Política

Haití se ‘acerca’ a RD por la vía diplomática

Primer Ministro Ariel Henry tiende la mano a Luis Abinader, ante indiferencia de la OEA, críticas de la ONU y duro rechazo de grupos prohaitianos por medidas de control migratorio.

1) Daniel Suplisse, enviado especial de Haití a la República Dominicana. 2) Ariel Henry, Primer Ministro de Haití.

Ruddy L. GonzálezSanto Domingo, RD

Mientras la comuni­dad internacional voltea la mirada a la crisis de Haití y los grupos pro­haitianos enquistados en la Repú­blica Dominicana despliegan una campaña contra las medidas toma­das por el gobierno contra los ile­gales haitianos, el régimen que di­rige el Primer Ministro Ariel Henry tendió la mano al Gobierno de Luis Abinader en un esfuerzo por iniciar un acercamiento en procura de re­ducir las tensiones que ha provoca­do el estado de inestabilidad políti­ca, económica y social de la nación que ocupa el lado oeste de la isla.

“Estoy muy satisfecho de este en­cuentro, en pos de una mayor ar­monía y una verdadera agenda de cooperación en las relaciones do­minico-haitianas a todos los nive­les”, comentó el empresario Daniel Suppice, enviado especial y per­sonal del Primer Ministro Henry, quien en República Dominicana se reunió con el Canciller Roberto Al­varez, el Presidente Abinader y re­presentantes de otros sectores de la nación, incluyendo el presiden­te del Senado, Eduardo Estrella, diplomáticos de Estados Unidos y otras naciones, políticos, empresa­rios, la Iglesia y de la sociedad civil, con un mensaje de armonía de par­te de los que detentan el gobierno de su país.

Y aunque Suppice –quien ha­bía visitado otras muchas veces en el país- estuvo cinco días en Repú­blica Dominicana –desde el lunes 8 de noviembre hasta el viernes 12- el gobierno dominicano no ha emi­tido ninguna información sobre el viaje oficial ni los niveles de sus con­tactos y las conversaciones que sos­tuvo.

En septiembre pasado en un dis­curso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, el presidente Abinader hizo un llamado a la comunidad inter­nacional a que acudiera en ayuda de Haití a fin de ayudar a la solu­ción de la crisis institucional, políti­ca, económica y social que sacude a esa nación, actualmente bajo ase­dio de peligrosas bandas armadas y una indefinida línea de autoridad.

Un llamado similar fue externa­do la semana pasada por el canci­ller Roberto Alvarez en el foro de la Asamblea General de la Orga­nización de Estados Americanos (OEA), en Ciudad Guatemala. El canciller Álvarez advirtió que la si­tuación en Haití “ha llegado a un punto dramático” por las pandillas y el nivel de violencia e inseguri­dad, puntualizando que “no habrá una solución dominicana a la cri­sis haitiana” al lamentar que la vida cotidiana en ese país se ha converti­do “en una pesadilla”.

De su lado, el controvertido can­ciller haitiano, Claude Joseph, dijo que su país se encuentra en una si­tuación de “seguridad muy difícil” que no puede tener respuesta “efi­caz” a las “amenazas” contra sus ciudadanos que hace necesaria una “cooperación multilateral” para tra­tar de construir una “democracia”.

El presidente Abinader, asimis­mo, publicó una declaración en su cuenta twitter, el 1ro de noviem­bre, en que pidió directamente a los presidentes de Estados Unidos, Francia y el primer ministro de Ca­nadá, acudir en ayuda a Haití. “La comunidad internacional, en par­ticular EE.UU., Canadá, Francia y la Unión Europea deben actuar en Haití y con urgencia. RD continua­rá el plan anunciado con medidas migratorias más estrictas. @PO­TUS, @EmmanuelMacron, @Jus­tinTrudeau” fue el twitter del Presi­dente Abinader.

Pero no hubo reacción a estas peticiones. Por el contrario, la OEA hizo una tímida alusión a la crisis de Hai­tí en el texto general de la declara­ción final de su Asamblea General, el gobierno norteamericano pare­ció responder el pedido de Repúbli­ca Dominicana en la declaración del subsecretario de Estado de la Ofici­na de Asuntos Internacionales, To­dd Robinson, quien en Puerto Prín­cipe dijo: “Al final del día, no será la comunidad internacional la que venga al rescate de Haití. Serán hai­tianos, serán las autoridades hai­tianas y la Policía Nacional de Hai­tí quienes serán responsables de la seguridad en el país”. La tapa al po­mo se la puso la ONU con una de­claración de prensa este martes en que critica las medidas de control y repatriación migratoria que aplica República Dominicana contra los haitianos.

La ONU fue más lejos, al mani­festar “preocupación” por la deten­ción y deportación de mujeres em­barazadas que buscaban atención en centros de salud y hospitales en varias regiones del país indicó que esas acciones “ponen en ries­go la integridad física y la vida” de estas mujeres e “incumplen el pro­ceso establecido en los protocolos nacionales y las convenciones y es­tándares internacionales sobre de­portaciones de migrantes”. Y subra­ya el comunicado: “El Sistema de Naciones Unidas hace un llamado a las autoridades del Estado, encar­gadas de aplicar las decisiones to­madas por el Consejo Nacional de Migración, a prevenir y suspender las acciones que atenten contra los derechos humanos de la población haitiana, y a restablecer el respeto por la dignidad humana en la apli­cación de sus políticas migratorias y de seguridad”.

Contacto vs denuncias de prohaitianos La presencia de Suppice en el país, entonces, trató principalmente de li­mar las asperezas que generaron las declaraciones –a través de su cuen­ta de twitter- del canciller Claude Jo­sehp, quien de forma destemplada endilgó críticas al Presidente Abina­der y a los dominicanos, a propósito del ‘blindaje’ de la frontera domínico-haitiana y las declaraciones tajantes del Gobierno dominicano en el sen­tido de que su deber esencial es la garantía de la seguridad nacional. Y al tiempo que ‘selló’ la frontera con más de doce mil efectivos militares, equipados con armas, vehículos, he­licópteros y aviones, el Gobierno do­minicano puso en marcha una serie de medidas de control de los indo­cumentados haitianos con repatria­ciones y en especial en los temas de la renovación de visados a los estu­diantes haitianos y de parturientas que vienen a alumbrar al país. Los grupos prohaitianos enquistados en estructuras mediáticas, ONGs, orga­nizaciones profesionales y hasta re­ligiosas, han hecho duras críticas al Gobierno por la puesta en ejecución de las medidas de control migrato­rio, repatriaciones de indocumenta­dos, sobre la renovación del visado de estudiantes y, en forma más du­ra, sobre la prohibición de alumbra­miento de mujeres embarazadas en los hospitales dominicanos, salvo en caso de emergencia, medidas que han calificado de ‘abusivas’, ‘grose­ras’, ‘despiadadas’ y apartadas al res­peto a los derechos humanos. So­bre el tema de las embarazadas, esos grupos de presión hicieron circular un video de una mujer haitiana que había sido detenida y contra la que pesaba una orden de repatriación, pero quien presentó parto cuando era llevada al centro de detención de Haina y a quien las autoridades lle­varon a un hospital, donde alumbró con una cesárea y a quien luego de su recuperación fue retornada al cen­tro para esperar su traslado a la fron­tera para ser enviada a su país, junto a su recién nacido.

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