los segun­dos) y grupos privados de men­sajería (WhatsApp y Telegram). Además, tanto jóvenes como mayores utilizan esos canales no solo para el ocio sino tam­bién como fuente de informa­ción.

Por lo que respecta a los adolescentes, estos están ex­puestos a la información fal­sa o errónea que circula por la red sin tener la experiencia vital suficiente como para po­der discernir siempre la credi­bilidad de un contenido, dis­tinguir entre información y publicidad, o incluso entre in­formación y opinión.

Las claves de la alfabetización Muchas de las fake news ape­lan directamente a sus emo­ciones, animándoles a com­partirlas de forma compulsiva. Distintos estudios han compro­bado cómo en esta franja de edad son más proclives a creer todo lo que les llega de sus amigos, sin identificar cuál es la fuente original, así como a compartirlo si conecta con sus intereses, sin cuestionar su ve­racidad.

En cuanto a los mayores de 65, aunque su experiencia vital es mayor, se han incorporado a las redes sociales sin ser nativos digitales como los más jóvenes, y ese menor nivel de alfabetiza­ción digital les hace más vulne­rables ante determinadas cam­pañas de phishing, que apelan al miedo o relacionadas con temas de salud.

La alfabetización mediática es, por tanto, una asignatura pendiente para la mayoría de la población, y especialmente pa­ra estos colectivos. Se hace ne­cesario, en primer lugar, alertar sobre la cantidad de informa­ción errónea, o directamente falsa, que recibimos a diario en nuestras pantallas. A continua­ción, es urgente enseñar unas pautas básicas para poder dis­tinguir un contenido verdade­ro de uno falso. Y, finalmente, concienciar sobre la importan­cia de no compartir nada que no haya sido previamente veri­ficado con el fin de no contribuir a la viralización de bulos de todo tipo.

Como decimos en nuestros ta­lleres de Newtral Educación, “sin verificar, no compartas.

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