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Matan en Anse-á-Pitre a tres de banda ‘secuestró’ diplomático

Los tres hombres junto a Elis Nova Sitilice, llegaron a la comunidad de Anse-á-pitre, y según las versio­nes habrían desertado de la pandilla de los 400 Maowo­zo, siendo perseguidos por venganza y apedreados en el destacamento policial

Los tres presuntos pandilleros asesinados habían llegado el pasado viernes a la ciudad distante a dos kilómetros de Pedernales y fueron apresados por la policía hatiana.

ODALIS BÁEZ / WILLIAM ESTÉVEZPedernales, RD

Pobladores de la comuni­dad haitiana de Anse-á-pitre asesinaron a pedra­das y palos a tres paisanos, presuntos integrantes de la pandilla haitiana 400 Maowozo, sospechosa de haber secuestrado al conse­jo agrícola de la embajada dominicana en Puerto Prín­cipe, Carlos Guillén Tatis.

Los tres hombres llega­ron el pasado viernes en forma sospechosa a esa comunidad vecina, don­de participaron en una actividad festiva cultural que fue clausurada la ano­che del lunes. Los cadá­veres de los tres hombres, que aún se desconoce sus nombres, permanecieron por varias horas en el sue­lo a la espera de reclamos o su levantamiento, luego que pobladores según les versiones, los enfrentaron a piedras después que por sospecha la policía haitia­na de allí los había detenido y llevado al destacamento donde pobladores comen­zaron a lanzarles piedras.

Los tres hombres junto a Elis Nova Sitilice, llegaron a la comunidad de Anse-á-pitre, y según las versio­nes habrían desertado de la pandilla de los 400 Maowo­zo, siendo perseguidos por venganza y apedreados en el destacamento policial.

Ayer en la mañana la co­munidad de Anse-á-pitre, distante de Pedernales a más de dos kilómetros, se encontraba tensa y en un rotundo silencio, mientras la línea divisoria en este la­do era vigilada por soldados del Cesfront, mientras un convoy del Ejército domi­nicano recorría la línea, pa­ra evitar que desaprensivos penetren ilegalmente.

También se informó que en Pedernales tienen dete­nido a un haitiano que hu­yó a este lado, presumible­mente por haber cometido un robo a otro compatrio­ta, de quien se creía que era parte del grupo de los tres muertos y de la pandilla los 400 Maowozo.

Mercado frionterizo

El mercado fronterizo rea­lizó sus actividades comer­ciales habituales de manera normal, pese a que el Cuer­po Especializado en Segu­ridad Fronteriza Terrestre (Cesfront) y el Ejército su­pervisaban la línea diviso­ria. Los soldados fueron reforzados en los puntos es­tratégicos con instrucciones de no permitir el cruce de ilegales por la frontera, des­pués que del secuestro del consejero dominicano.

La preocupación

Mientras que desde la fron­tera con Dajabón, organi­zaciones comunitarias y de comerciantes haitianos en Juana Méndez, Haití, mos­traron preocupación por el secuestro del consejero agrí­cola de la embajada domi­nicana en Puerto Príncipe, Guillén Tatis, presuntamen­te por la temible pandilla haitiana 400 Maowozo.

Franklin Fedeleth y José Joseph, dirigentes comu­nitarios y de comerciantes respectivamente, solicita­ron la intervención de su gobierno para la liberación del diplomático dominica­no, porque Haití y Repúbli­ca Dominicana deben con­tinuar viviendo en paz.

Manifestaron que son muchos los haitianos que residen en este país, traba­jando, haciendo negocios y otras tantas cosas más. Rei­teraron a la policía y a las autoridades haitianas, que busquen la forma de liberar a ese dominicano.

Dijeron que les preocupa la situación del diplomático secuestrado en su país, por­que esto podría influir ne­gativamente en las relacio­nes de ambos países.

Refuerzan frontera

Mientras del lado do­minicano en la fran­ja fronteriza por Daja­bón han sido desplega­das tropas de unidades especiales del Ejército y del Cesfront.

Tropas en Jimaní

En la comunidad de Ji­maní, punto donde se dirigía el diplomático Guillén Tatis, cuando fue secuestrado, fue re­forzada la vigilancia y permanecían tres heli­cópteros de Armada.

La Cancillería

La cancillería domini­cana envió una comuni­cación al Ministerio de Asantos Exteriores de Haití, para que inves­tigue el caso y devuel­va al diplomático sano y salvo.