USA: Guerra en Europa y nuevo panorama latinoamericano

Vladimir Putin se preparó para una invasión a Ucrania que, denunciada por Joe Biden, pocos creyeron y, en consecuencia, el mundo acostumbrado a dudar de la palabra de los norteamericanos, fue tomado de sorpresa: El Lobo llegó, pero Caperucita se defendió y, en el forcejeo, intervinieron asustados los asombrados vecinos.

El Presidente Volodimir Zelenski no huyó, como todos adversarios y aliados esperaban que hiciera – hoy es un héroe mundial - y Kiev no fue tomada en tres días; a casi dos semanas de la invasión, injustificada, la reacción del mundo, en particular de Estados Unidos y de Europa, le impone a una Rusia un coste económico muy elevado, pues no obstante estar gobernada dictatorialmente, tiene una economía de mercado y sus ciudadanos sentirán muy pronto los efectos de las medidas.

Esta vez la guerra no es en Corea, Vietnam, Afganistán, ni siquiera es como en Kuwait o Irak – petroleros – o en Kosovo, territorialmente más cercano, es en Ucrania, es en un territorio europeo y rico - suplidor importante de alimentos y combustibles-, en que además se afecta seriamente la seguridad de la Unión Europea y, por eso, ante un gigante militar que no pudo aplastar en el primer round a un contrincante, débil y desprevenido, surgen de manera inmediata las sanciones, esta vez, no simbólicas, como antes.

Prontamente, los europeos sancionaron a los 351 miembros de la Duma y a 27 personas vinculadas a Putin, restringiendo la capacidad del Gobierno ruso de acceder a los mercados y servicios financieros, no sólo con la política de visados, sino el sector bancario, sacando los principales bancos del sistema swift y prohibiendo los vuelos de aeronaves rusas sobre el espacio aéreo de la Unión, así como embargos a bienes rusos en Europa y en particular, congelando los fondos de su Banco Central.

Ampliadas el 2 de marzo, les sancionan las actividades de radiodifusión y todo el mundo de conexión digital con el cierre de Facebook y Twitter: Le han aislado – con medidas nunca antes adoptadas – física, financiera y digitalmente. Eso desde luego, no lo esperaba Putin que, por sus efectos, los asimila a una declaración de guerra nuclear. Los norteamericanos fueron más rápidos y más amplios en sus sanciones que los miembros de la Unión Europea y, el Reino Unido, si bien actuó de inmediato en la sanción bancaria, será esta semana cuando ampliará las medidas según indicó este fin de semana el Primer Ministro Boris Johnson: Nunca antes, desde su fundación, la OTAN estuvo tan unida y decidida.

Los efectos de las sanciones tardarán unas semanas en sentirse con toda su intensidad y, aun antes de que se produzca, en el frente interno, el pueblo ruso – que no es el de la URSS – inició temprano sus protestas en contra de la invasión: Opositores, intelectuales y tímidamente algunos empresarios, se han expresado en contra de una guerra salvaje sin justificación alguna.

La respuesta del régimen no se hizo esperar con miles de arrestos a ciudadanos y la aprobación de urgencia de una ley – promulgada este fin de semana - que impide la información independiente, la expresión del pensamiento y las opiniones contrarias al Gobierno, como expresión de la preocupación del régimen por los efectos políticos internos que está generando la invasión – que no parece estar apoyada por el pueblo ruso -: Eso produjo el retiro de todos los medios de comunicación extranjeros que todavía permanecían allí. Desconectados del mundo, los rusos sólo se podrán informar a través de la reedición de las emisiones de guerra de la BBC de Londres, igual a como hizo en la segunda guerra mundial, solo que ahora, todo ruso tiene un teléfono para conectarse.

Eso plantea cuatro escenarios a la invasión y la tercera guerra mundial que parece que será prolongada -, a) un recrudecimiento de los ataques con el objeto de tomar Kiev antes de que los efectos de las sanciones produzcan posibles focos de protestas en Rusia y, que “milagrosamente” con la ayuda de equipo militar e información occidentales, los ucranianos, paren a Putin, b) que en el curso de las próximas semanas dada la superioridad militar – en equipos y soldados – rusos, Putin tome Kiev e imponga un Gobierno títere – que nadie le aceptará mientras intenta controlar el resto de la nación, cuyos ciudadanos podrían seguir luchando en una larga guerra de guerrillas muy costosa para Europa y el mundo, pero más para Rusia, c) que Putin intente anexarse a Ucrania – a pesar del desprecio de los ucranianos, como hizo con Crimea y, d) que las fuerzas internas en Rusia – tomen parte - le pongan en peligro y se vea forzado a un replegarse.

El éxito requiere que Estados Unidos logre aminorar los efectos negativos de la reducción de producción de petróleo y de gas para mantener con daños controlables la economía de los aliados y del mundo y, en ese sentido, esta semana en un vuelco a su política exterior, recordando la frase de Lord Palmerston (1784-1865) de que los estados no tienen “aliados eternos, y no tenemos enemigos perpetuos. Nuestros intereses son eternos y perpetuos, y nuestra obligación es vigilarlos” ha enviado delegaciones a Venezuela – que está fuera del mercado - y Arabia Saudita, única que puede aumentar de inmediato la producción, con el objeto de mantener el suministro, para el caso de que Rusia sea embargada – si Alemania asegura su abastecimiento -, que parece ser el siguiente paso si China fracasa o no se interesa lo suficiente en disuadir a Putin. España ya está pasando gas a Francia.

La invasión rusa – brutal - a Ucrania ha tenido efectos contrarios a los planes de Putin porque asustó a toda Europa uniendo a los belicistas, los moderados, los pacifistas y los neutrales, como podrían ser, Inglaterra, Francia, Alemania y España, dando la razón a Estados Unidos – y, estos, amenazados, con economías más eficientes, ahora aumentan su gasto militar, como es el caso de Alemania, que decidió destinar $ 100 mil millones de euros – 1.4 veces el presupuesto militar de Rusia – una autorización constitucional que siempre se negó a usar, para gastos de defensa: Eso ya no tiene vuelta atrás, el dinero, como la pluma, siempre derrotan al fusil, aunque tome algo de tiempo.

A Ucrania, que tiene mujeres y hombres de coraje, no le faltarán armas. El espacio aéreo – quizás -- no será cerrado, pero le darán aviones para protegerlo; ya verá el lector como pronto el Congreso norteamericano desbloquea fondos para ese fin, de hecho, este fin de semana, Zelenski lo solicitó formalmente.

A pesar de todo lo anterior y de la idea expresada sobre Putin de la ex secretaria de Estado, Madeleine Albright de que este es como una serpiente de sangre fría que no revela sus emociones, este fin de semana recibió al Primer Ministro israelí Bennet, quien viajó en el día sagrado, el Sabbat, a Moscú, luego se reunió con el Canciller alemán Stolf y habló con los presidentes de Francia, Macron y de Ucrania Zelensky: A pesar de que pocos creen que haya salida diplomática, los golpes han sido tan duros que, quien sabe, tal vez – dejando su ególatra megalomanía – se vuelve razonable con la ayuda de China.

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