La República

Miguel Franjul da charla en seminario del Colegio Dominicano de Periodistas

Franjul dio una charla en el seminario organizado por el Colegio Dominicano de Periodistas y la Cooperativa La Vega Real, en donde destacó las fases de avance que ha tenido el diario durante el proceso de conectar las plataformas del medio impreso y del digital

Fotos cortesía de Entre Periodistas.

El director del LISTÍN DIARIO, Miguel Franjul dio una charla en el seminario organizado por el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) y la Cooperativa La Vega Real, en donde destacó las fases de avance que ha tenido el diario durante el proceso de conectar las plataformas del medio impreso y del digital.

“No todos estábamos preparados para aceptar que el tradicional modelo que ha imperado desde hace 200 años pudiera verse amenazado por la irrupción de una nueva tecnología que, en principio, fue concebida para masificar las comunicaciones personales y promover la socialización de los ciudadanos más allá de su ámbito local”, destacó el director del decano de la prensa.

Franjul manifestó que la plataforma digital operaba independiente de la redacción impresa, y aunque esta última ofrecía insumos para actualizar las ofertas digitales, la real asociación de la una con la otra vino a concretizarse en junio de 2017.

El ganador del premio de periodista del año en el 2020 señaló que aún no se ha llegado al punto ideal porque no “resulta fácil romper los esquemas divisorios que condicionan las prioridades informativas y de otros contenidos de ambas plataformas, producto de un factor etario y cultural que predominan en las empresas periodísticas de todo el mundo”.

“Justamente, este es uno de los retos difíciles de la transición: el hacer que todos los que están en la redacción, jóvenes nativos digitales y veteranos del periodismo tradicional, asuman que trabajan para un mismo modelo, en el que se mezclan habilidades y tecnologías con patrones y reglas de un producto distinto”, expresó el director en su alocución producida en el evento que se realiza con motivos a la celebración del “Día Nacional del Periodista” el próximo martes.

El mismo destacó que el Listín marca 508 millones de entradas por año y afirmó que no “tiene dudas” de que se ganaran más seguidores. En el primer trimestre del año se contaron con más de 29,521,877 visitas a la página.

A continuación el discurso integro:

Charla de apertura del seminario, en La Vega, el 1o de abril del 2022.

Como ustedes han podido apreciar en este video, el Listín Diario ha tenido que agotar numerosas fases para avanzar en el proceso de entroncar sus plataformas impresa y digital, para mí una de las transiciones más retadoras que ha tenido nuestro diario en más de 130 años.

Si no me equivoco, esta ha sido por igual una dura experiencia para aquellos medios que, adelantados o no a los cambios que ya se veían venir con la aparición del internet y las redes sociales, tuvieron que someterse al inevitable reto de reinventarse… o morir.

No todos estábamos preparados para aceptar que el tradicional modelo que ha imperado desde hace 200 años pudiera verse amenazado por la irrupción de una nueva tecnología que, en principio, fue concebida para masificar las comunicaciones personales y promover la socialización de los ciudadanos más allá de su ámbito local.

Y esa pudo ser, sin dudas, una de las razones por las cuales el periodismo tradicional mostró rezago y lentitud a la hora de considerar a las nuevas herramientas que ofrecía la tecnología, entre ellas el teléfono móvil, como instrumentos esenciales y aliados en una futura apuesta por su transformación.

Cuando al principio de este siglo comenzaron a surgir páginas digitales como subproductos del periódico impreso para darle más alcance y lectoría a las noticias entre los usuarios de esas tecnologías, los periódicos todavía no tenían una idea clara de que estaban frente a una mina inexplotada que, con el paso del tiempo, ha sido la palanca para alcanzar audiencias jamás vistas.

A nosotros nos tomó quince años de este siglo para decidir que ya debíamos dar pasos más audaces, a todo riesgo y precio, para sumarnos a la tendencia en curso de los diarios impresos de pasar de un modelo en fase de agotamiento a otro que nos asegurara la sobrevivencia, aunque fuese bajo otros parámetros de trabajo.

En ese tiempo, la plataforma digital operaba independiente de la redacción impresa, y aunque esta última ofrecía insumos para actualizar las ofertas digitales, la real asociación de la una con la otra vino a concretizarse en junio de 2017.

De hecho, esa plataforma digital ya había mostrado sus músculos al contabilizar en 2016, 73 millones 395 mil visitas a la página , una cantidad que al finalizar el 2018 cerró con poco más de 136 millones, lo que definitivamente pavimento así el camino hacia la conquista de mayores dimensiones de audiencia.

Para que tengan una idea de la evolución que ha tenido el nuevo modelo, al día de hoy, a casi cinco años del histórico paso, el Listín marca 508 millones de entradas por año y no tengo dudas de que ganaremos más. Somos, al día de hoy, el tercer portal entre los primeros cinco más importantes y visitados del país (solo detrás de los gigantes Google y Facebook) y estamos en la privilegiada lista de los mil portales más visto en el mundo entero.

En el primer trimestre del año contamos con más de 29 millones 521 mil 877 visitas a la página.

En las redes sociales contamos con 1 millón 285 mil 434 seguidores en Facebook, siendo el periódico con mayor cantidad de seguidores del país en esta red social; en el caso de Twitter, contamos con 1 millón 223 mil 522 seguidores. En Instagram contamos con más de un 1 millón de seguidores, esta red mostró su mayor crecimiento durante la pandemia. TikTok, que es un canal al que ingresamos recientemente supera los 54 mil seguidores.

Contamos con dos canales de YouTube: Listín Diario con 178,871 seguidores; y uno reciente que es Noticias Listín Diario con 2,244 seguidores.

Es preciso decir que este logro cuantitativo lo hemos alcanzado a pesar de que todavía no hemos ensamblado todos los arietes que idealmente deben constituir el engranaje de la convergencia, porque seguimos operando con redactores y editores que no han completado el proceso de mentalizarse y compartir, por igual, las múltiples tareas y modos de hacerlo que caracterizaban, en lo particular, a cada una de las plataformas en las que trabajaban.

Todavía no hemos llegado al punto ideal porque no resulta fácil romper los esquemas divisorios que condicionan las prioridades informativas y de otros contenidos de ambas plataformas, producto de un factor etario y cultural que predominan en las empresas periodísticas de todo el mundo. No es un problema exclusivo nuestro, sino general.

Justamente, este es uno de los retos difíciles de la transición: el hacer que todos los que están en la redacción, jóvenes nativos digitales y veteranos del periodismo tradicional, asuman que trabajan para un mismo modelo, en el que se mezclan habilidades y tecnologías con patrones y reglas de un producto distinto.

Años antes, estas dos categorías de editores y redactores coexistían con recelos disimulados. Los veteranos veían a los de la nueva generación como unos chicos extraños que parecían estar frente a máquinas de video juegos mientras aquellos, a su vez, percibían a los tradicionales como especies en vías de extinción.

Fue la pandemia del coronavirus la que nos hizo saltar a todos de nuestros asientos, de nuestras zonas de confort y de los apegos a formas de trabajo diferenciadas, y entrar de golpe y en lleno a una realidad totalmente nueva, aunque previsible, que obligaría a concentrar todas las energías en la plataforma digital y, desde entonces, a considerarla como el nuevo peldaño hacia el futuro.

El gran empujón de la reinvención lo produjo la orden de replegarnos todos a nuestras casas y desde ellas informar a nuestros usuarios del impreso y digital a través de un sistema de teletrabajo que habíamos concebido antes de que se declarara la existencia de una pandemia y que se admitiera el primer caso de contagio en el país en marzo del 2020.

Es con la experiencia de este abrupto y novedoso sistema en que hemos aprendido a depurar el modelo de la convergencia y a comprender que ya estamos inmersos en un nuevo periodismo, que aprovecha los valores tradicionales y los impregna en nuestras redes para cuidarnos de no ser contaminados por las noticias falsas o manipuladas, ni por la enfermedad de la prisa al dar las noticias.

También hemos aprendido que en el nuevo periodismo, ejercido a través de nuestra plataforma digital y redes sociales, las preferencias de las audiencias son determinantes, pero no del todo decisivas, al diseñar nuestras políticas de búsquedas y coberturas y los contenidos editoriales.

Aunque aumentar las audiencias es un objetivo clave para avanzar a nuevas fases en la monetización de nuestros contenidos y en la elevación de los ingresos publicitarios que son los que respaldan las inversiones en tecnologías, no perdemos de vista que, ante todo y por todo, nuestro papel es hacer periodismo de calidad, de profundidad, y más que nada de servicio al conocimiento y a las necesidades de los ciudadanos.

Por eso, y a diferencia del modelo tradicional que dependía mucho de las informaciones oficiales o del declaracionismo político o empresarial, nuestros focos se enfilan hacia una cultura de servicio y de contribución al debate, privilegiando la publicación de análisis concienzudos y crónicas que coloquen en su justo contexto los temas que servimos a nuestros lectores.

En los dos años de pandemia, nos esmeramos en producir formatos audiovisuales para el digital, impulsamos las transmisiones y programas en vivo de distintos géneros, le dimos relieve a los podcast y las modalidades comunicacionales de los youtubers e influencers , agregamos idiomas a algunos de nuestros formatos y gradualmente fuimos integrando a veteranos y nativos digitales en esos proyectos comunes.

Con esto quiero subrayar que, sin causar desmedro a nuestra marca bandera, el periódico impreso, que cada día muestra contenidos propios, con reportajes e investigaciones que producen los dos equipos, nuestro mayor énfasis lo estamos poniendo en la esfera digital que es nuestro horizonte seguro.

Obviamente que para llegar a un sistema integrado más funcional era preciso reestructurar, de arriba a abajo, el esquema organizacional dando paso a la llamada Redacción multiplataforma, en la que tres “hubs” o nodos concentran las plataformas digital, impresa y contenidos calificados de texto y audiovisual, dependientes de la dirección general.

En esa nueva redacción se integran los departamentos de mercadeo y tecnología, lo cual es una novedad dentro de nuestra empresa, más un equipo de investigaciones y de desarrollo de productos tecnológicos, editoriales y mercadológicos.

Este esquema supone un cambio cualitativo porque se trata de unir, armoniosamente, dos plataformas destinadas a cubrir audiencias altas y audiencias selectivas, permitiendo que el periodismo de esta era moderna responda a las demandas y realidades de una generación muy subordinada a las ventajas que, en la vida común, en la educación, en la industria y el trabajo les ofrece una tecnología que mezcla virtualidad con realidad, y el periodismo, en este caso como paradigma de la comunicación, no puede quedarse rezagado en esta dinámica que cada día, aceleradamente, le traza el camino del presente, que ya hoy es el futuro.

La marcha, en alguna medida, ha avanzado con sus lógicos tropiezos. Todavía no hay un modelo acabado en el mundo que pueda tomarse como estándar. Aquí, como decimos coloquialmente, trabajamos con lo que trajo el barco, adaptando experiencias exitosas y tratando de ser competitivos no solo en el plano local sino en el internacional, con los recursos de los que disponemos hasta el momento.