La República

Llegan a Dinorah las primeras ayudas para su hijo enfermo

Dinorah siente satisfacción por las ayudas recibidas. J.A. MALDONADO

Helenny AmparoSanto Domingo, RD

De un semblante entristecido a un rostro lleno de esperanza, fue el cambio de expresión de doña Dinorah, quien ayer recibió el apoyo de varias personas e ins­tituciones que han extendido su solidaridad para aligerar las pre­ocupaciones y sacrificio de una madre que por saber de la salud de su hijo está dispuesta a reco­rrer largas distancias.

Luego de la publicación de Lis­tín Diario sobre las vicisitudes que ha tenido que sobrepasar Di­norah Marte para trasladarse dia­riamente desde La Malena, entre las playas de Boca Chica y Juan Dolio, al Centro Cardio-Neuro Oftalmológico y Trasplante (Ce­canot) donde está ingresado su hijo por Covid-19, ¿quién es Di­norah? se convirtió en una pre­gunta recurrente en el recinto hospitalario.

Se trataba de las manos ami­gas que desde tempranas horas buscaban conocerla y ayudarla personalmente.

El remdesivir, medicamento que la madre debía conseguir pa­ra iniciar el tratamiento de Rudy Peña contra el coronavirus y que la mantenía agobiada por su al­to costo, llegó a sus manos no so­lo en una caja, sino en suficientes dosis para tratar al señor de 46 años hasta por seis días.

“¡Ay Dios! Yo sí les doy gracias a todos y que Dios los ayude más adelante también a todos”, mani­festó Dinorah.

Sin embargo, las ayudas no so­lo fueron direccionadas a colabo­rar con la medicación de Rudy, doña Dinorah también recibió su­plementos y vitaminas por parte de personalidades que prefirie­ron mantenerse en el anonimato.

Asimismo, la abnegada ma­dre contó que “un señor flaquito” y “otros muy trajeados” le lleva­ron desayuno, almuerzo y se han mantenido “dándole vueltas”.

“Vino y me preguntó si desa­yuné. Yo le dije que no y de una vez apareció con un desayuno”, narró Dinorah, quien reveló ade­más que desde que comenzó a viajar a Cecanot para dar segui­miento al estado de salud de su hijo, solo contaba con el dinero del transporte, por lo que pasaba el día sin comer.

Aunque la situación de sa­lud de Rudy aun es delicada y le mantienen recibiendo oxígeno, Dinorah dijo sentirse más confia­da de que pronto superará la en­fermedad.

“Gracias a toda esa gente y con Dios, yo se que vamos a volver para la casa”, declaró.

En el reportaje publicado ayer, Dinorah relata que su hijo Rudy trabaja en la construcción y otros oficios ocasionales, por lo que no tiene ahorros para costear los medicamentos para superar la in­fección del Covid-19.

Cada día ella recorre 46 kiló­metros hasta el centro de salud.

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