Recordando al Padre Hernández: Una vida más allá de libros y filosofía
El fallecido sacerdote salesiano Jesús Hernández, hizo de la BAS la mayor biblioteca de filosofía del Caribe.
Su rostro refleja paz, su mirada alegría. “Tengo todo lo que necesito, el Señor me mantiene en actitud positiva todo el tiempo”, fueron las palabras de un hombre que decidió dejar atrás sus pasiones de ser humano común para convertirse en instrumento de Dios en la tierra.
El padre Jesús Hernández fue, más que el director de la Biblioteca Antillense Salesiana (BAS), un servidor de conocimiento, amor y amistad a las personas, en cualquier lugar donde estuvo al servicio de la iglesia.
Se le recuerda por su labor como párroco de la iglesia San Juan Bosco, como maestro de filosofía y teología, por su ayuda a la comunidad y su afán de tener la biblioteca más completa de las Antillas.
Tribulaciones
El párroco de la iglesia San Juan Bosco abrió su corazón y habló de su vida, sus sentimientos y emociones.
“El que está en los caminos de Dios, tiene más tribulaciones”. El Padre Hernández dijo que las personas creen que los sacerdotes, monjas, y todo el que sirva a Dios, no tiene pruebas, ni pasa dificultades en la tierra.
Dijo que a pesar de que como ser humano ha pasado dificultades, siempre ha tenido la confianza en Dios para soportarlas y superarlas de manera exitosa.
El hombre
A muchos les cuesta dejar atrás el hombre, sus pasiones y deseos más profundos.
El sacerdote aseguró que nunca temió ni se avergonzó de su decisión y que entre los deseos del mundo y Dios, prefirió quedarse con Cristo. “Crecí en una familia cristiana: siempre recibí apoyo de mis padres, por lo que nunca sentí temor ni me importó nada, porque yo era feliz”, afirmó.
Sus inicios
Jesús Hernández nació en un pueblo pequeño de España, Dévanos, provincia de Soria, Castilla La Vieja, el 27 de mayo de 1929. Hijo de un molinero y un ama de casa de pueblo y segundo de ocho hermanos, de los cuales cuatro son religiosos. El padre Jesús se crio en una familia de amor y de costumbres cristiana.
Explicó que fue enviado a estudiar a un colegio salesiano a la edad de 10 años, y que al estar allí se dio cuenta de que ese era su futuro, recorriendo después varios pueblos y luego países en su vida sacerdotal y enseñanza.
Vivencias y preparación académica
El “Feliz” padre como se describía a sí mismo, creció durante la Guerra Civil Española de julio de 1936 al primero de abril de 1939. Contó que el país pasaba por una crisis económica, pero que a pesar de lo que vio o vivió en aquella época su infancia fue feliz y guardó gratos recuerdos.
Viajó a Italia en 1949 a estudiar filosofía al Ateneo Pontificio Salesiano en Turín, al norte de Italia, luego regresó al seminario a estudiar teología y se graduó de Administración Escolar en Puerto Rico.
Dijo que que desde su juventud aprendió a escribir idiomas como latín, griego, alemán, italiano, ingles, portugués, catalán, francés, hebreo y ruso.
Palabras de quien fue protagonista feliz
“Yo soy feliz donde me envíen”, expresó al preguntarle cómo se ha sentido en nuestro país, donde llevaba más de 16 años desde la última vez que vino al país en 1996.
Explicó que fue maestro de filosofía en México, Cuba y Puerto Rico, donde siempre recuerda haber tenido alumnos dominicanos.
El sacerdote vino por primera vez al país en 1971 hasta el 78 sirviendo como párroco en Cristo Rey, regresó en el 1984 e impartió enseñanza hasta el 92 y volvió en 1996 hasta ahora, siendo actualmente el director de la BAS, donde hay más de 7,000 volúmenes de libros. Su última misión fue como párroco de la Iglesia San Juan Bosco.
Sostuvo que su mayor logro durante su etapa en el magisterio, fue estar a cargo de la formación inicial de los futuros sacerdotes, como Monseñor Fabio Rivas, Obispo Emérito de Barahona; el padre Luis Rosario, de la Pastoral Juvenil Nacional, Padre Luis Cordero, párroco de Cristo Rey, el padre Luis Reyes, en La Vega, entre otros.
El padre Jesús Hernández fue reconocido en varias ocasiones por su labor con la comunidad dominicana, la iglesia y la biblioteca Antillense Salesiana (BAS).
Entre los reconocimientos que el sacerdote recibió en vida está la medalla presidencial al merito civil en el 2003, otorgada por el presidente de entonces, Hipólito Mejía. También fue condecorado como Personaje Sobresaliente de la República Dominicana en el 2006, por Senderos del Mundo.
También fue propuesto como hombre del año que realiza Diario Libre en el año 2011.