Predicadores acuden con fe a dar ánimo a los enfermos
En el Hospital Doctor Francisco Moscoso Puello, los fieles de distintas manifestaciones religiosas tienen su epicentro los sábados de cada mes.
Como bien dice un viejo adagio ¨la fe mueve montañas¨ y la misma también transporta a diferentes personas a realizarle diferentes peticiones a su Dios para despejar sus dudas y problemas.
Esta iniciativa tuvo origen a partir de la segunda ola de la pandemia del Covid-19, en la cual tomaron las riendas de dar apoyo a los familiares y pacientes que se encontraban ingresados en diferentes áreas del hospital.
Dos sábados al mes se dedican a regalar insumos y hacer servicio comunitario tales como barbería, higienización, raciones alimenticias y pañales para los infantes que se encuentren hospitalizados.
El pastor Claudio Ramos, quien es el encargado de liderar su congregación hacia el nosocomio, habló sobre sus motivaciones para realizar dichos actos. “Estamos aquí por las almas, Dios es amor y eso también incluye a los enfermos, le damos gracias a las autoridades del lugar por abrirnos las puertas”, señaló el religioso.
Algunos con lágrimas al borde de los ojos, brazos hacia arriba en señal de alabanza y otros de rodillas implorando a Dios desde la mejoría de un familiar o conocido.
Tal es el caso de Patricia Reyes, que desde días pasados se encuentra en los alrededores del hospital en espera de ver la mejoría de su madre, ella era hoy uno de los tantos familiares que se encontraban reunidos orando por ver la renovación de la salud de sus seres queridos.
“Esto me da paz. Usted vio cómo estaba mi hermana hace unos días y está aquí es nuestro refugio personal y espiritual”, agregó Reyes. Justo en medio de la ceremonia llegó el director del centro de salud, el doctor Enmanuel Silverio, quien fue recibido entre aplausos y agasajos por parte de los feligreses.
“Desde que se presentó esta oportunidad le di el sí. Cualquier servicio que vaya orientado al bien de la comunidad es bueno, esto es un alivio emocional , yo vengo y formo parte del culto siempre que puedo, también aquí hay un equipo psicológico para duelo en las carpas fuera del área de Covid-19”, declaró Silverio.
Estar en este ambiente les regenera, lo que siente que tal vez han perdido al encontrarse pasando por batallas internas y externas en su vida.
Rosa Núñez tiene la fe que su vida vuelva a la normalidad y que su hermano, quien está hospitalizado, continúe siendo la “alegría de la casa” como ella misma lo define. “Escuchar, ver y sentir lo que se hace en esta sala no tiene precio, aquí todo el mundo está de forma voluntaria sacando de su tiempo para mostrarle a los que pierden las fuerzas que se acercan tiempos mejores, que mejore médico y sanador que la palabra de Dios¨, indicó Núñez.