Educación

UN PAÍS TRANSFORMADO

El Covid transformó las casas en aulas

Las deficiencias de conectividad y en el servicio de energía eléctrica trastornaron las clases a distancia.

Laura CastilloSanto Domingo, RD

Después de estar bajo ataque del nuevo coronavirus todo se transformó y la educación no fue la excepción. Se buscó una salida rápida para continuar las clases implementando la modalidad virtual y a distancia, posicionándose como futuras opciones claves para el desarrollo del conocimiento. Ambas modalidades se efectuaron bajo deficiencias que iban desde la carencia de conectividad, uso de tecnología, electricidad y sobre todo la falta de dispositivos que demandan estas alternativas.

A pesar de los obstáculos que perduraron durante todo el año escolar y que hasta el momento existen, se salvó el año lectivo transformando la educación tradicional en una educación modernizada, flexible y a la vez complicada.

Educación superior El presidente ejecutivo de la Asociación de Universidades Privadas de la República Dominicana (Aured), Ricardo Winter, detalló que cuando el virus golpeó el país el 80 por ciento de las universidades no tenían una plataforma digital como un sistema educativo y si la tenían no la usaban correctamente.

“Lo que debieron de venir haciendo hace dos años lo tuvieron que hacer en dos semanas”, admitió Winter, señalando que el trauma más grande fue la baja estudiantil producto de las crisis sanitaria y económica causadas por la pandemia.

Señaló dentro de las deficiencias que todavía imperan en esta modalidades la ausencia de una conectividad de calidad en todo el territorio y la disciplina que los estudiantes deben de tener. “El profesor en este caso es el guía, le dice lo que tiene que hacer pero el estudiante no tiene la responsabilidad ni la madurez de aceptar que sea por una plataforma por la que tenga que estudiar”, expresó.

Añadió que además de la poca disciplina de algunos alumnos, otros no tienen los recursos necesarios.

“No es lo mismo por un celular que estudiar por una computadora sentados en sus casas con la calidad que requiere la virtualidad”. Un celular inteligente es para una emergencia quizás de una o dos semanas pero para estudiar virtual es un problema y la mayoría de nuestros estudiantes universitarios no tienen una computadora. Al menos una población del 35 o 40 por ciento tiene conectividad y herramientas porque son de clase media y pudientes”, indicó.

Deserción De las 53 academias de estudios superiores del país, en el 2020 aproximadamente un 40 o 50 por ciento de los estudiantes se retiraron producto de la pandemia. En este 2021 se registró una deserción menor, con un promedio de 25 a 30 por ciento y se espera que en el 2022 disminuya aún más la cantidad de jóvenes que abandonan sus estudios superiores, de acuerdo a datos ofrecidos por Winter. Lo que significa que antes de la pandemia, en el 2019, había matriculados unos 600,000 estudiantes; en el 2020 se tenía registro de aproximadamente 400,000 estudiantes, lo que representó una baja estudiantil de unos 200,000 estudiantes y hasta la fecha hay reportes de unos 500,000 activos.

También destacó todo el esfuerzo que hizo el Ministerio de Educación y al Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) “para lograr la continuidad de las clases” debido a las secuelas de la pandemia.

Sin precedentes Exactamente el 2 de noviembre del 2020 inició un nuevo año escolar atípico para todo el país con una cantidad de dos millones 200 mil estudiantes matriculados en el sector público y en el sector privado se integraban 600 mil estudiantes, para un total de dos millones 800 mil alumnos a nivel nacional.

Estos debieron tomar las clases transmitidas por más de 150 emisoras y 100 canales nacionales y empresas de cable.

En un acuerdo firmado el 15 de octubre del mismo año se eligieron las plantas televisoras Teleantillas, Telesistema Canal 11, Telemicro, Telecentro, RNN 27, Digital 15, Color Visión, Antena7, CDN, la Corporación Estatal de Radio (CERTV) y la Radio Educativa Dominicana para la transmisión de las clases del año escolar 2020-2021. ¿Virtualidad definitiva? Implementar algunas materias virtuales de manera definitiva en las universidades pudiera ser posible luego del auge que tuvo esta modalidad.

El Mescyt señaló que cuentan con una Guía de Diseño y Actualización de Planes de Estudio y Protocolo para la creación y evaluación de programas de estudios a distancia, donde las Instituciones de Educación Superior (IES) pueden elaborar planes de estudios bajo la modalidad Virtual y Semipresencial.

Modelo híbrido A partir del mes de agosto de 2021 se aprobó el inicio de la docencia en las IES del país de manera presencial.

Sin embargo, esta medida no corresponde a una presencialidad total ya que hasta el momento se está implementando una metodología híbrida que combina la presencialidad con la docencia virtual, tomando en consideración las disposiciones de las autoridades sanitarias.

CIFRAS

Opinión del experto

El director ejecutivo de Acción Empresarial por la Educación (EDUCA), Darwin Caraballo, señaló que las clases presenciales son insustituibles para algunos grados, por ejemplo, para los niveles primarios e iniciales, básicos y secundaria que requieren de una enseñanza cercana y minuciosa.

Precisa que la pandemia generó una situación donde los más afectados fueron las familias que menos recursos tienen, porque en ese momento se aumentó la desigualdad afectándolos directamente por la carencia de conectividad y equipos.

Destacó que “hubo centros educativos que aprovecharon muy bien el embate del covid y posteriormente las modalidades implementadas, sin embargo, admitió que las clases presenciales son imprescindibles.

Caraballo dijo que todavía en la República Dominicana “no se ha realizado un estudio para evaluar cuánto aprendieron los estudiantes en las modalidades virtuales o remotas” para definir si continuar con este modelo educativo.

El mayor trastorno estuvo en deficiencias de conectividad

Durante todo el proceso de las clases virtuales y a distancia la conectividad jugó un rol importante, sin embargo, su eficiencia no tuvo resultados positivos en estas modalidades.

“El Estado dominicano tiene que hablar rápidamente con el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel) para que haga una conectividad de carácter de urgencia”, detalló Ricardo Winter.

Dijo que “las compañías telefónicas no pueden estar solo donde hay ganancias sino que también lleve el internet y la conectividad a todos los rincones del país que en muchos no hay”.

Como una salida a la brecha digital, planteó hacer financiamientos o préstamos para que los estudiantes universitarios puedan obtener unos dispositivos electrónicos para la efectividad de sus estudios.

“Debe de haber un financiamiento blando o prácticamente con tasa cero para que puedan tener una mejor interconectividad”, señaló.

Necesidades Una de las necesidades que surgió en la educación superior luego de la pandemia ha sido la de fortalecer los planes de estudios realizando las mejoras que requieran para facilitar su integración a los entornos virtuales, explicaron las autoridades del Mescyt.

Además, admitieron que debido a que la semipresencialidad y la virtualidad son un hecho, donde se debe de priorizar es en la educación híbrida, aceptando que se tendrán que aproximar para realizar los ajustes pertinentes tanto en el marco legal como tecnológico.

Como también facilitar capacitaciones para el uso efectivo de tecnologías educativas y promover la ampliación de la conectividad para que los estudiantes y docentes tengan un mejor acceso a las herramientas y plataformas virtuales para obtener un mejor resultado en el proceso de desempeño de la enseñanza y aprendizaje.

La aparición del virus trajo ventajas en el ámbito educativo del país y una de ella fue que motivó a que los docentes y estudiantes adquirieron destrezas tecnológicas y se actualizaron en el uso efectivo de las herramientas digitales.

Mientras que una de las desventajas fue la brecha digital que retoñó una vez se implementaron ambas modalidades. Además, algunos de los actores del sistema educativo no contaban con los instrumentos tecnológicos ni mucho menos con el acceso a la conectividad o internet.

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