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Tragedia de Chiapas: Rafelín Martínez, un artesano azuano que dejó cientos de pilones a medio terminar

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Deyanira PolancoBaní, provincia Peravia, R.D.

El accidente de indocumentados en Chiapas México también llevó el duelo a la provincia de Azua. En la travesía había un joven artesano de la localidad de Boquerón, en Los Pilones en Azua, que falleció el jueves cuando se volcó el camión, pero fue cerca del mediodía del martes que su madre se enteró.

Rafelín Martínez, de 30 años, era conocido en Azua y Baní con sus dotes de trabajador serio. Dejó una niña de dos años.

Desde pequeño se dedicó a la fabricación de pilones de madera, una artesanía muy demandada por las que transitan por la carretera Sánchez, hacia el Sur de la República Dominicana. El oficio lo aprendió de su padre quien tiene un taller más grande que el de Rafelín, pero en la comunidad de Las Charcas en Baní, colindante con la localidad rural de Boquerón (en la entrada de Azua).

Ambos suplían a varios de los quioscos que están en la Plaza de Los Pilones, a orilla de la carretera, donde sus clientes lo lloran como familiares.

“Era un muchacho serio, trabajaba con su papá que tiene una fábrica de pilones y tenía un torno en su casa. También trabajó con un pelotero de Baní administrándole una discoteca. En todo lo que hacía era serio”, expresó Claudio Martínez, un vendedor de manualidades que lo vio crecer.

La señora Santa Tejeda, esposa de Claudio, igual se expresó de Rafelín. “ Era un muchacho que quería echar para adelante. Lo queríamos mucho. Era serio”.

Contrario a Claudio, que decía que el joven no tenía la necesidad de irse de forma ilegal para Estados Unidos, su esposa se entristece con el argumento de que “en este país se trabaja en el día para comer en la noche”, que los jóvenes aspiran a tener una casa, un carro y a ayudar a sus familiares.

En la casa de Rafelín

Listín Diario fue testigo del primer grito de dolor de Kenia Maribel Pimentel Castillo, en su casa, en una pendiente de una calle rústica, donde todos le habían ocultado que el primero de sus dos hijos, había muerto.

“Mi amor, mi niño, mi rey, me quiero ir contigo. Llévame contigo mi muchachito”, era el clamor de Kenia, a quien le habían mentido durante 5 días diciéndole que su vástago estaba vivo. El accidente fue el jueves y ella se enteró el martes al mediodía.

Abuela en silla de ruedas

Mientras que unos ojos que parecían saltarse de sus cuencas y sollozos fueron las expresiones de la abuela materna de Rafelín, cuando escuchó los gritos de su hija Kenia. La señora está inválida en una silla de ruedas, tras sufrir una trombosis.

Todos corrieron para donde Kenia quien se desplomó, al llegar del hospital, porque sufre de los riñones, cuando vio en su celular la fotografía de su hijo entre los muertos de Chiapas y casi simultáneamente avistó la camioneta del equipo de prensa de Listín Diario al frente de su casa.

En la galería de la casa amarilla, donde vive Kenia con sus hijos, su esposo y su madre, solo estaba esta última sin poderse mover.

Un montón de pilones a medio terminar que su abuelo no se cansaba de observar

El abuelo de Rafelín, en cambio, se incrustó en la parte trasera de la vivienda donde su nieto tenía un taller de hacer pilones de madera. Allí solo estaban decenas de sus manualidades con las que suple a los detallistas de la plaza de Los Pilones.

Su artesanía también es demandada en otras localidades del país y el extranjero, según dijo una vecina. “Él movía mucho dinero. Ese muchacho eran muy trabajador, era un amor, todos estamos desbastados”.

Del grupo de dominicanos víctimas de la tragedia de Chiapas se han identificado siete fallecidos, además de Rafelín en la lista figuran los banilejos Juan Alberto Soto Ortiz y Yuniel Mordan Báez, de la comunidad El Cañafístol; Ángel Lugo García y Frantoni Matos González, de Catalina; Luis Alfredo Báez, de Fundación de Peravia y Édison Báez Martínez, de Las 20 Casitas.

Fotografías de José A. Maldonado/LD

El abuelo de Rafelín quita el polvo de uno de los pilones del deposito de su nieto

Claudio Martínez perdió a uno de sus mayores suplidores de pilones de madera.

Parte de las artesanías elavoradas con  las finas manos de Rafelín Martínez

Rafelín era el soporte económico de su familia.