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La música y el llanto se confundieron este miércoles en el último adiós a Edison Yunior Báez

TRAGEDIA CHIAPAS

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José DicenBaní, Peravia, RD.

La música fue el aliciente que la familia, vecinos y amigos de Edison Yunior Báez, más conocido como "Bacalao", encontraron para darle el último adiós, y sepultarlo la tarde de este miércoles en el cementerio municipal del kilómetro 2, en Escondido, municipio de Baní.

Edison Yunior falleció el pasado 9 de diciembre tras el vuelco de un furgón, en Chiapas, al sur de México, junto a decenas de indocumentados que pretendía llegar a Estados Unidos tras el "famoso sueño americano".

Luego de 48 días de espera para el traslado del cadáver de ´Bacalao´ a suelo dominicano, el drama angustioso que ha vivido la familias banileja se recrudeció con todo su dolor este miércoles, tanto durante el velatorio como en el sepelio de este joven, que dejó hijos, padres, amigos y bienes por ir tras un sueño de progreso y mejoría económica que nunca alcanzó.

Su cadáver fue velado en su casa materna, ubicada en el barrio Las 20 Casitas, al norte de la ciudad de Baní.

Su madre, hijas y amigos lloraban desconsoladas alrededor del féretro colocado en el centro de la única callecita del pequeño vecindario y a unos 10 metros del féretro, un vehículo equipado con potentes alta voces, temas musicales de bachatas y del género urbano sonaban sin descanso confundiéndose el llanto con la alegría.

Su madre Yaquelin solo repetía el nombre del hijo, que cada día, a las 7:30 de la mañana, pasaba a saber de ella y a brindarle su cariño.

“Yunior, Yunior, hijo mío qué te pasó”, se le escuchaba gritar sin consuelo alguno.

También lloraban sus hijas, hermanas y hermanos, amigos y vecinos, porque "Bacalao" era un joven bien apreciado y querido por amigos y familiares.

De hecho en un vecindario del barrio El Fundo tuvieron que detener el cortejo fúnebre para otro grupo de amigos y familiares hacerle su despiadada final, también entre tragos y ritmos musicales de estos días.

Desde ahí, en medio de llantos, la música y el ruido de los vehículos y motocicletas, y una que otra botella de cerveza, que pasaban de mano en mano, continuó el cortejo fúnebre hasta el cementerio del 2, donde descansarán sus restos mortales y sus últimos sueños por siempre.