La República

Recursos que preservan la vida

La naturaleza es la que provee los espacios donde la gente puede desenvolverse y los países desarrollarse, por tal razón se deben generar acciones para conservarlos y cuidarlos

Cuevas del Pomier en San Cristóbal y Parque Nacional Juan Pérez Rancier (Valle Nuevo). FUENTE EXTERNA.

CARMEN GUZMÁN / SAIURY CALCAÑOSanto Domingo, RD

El daño constante a la madre Tierra al pare­cer es un “pan nues­tro de cada día”. Pa­ra enero de 2021 fue publicado en este medio la pro­testa de los residentes cercanos al río Nizao, quienes alzaron su voz ante el daño provocado a este caudal, y pedían a gritos una ver­dadera intervención por parte de las autoridades ambientales.

Hace unos días atrás circu­ló por las redes sociales un vi­deo donde mostraba personas extrayendo arena de La Dunas de la Calderas en Baní, sin au­torización previa; otro, donde desaprensivos llenaban varios camiones con material del río Muchas Aguas en Cambita, San Cristóbal.

Esto solo por mencionar al­gunos de los tantos hechos que cada momento ocurren a la luz pública, que los comunitarios de­nuncian y que atentan contra la preservación de nuestra casa: la Tierra.

Una deuda social pendiente Las amenazas a las áreas protegi­das son diversas. Max Puig, vice­presidente ejecutivo del Consejo Nacional para el Cambio Climá­tico y Mecanismo de Desarrollo Limpio, explica que la produc­ción de los daños al medioam­biente puede encontrar su raíz en la ignorancia, pero también es­tos pueden ser producidos con la conciencia de que se viola la ley, como los casos mencionados an­teriormente.

Enfatiza además, que las acti­vidades humanas están en el cen­tro de estas problemáticas, entre ellas se encuentran la agricultu­ra, el turismo y la minería.

Con el experto coincide José Manuel Mateo Feliz, especialis­ta en manejo de áreas protegidas y biodiversidad, quien sostiene: “Estas áreas tienen presión des­de el punto de vista agrícola, por la tala de árboles; la caza por la cacería de las especies que están protegidas; el desarrollo minero, de gente que quiere aprovechar­se porque siente que allí hay re­cursos de carácter minero, el de­sarrollo turístico, de gente que quiere hacer desarrollo turístico en detrimento de la conserva­ción de la biodiversidad y de es­tos enclaves naturales y cultura­les”.

Otra amenaza que tiene el país es que hay mucha deuda social pendiente y los comunita­rios que están presentes o cerca­nos a esas áreas tienden a entrar­se en ellas en busca de recursos, entendiendo que ese es un bien de carácter colectivo y que ellos pueden entrar allí sin ningún ti­po de sanción.

Mejor calidad de vida La Ley sectorial de áreas protegi­das 202-04 define un área natu­ral protegida como una porción de terreno y/o mar especial­mente dedicada a la protección y mantenimiento de elementos significativos de biodiversidad y de recursos naturales asociados, manejados por mando legal y otros medios efectivos.

Los especialistas en medio­ambiente coinciden en que no es sencillo definir cuáles son las áreas más importantes de un país, las áreas protegidas y su conjunto deben funcionar como un sistema y ese sistema te de­be generar una serie de servicios ambientales o ecosistémicos co­mo se llama, a favor de la socie­dad, pero de manera conjunta.

Hay áreas protegidas en los países en los que por su configu­ración, su historia, la capacidad de difusión que se han tenido de estas pueden verse como las más relevantes de un país, se puede decir que hay algunas que son más relevantes o más conocidas, como son: Parque Nacional Los Haitises, Parque Nacional Jara­gua, Parque Nacional Cotuba­namá, Monumento Natural Las Dunas de las Calderas, Parque Nacional Sierra de Bahoruco, y Parque Nacional José Armando Bermúdez, pero las menciono es porque son áreas que se conocen más porque han tenido una ma­yor difusión pero no porque real­mente sean más relevantes o im­portantes, destaca Mateo Feliz.

Una necesidad imperante La Ley 202-04, al momento es el órgano que regula el cuidado y protección del SINAP, la mis­ma data de fecha del 2004. En ese sentido el Max Puig, plantea que este que debe ser relanzado y fortalecido, a fin de que pueda garantizar la integridad, protec­ción y cuidado efectivo de cada una de las unidades de conserva­ción.

Ya que el país debe contar con un plan nacional o plan maestro de áreas protegidas ac­tualizado, al igual que la estra­tegia nacional de conservación y uso sostenible para la diver­sidad. Sostiene a su vez, que la ejecución de estas acciones se han visto limitada por escasa disponibilidad de recursos atri­buidos al sistema.

“Los planes están ahí. Se han elaborado. También se han dise­ñado diferentes fondos de man­tenimiento de las áreas protegi­das. Todos estos planes y fondos propuestos, una vez revisados, deben ser cumplidos. Esto per­mitiría garantizar la diversifica­ción y el aumento de los ingresos del sistema, así como una ma­yor efectividad y eficiencia en la gestión de las áreas protegidas, comenzando por las 18 áreas prioritarias que ya han sido pre­seleccionadas como las de mayor potencial para la generación de ingresos”, concluye.

PUNTOS Una fuen te de agua El ambientalista César Var­gas destaca que en el área de conservación Madres de las Aguas se produce la ma­yor cantidad de agua de to­do el país. Incluye los par­ques Armando Bermúdez, Juan B. Pérez Rancier (Va­lle Nuevo), José del Carmen Ramírez, Eugenio de Je­sús Marcano (Humeadora), Nalga de Maco y la Reserva Científica Ébano Verde.

“Aquí se produce más del 70%, por lo tanto es una zo­na vital y estratégica”.

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