Educación

Lo que salvó el año escolar

Un golpe de audacia fue combinar la virtualidad con la docencia presencial

La docencia presencial se reabrió en los municipios donde la incidencia del Covid-19 no superaba la positividad del 5%.

Helenny Amparo y Laura CastilloSanto Domingo, RD

Pasar de la virtualidad a la presencialidad, y viceversa, no es un escenario nuevo para los dominicanos, es de hecho una constante a la que el sistema educativo, en sus diferentes niveles, ha tenido que enfrentarse desde que la pandemia del covid-19 alcanzó la media isla.

El permanente pulso entre las dos modalidades de docencia ha llevado a las autoridades educativas a planificar los periodos académicos sobre la base de las estadísticas epidemiológicas del coronavirus y a modificarlos sobre la marcha, debido a la variabilidad del virus.

Es así como se ha dado pie a la innovación y exploración de nuevos métodos para la enseñanza, aunque también han aflorado las dificultades y necesidades del sistema.

A la puerta de la presencialidad Precisamente, la transición del mundo virtual a las aulas físicas se avecina de prisa a medida que el número de contagios y la positividad diaria comienzan a disminuir.

Recientemente y luego de más de una semana del levantamiento de las medidas restrictivas contra el covid-19 por el presidente Luis Abinader, el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) llamó al retorno de las universidades a la presencialidad.

Sin embargo, el regreso tendrá que esperar por lo menos hasta el próximo período académico en la mayoría de las casas de altos estudios.

El retorno a la docencia universitaria presencial se avistaba desde hacía semanas, el titular del Mescyt, Franklin García Fermín, ya había declarado a la prensa que en caso de que los contagios continuaran en baja, todas las universidades retornarían a la presencialidad.

“Las universidades están preparadas para que, si hay que volver totalmente a la normalidad, hacerlo, ese es el compromiso que se asumió en la asamblea de rectores”, expresó Fermín durante un acto por motivo del natalicio del padre de la patria Juan Pablo Duarte.

Innovación Sin embargo, antes de llegar aquí los centros de enseñanza apostaron por plataformas digitales como Microsoft teams y Moodle para conectar a los estudiantes con los maestros.

La directora de Educación Virtual de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), María Mejía De la Cruz, explicó que esta modalidad ha generado numerosos beneficios para los futuros profesionales.

“Las clases virtuales tienen muchas ventajas, la primera es que tú puedes tomar la clase no importa donde estés”, manifestó la académica, al tiempo que pormenorizó que ahora los uasdianos no tienen la limitante del centro o sub-centro en el que estudian.

Asimismo, la directora de educación virtual indicó que la modalidad a distancia ha permitido que los matriculados que, “por una razón u otra”, no están en el país pudieran avanzar y hasta terminar sus carreras.

“Fueron muchos los que terminaron sus carreras en estos dos años, que se fueron del país y pudieron seguir a través de la virtualidad”, agregó.

De su lado, Juan Martín, director de tecnología educativa de la Universidad Evangélica (UNEV), sostuvo que han realizado encuestas entre sus alumnos y los datos revelaron la inclinación por el modo virtual.

Cambios permanentes Aunque la docencia híbrida, con asignaturas virtuales y semipresenciales, fue aplicado por la inviabilidad de llevar a los estudiantes a las aulas físicas, se ha arraigado en las universidades, proyectándose como uno de los cambios permanentes fertilizados por la pandemia.

Para el rector de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (Unphu), Arq. Miguel Fiallo Calderón, la virtualidad es “una materia aprendida por las universidades”.

Deserción De las 53 academias de estudios superiores del país, en el 2020, aproximadamente un 40 o 50 por ciento de los estudiantes se retiraron producto de la incidencia del covid-19.

En el 2021 se registró una deserción menor, con un promedio de 25 a 30 por ciento y se espera que en el 2022 disminuya aún más la cantidad de jóvenes que abandonan sus estudios superiores, de acuerdo a datos ofrecidos por Ricardo Winter, representante de las universidades dominicanas.

Lo que significa que antes de la pandemia, en el 2019, había matriculados unos 600,000 estudiantes; en el 2020 se tenía registro de aproximadamente 400,000 estudiantes, lo que representó una baja estudiantil de unos 200,000 estudiantes y hasta la fecha hay reportes de unos 500,000 activos.

También destacó todo el esfuerzo que hizo el Ministerio de Educación y al Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) “para lograr la continuidad de las clases” debido a las secuelas de la pandemia.