El gran problema del 2022: la brecha presupuestaria

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José Lois MalkunSanto Domingo, RD

La pregunta es ¿cuánto cos­tará todo el paquete de asistencia so­cial no presupuestado pa­ra amortiguar las alzas de precios en el 2022, a fin de contener la inflación? La inflación acumulada a marzo está en 2.80% aun­que bajando cada mes por la congelación de los com­bustibles.

Partiendo de que la guerra en Ucrania se extenderá todo el año y que el petró­leo oscile entre US$100 y US$115 el barril, la brecha presupuestaria rondaría entre RD$60 mil y RD$70 mil millones.

¿Cómo cerrarla? Hay dos formas.

Una muy mala, es aumen­tando el déficit fiscal de un 3% a un 4% del PIB, equi­valente a unos RD$60 mil millones. Eso podría afec­tar nuestra carrera para mejorar la calificación de riesgo país, vital para redu­cir el costo del servicio de la deuda mientras las tasas de interés se disparan a nivel mundial.

También es malo aumen­tar el financiamiento ne­to del sector público no financiero, que va de la mano con el anterior, y no debe superar el 50% del PIB (47.5% del PIB hasta febrero).

Y peor es bajar el gasto de capital, tradicionalmen­te pírrico (13.4% del gasto total) en un año donde la inversión privada crecerá menos por las tasas de in­terés.

Lo bueno es que los ingre­sos fiscales hasta abril es­tán mostrando un mayor nivel respecto a lo progra­mado (unos RD$20 mil millones), con una tasa de crecimiento hasta marzo de 6.1%. Pero este creci­miento rondará el 5% del PIB en el 2022, mostrando un enfriamiento después de junio.

Otra opción es una nueva amnistía fiscal, similar a la promulgada en la ley 46-20 de Transparencia y Revalo­rización Patrimonial, que recaudó RD$29,020. Sin embargo, solo 43,990 con­tribuyentes se acogieron a la ley dejando a miles sin lograrlo. Con esta amnis­tía podrían ingresar unos RD$20 mil millones adicio­nales.

La última opción es re­ducir el gasto corriente en 3% (unos RD$25 mil millones). Medida total­mente factible en un pre­supuesto programado de RD$905,574 millones. Basta recortar viáticos, viajes, combustibles, ener­gía, nóminas, etc. Es con­traproducente pero nece­sario.

Quedan como opciones ex­tras, si todo se agrava, los adelantos de impuestos o ventas de activos del Esta­do.

Por lo demás, la estabili­dad macroeconómica es­taría garantizada por la dinámica que están mos­trando las exportaciones, la inversión externa, las zonas francas, el turismo, las remesas, las reservas del BCRD y un estable ré­gimen cambiario.

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