La angustia que marca la espera de un trasplante
Sergio Gómez es un dominicano que comparte turno con miles de pacientes en Estados Unidos para un trasplante de riñón
Esperar la donación de un órgano para ser trasplantado se convierte en una agonía, no importa el lugar donde te encuentres. De eso sabe muy bien Sergio Gómez, un dominicano de 61 años residente en Estados Unidos, desde hace 33.
Hace dos años entró a lista de espera para trasplante de riñón, la cual comparte con miles de pacientes más, teniendo en su contra el hecho de que se trata de una lista preferencial por edad, por lo que siempre se les dará prioridad a personas más jóvenes, de lo cual, asegura, no se queja, porque lo entiende lógico.
Lo que no comparte es que muchos jóvenes se están dañando sus órganos, sin darse cuenta, usando las conocidas pipas de agua o hookah, por lo que le quitan el turno a personas de la tercera edad que aún tienen mucho deseo de vivir y aportar a la sociedad.
Incertidumbre total Cada día es una esperanza y una desesperanza más. “Se está en un estado de incertidumbre total, porque se vive día a día sin saber si vas a amanecer vivo”. Sergio padece de una enfermedad genética llamada poliquistosis renal múltiple de adultos, la cual afecta a una gran parte de su familia, por lo que ninguno, ni hijos, ni hermanos, sobrinos y otros familiares directos, son aptos para donar.
Vive pendiente al teléfono, a que en algún momento pueda recibir la llamada que le marque el antes y el después en su calidad de vida. Sus dos riñones funcionan solamente entre el 18 y 14% de capacidad, por lo que la próxima semana empezará a recibir tratamiento de diálisis. Explica que en el transcurso de la espera sus riñones han pasado del 48% de función a un 14%, por lo que constantemente está sometido a estudios médicos.
Entre chistes y bromas Pese a que cada día debe tomar 20 medicamentos distintos, sufre de nauseas constantes, padece de tiroides y la próstata para lo que se médica, tiene inflamación en sus extremidades, tiene parte de las venas obstruidas y ha sido sometido a cinco cirugías para colocarle venas artificiales y fístula, de las cuales sólo una funcionó, Sergio pasa sus días entre chistes y bromas, mostrando un sentido del humor que lleva a los propios médicos que le tratan a sorprenderse y calificarlo de impresionante.
Ha estado ingresado en salas hospitalarias donde ha visto morir a varios de los pacientes que le acompañan, y cuando le hacen alusión al hecho simplemente responde “esos son ellos, yo no”, incluso recientemente salió de un procedimiento en el que creía que no despertaría, y al recuperar la consciencia, ante la pregunta del médico de que cuál era su nombre, respondió sonriente “Bill Clinton”, en alusión al expresidente de Estados Unidos.
Los quistes del riñón ya se están pasando al hígado, al páncreas y al intestino delgado obstruyendo parte de este.
Dice que heredó el sentido del humor de su madre, que era comediante, pese a que falleció cuando él tenía 12 años. También hizo cursos de teatro y llegó a participar en grupo de teatro de jóvenes, pero no siguió y se convirtió en autodidacta con más de 2,000 libros estudiados de diferentes saberes.
“Yo tengo un gran amor y apego a la vida, porque nací de dos libras y cuarta, con pronóstico de que no me salvaría”, comenta.
Lee, cultiva plantas y cuida su perro Para evitar caer en estado de depresión, Sergio, que desde hace un tiempo vive solo, comparte su tiempo entre cuidar su perro que le obliga a pasearlo a las 7:00 de la mañana y al atardecer; lee diferentes tipos de libros, realiza y cuelga videos de opinión y en su propia casa cultiva diferentes plantas, algunas frutales, ornamentales y medicinales.
Sus primeras señales de enfermedad renal empezaron cuando tenía 35 años, cuando sentía fuertes punzadas, entre otras manifestaciones, pero nunca se preocupó por ir al médico, hasta que tiempo después un fuerte dolor hizo que su esposa lo llevara al hospital donde se le diagnosticó la enfermedad.
“Me dijeron, su vida jamás será igual, el sueño usted lo va a perder, la tiroides empezará a fallar, su función sexual bajará en un 50%, entonces yo le dije y no pueden envenenarme aquí mismo”, cuenta entre risas.
“Pido que donen” “Cada día es un reto, por lo que pido a la consciencia familiar, que se conviertan en donante de órganos, que si yo no llego a adquirir un riñón y muero en el proceso, me voy contento porque cuando nací me dieron siete horas de vida y tengo 61 años, pero hay otras personas que necesitan trasplante de órganos para vivir.
Recuerda que una persona puede vivir con un solo riñón sin ningún inconveniente. Apeló a la conciencia de los familiares de todos esos pacientes que se encuentran en espera de un trasplante de riñón.
Explica que Estados Unidos tiene un programa donde se establece que cualquier persona puede donarle un órgano al paciente, aunque no sea compatible, y se hace un intercambio. Ese riñón se lo donan aotra persona, y entonces el compatible se lo colocan a ese paciente.
Dice que cualquier persona que quiera donar un riñón para contribuir con su salud, solo tiene que comunicarse con él, para darle el número del hospital en Estados Unidos y decir su nombre, desde donde empieza el proceso.
Se dedicaba a manejar vehículos de carga y contaba con su licencia comercial, lo cual ya no puede hacer debido a su condición.
¿Qué le da fuerzas para seguir? Aunque durante toda la entrevista, realizada vía virtual, mantuvo una sonrisa y un espíritu alegre, su voz se entrecortó y sus ojos se nublaron al momento de hablar de la familia y las enseñanzas que le ha dejado el proceso.
Cuando está triste llama a sus amigos y hermanos para hablar con ellos, sabe que la clave para enfrentar lo que le pasa es no encerrarse, sino hablar, siempre buscar con quien hablar. Dice que mantiene contacto con todos sus amigos, incluyendo los de su infancia y compañeros políticos de un partido político pequeño al que pertenece, el PDI.
Dice que cada día es un reto en su condición, pero que ha tenido unos hijos maravillosos, una gran esposa, unos hermanos que lo aman y sobrinos que lo adoran.
Es el mayor, de los varones, de una familia de ocho hermanos y tiene cuatro hijos. Como muchos dominicanos, emigró hacia Estados Unidos en los años 80 en busca de mejor vida.
Explica que un paciente puede pertenecer a diferentes hospitales, pero se ingresa a una lista nacional, estando obligado el paciente de ir cada mes a tomarse una muestra de sangre, si la persona deja de ir entre el primero y 15 de ese mes, entonces es sacado de la lista de espera.
SEPA MÁS La enseñanza Dice que el proceso que está viviendo le ha enseñado que lo que verdaderamente vale en la vida es el amor, la familia, tus padres, esposo o esposa, hijos, que los amigos son una parte imprescindible en la vida del ser humano, y saber que no todo en el mundo está perdido, que las mejores personas son mucho más que las malas y que cada día tiene su propio afán.