Política

Análisis político

Tripartidismo resurge en el país tras 22 años de su desaparición

El nuevo tripartidismo au­mentaría la posibilidad de una segunda vuelta electoral entre los dos candaditos más votados, una práctica que no ejercen los ciudadanos desde 1996

Danilo Medina, Luis Abinader, Hipólito Mejía y Leonel Fernández. Fotos de archivo.

Manuel FigueroaSanto Domingo, RD

La recomposición del escenario po­lítico dominica­no para las elec­ciones generales de 2024 presagia el enfren­tamiento entre tres candida­tos presidenciales con posibi­lidades reales de triunfo, un fenómeno que no se produce en el país desde los comicios del año 2000.

El nuevo tripartidismo au­mentaría la posibilidad de una segunda vuelta electoral entre los dos candaditos más votados, una práctica que no ejercen los ciudadanos desde 1996 cuando se estableció en la Constitución el 50% más un voto para ganar la Presi­dencia de la República.

Obviando los aspectos ideológicos pocos diferen­ciados en la partidocracia de República Dominicana, el panorama apunta a que en esta ocasión entraría a la contienda el presidente Luis Abinader, quien da se­ñales claras de que buscará la reelección con el Partido Revolucionario Moderno (PRM), sin que se advierta una potencial rivalidad.

En el litoral opositor las expectativas se mantienen en torno a la suerte que co­rrerá la segunda fuerza elec­toral, el Partido de la Libera­ción Dominicana (PLD), que después de 20 años en el po­der, 16 de ellos consecutivos, perdió el poder en las elec­ciones del 2020.

El PLD tuvo que adelantar una consulta nacional fuera del plazo legal, para elegir su candidato presidencial el 16 de octubre de este año. El partido morado sigue presio­nado por el tiempo, debido a que su líder, el expresidente Danilo Medina, está inhabili­tado para presentar su candi­datura y urge proyectar otra figura presidenciable.

Los aspirantes del PLD son la exvicepresidenta y expri­mera dama, Margarita Cede­ño; el expresidente de la Cá­mara de Diputados y alcalde de la influyente ciudad de Santiago, Abel Martínez; el exprocurador Francisco Do­mínguez Brito; la exministra de Trabajo, Maritza Hernán­dez; la exdiputada Karen Ri­cardo, y el exviceministro de Educación, Luis de León.

Sin embargo, una tercera opción encabezada por el ex­presidente Leonel Fernández se está posicionando con di­namismo. Su partido Fuerza del Pueblo, fundado como consecuencia de la división del PLD en 2019, está cose­chando los mayores benefi­cios de la crisis originada por la pandemia del Covid-19 y la guerra en Ucrania.

La agresiva línea oposito­ra de Fernández atrae a pele­deístas y grupos aliados, que lo perciben como el líder con mayor experiencia para fre­nar una virtual reelección y enrumbar el país. Fernán­dez fue presidente con el PLD en los períodos 1996-2000, 2004.2008 y 2008-2012. No obstante, su lejano tercer lugar en 2020, llamó la atención el 8.90% obtenido con la alian­za Fuerza del Pueblo, PRSC y otros núcleos minoritarios. Es­tos resultados lo colocaron en­tre los partidos mayoritarios.

El bipartidismo

En las tres décadas siguientes al ajusticiamiento del tirano Rafael L Trujillo, el 30 de ma­yo de 1961, República Do­minicana inició una convul­sa etapa democrática donde se impuso el bipartidismo ca­racterizado por una constela­ción de organizaciones mino­ritarias que giraron siempre al alrededor de dos partidos políticos mayoritarios.

La acción inició en las elec­ciones del 20 de diciembre de 1962 con el Partido Revolu­cionario Dominicano (PRD), de Juan Bosch (58.72% de los votos), y la Unión Cívica Na­cional (UCN), de Viriato Fiallo (30.08%). No obstante, el pre­dominio de este sistema se in­tronizó a partir de las eleccio­nes del 1 de junio de 1966, con el Partido Reformista (PR), de Joaquín Balaguer (57.66% de los votos), y el PRD, con Bosch (39.04%).

En los comicios de 1970 el PRD se abstuvo y Balaguer volvió a ganar (57.11%) en­frentando al Movimiento de Integración Democrática An­tirreeleccionista (Mida) y Au­gusto Lora, que se había divi­dido del PR y obtuvo 20.41% de los votos. Bosch, finalmen­te se dividió del PRD en 1973 y fundó el PLD, pero los perre­deístas y reformistas continua­ron con su hegemonía.

Así sucedió en las eleccio­nes de 1974, donde el PRD encabezando el “Acuerdo de Santiago” volvió a abstener­se y Balaguer volvió a reele­girse. También en los comi­cios de 1978 y 1982 ganados por el PRD de José Francis­co Peña Gómez, y en 1986 cuando Balaguer volvió a de­rrotar al PRD.

Surge tripartidismo

El tripatidismo hizo su apa­rición por primera vez, cuando el PRD, tras su divi­sión en el proceso electoral de 1990, pasó a ocupar un tercer lugar, dejando el es­pacio al PLD de Juan Bosch, que surgió como una segun­da fuerza política y rivalizó con Balaguer en los cuestio­nados comicios de ese año. A la postre Bosch y el PLD fueron derrotados, y en las elecciones de 1994 caerían a un tercer lugar (13.12% de los votos).

En esas elecciones de 1994 Balaguer (PRSC) y Peña Gómez (PRD) prota­gonizaron un reñido en­frentamiento en las urnas, que degeneró en una pro­funda crisis política. Des­pués de complejas nego­ciaciones Balaguer fue declarado ganador (42.29% contra 41.55%). Se recor­tó dos años a su período, se prohibió la reelección con­secutiva y se introdujo en la Constitución el 50% más un voto para ganar los comicios en primera vuelta.

En 1996 el tripartidismo continuó, pero en esta oca­sión el PRSC y su candidato presidencial Jacinto Peyna­do, que no contó con el apo­yo de la cúpula reformista, descendió a un tercer lugar (14,99% de los votos), en las elecciones del 16 de mayo.

Ninguno de los candida­tos obtuvo el 50% más un voto para ganar en primera vuelta y fue necesaria una se­gunda elección entre el PRD y Peña Gómez que lograron el primer lugar (45.94% de los votos), contra el PLD que volvió al segundo puesto con Leonel Fernández como can­didato presidencial (38,93% de los sufragios).

Para esta segunda vuel­ta celebrada e 30 de junio de 1996, Balaguer y Bosch formalizaron la alianza de­nominada Frente Patriótico (PLD-PRSC), con Fernández encabezando la boleta, y de­rrotaron con 51.25% al PRD y su candidato Peña Gómez (48.75% de los votos).

El tripartidismo tuvo su úl­tima experiencia en las elec­ciones del 2000, cuando Hipólito Mejía y el PRD derro­taron en la primera vuelta con 49.87% de los votos, al PLD y su candidato Danilo Medina (24.94%), y a Joaquín Bala­guer y el PRSC (24.60%). Es pertinente anotar, que a pe­sar de que Mejía no obtuvo el 50% más un voto, Balaguer y Medina renunciaron ir a una segunda vuelta.

Las expectativas

El panorama político dio un nuevo giro a partir de 2004, cuando el PLD y el PRD se convirtieron en los dos prin­cipales partidos del país, ya que el PRSC entró en una etapa de profundas divisio­nes que lo convirtieron en un partido “bisagra”, conjunta­mente con la estela de orga­nizaciones minoritarias.

De esta manera Fernández regresó al poder en 2004 ven­ciendo a Mejía y el PRD, y se reeligió en 2008 con su triunfo frente al PRD y Miguel Vargas. La situación se mantuvo en el 2012, cuando Medina y el PLD derrotaron a Mejía y el PRD, que al final se dividió y dejó momentáneamente a los pe­ledeístas como partido único.

En 2014 surgió el PRM de la división de PRD y los lide­razgos de Mejía y Luis Abina­der, por lo que en las eleccio­nes de 2016 se consolidó el bipartidismo. Esos comicios ganados por la reelección de Medina (61.74%), contra el PRM y Abinader, que ob­tuvieron 34.98%, represen­tando una verdadera sorpre­sa, mientras el PRD participó aliado al PLD.

El bipartidismo comenzó a debilitarse esta vez en las elec­ciones de 2020, a pesar de que se mantuvo la polarización entre el PRM y Abinader, que triunfaron en primera vuelta (52.52%), contra el PLD con su candidato Gonzalo Castillo (37.46% de los votos).

Ahora se advierte una vuelta al tripartidismo, con el PRM y la casi inminen­te reelección del presidente Abinader; el PLD y su aún indefinida candidatura pre­sidencial, y el expresiden­te Fernández, desde ya can­didato único de Fuerza del Pueblo para las elecciones de 2024.