La República

Asesinato de doña Rita a manos de su yerno: “la crónica de una muerte anunciada”

Sus restos serán sepultados hoy a partir de las 10:00 de la mañana

Letica Pérez, sobrina de la señora Rina, asesinada a manos de su ex yerno.

Laura CastilloSanto Domingo Este

Conmovida y mostrándose fuerte al hablar, Leticia Pérez, sobrina de Rina Margarita Peña asesinada a manos de su ex yerno, se refirió a la tragedia cuestionándose sobre cómo alguien puede provocar un daño tan grande y que era “la crónica de una muerte anunciada” debido a las constantes amenazas que recibían.

Detalló que el asesino rondaba por el sector cuando se enteraba que su ex esposa, Raquelita Guerrero, estaba en casa de la madre y conocía todos sus movimientos, razón por la cual acudió a asesinar a doña Rina en momentos que ella no estuviera.

“Todo fue premeditado”, señaló desconsolada a la prensa en las afueras de la funeraria Blandino de Sabana Larga, donde están siendo velados en privado los restos de la señora Rina.

El agresor tenía una orden de alejamiento que le había impuesto Raquelita luego de acudir a la justicia a poner “varias querellas” en busca de que él se aleje pero no lo consiguió.

“Él amenazaba a Raquelita constantemente y su aspecto lo decía, que en cualquier momento él iba a estallar de una forma negativa porque ella se estaba realizando como mujer y saliendo a camino por sus propios medios y esa luz le molestaba a él. Era una cuestión de egoísmo y machismo que terminó con este triste final”, contó.

Rebuscando palabras en su memoria definió a su tía como una persona, tranquila muy alegre y que siempre trataba de mediar las cosas por la “vía buena” y a la vez era una mujer común.

“A lo mejor cuando él (agresor) hacia algo ella (la fallecida) le respondía, pero a nadie que le tiren petardos le van a lanzar flores y es no justificando que quizás ella lo agredió verbalmente o lo que sea, pero es que eso era una relación dañina (la del agresor y Raquelita)”, dijo.

Consternación

“Siempre uno dice que no hay palabras para definir esta situación pero creo que todo el que ha visto lo mucho o lo poco se va hacer la misma pregunta, qué le provoca a alguien hacer un daño tan grande”, expresó tratando de asimilar algún motivo en específico que lo llevara a comer el hecho.

Afligida, continuo expresando que si el cometido del agresor identificado como Ricardo Antonio Abreu, era hacerle daño y robarle parte de la familia a Raquelita Guerrero (ex esposa del asesino e hija de Rina la fallecida), quería comunicarle que también le quitó a ella un pariente además, de un vecino en el barrio donde residía, un amigo a sus conocidos y una abuela a sus nietos.

Con voz entrecortada dijo que se sentirá triste hasta el último momento, porque mientras estaba en su casa, su tía estaba sufriendo al momento de recibir sin compasión más de 20 cuchilladas por parte de Ricardo.

“Mientras tía estaba sufriendo yo estaba sentada en casa mirando televisión”, indicó conteniendo sus lágrimas.

Justicia

El clamor de los parientes y allegados de la fallecida se resume en que se haga justicia por el hecho cometido el pasado Jueves Santo.

Con una actitud firme y afectada a la vez por lo ocurrido, consideró que es el momento propicio para que la justicia dominicana de un ejemplo fehaciente del rol que desempeñan.

“El que se quiera casar con la gloria este es el momento de brillar, es el momento de hacer lo que hay que hacer, porque ya nada me la va a devolver”, sostuvo de manera estática a pesar de la evidente tristeza en sus ojos.

Otro herido

Se encuentra ingresado en el hospital traumatológico Darío Contreras en Santo Domingo Este, el hijo mayor de Raquelita, producto de su primer matrimonio.

El joven de 19 años aún permanece en estado delicado luego de recibir unas cinco heridas con un arma blanca por parte de su padrastro, afectando uno de sus pulmones.

Otros hijos

Raquelita Guerrero (hija de la fallecida) y Ricardo Antonio Abreu (el agresor) procrearon tres hijos menores de 10 años y tenían separados hace aproximadamente dos años, decisión que nunca aceptó Ricardo.