El general Then habla sobre su retiro en 2010 y los dolores de cabeza que le causaron

Actuará con transparencia, para que la Policía no sea un supermercado

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Deyanira PolancoSanto Domingo, RD

El mayor general Eduardo Alberto Then cuenta que durante 39 años ha esperado una transformación en la Policía Nacional, donde también hay hombres buenos y malos, y las vicisitudes que tuvo que enfrentar solo para ser reintegrado, tras cuatro años en retiro sin justificación legal.

Cuenta que esperó la transformación del cuerpo del orden para bienestar de la sociedad que tanto necesita de una policía correcta. “Y sigue derechita la policía, igualita, y yo tenía que estar como una culebra, evitando entrar a un sistema que existía en la institución; al sistema donde se arrastran los hombres deshonestos, irresponsables, que no tienen vocación de servicio, que no saben ni siquiera adónde van ni a qué van, sino al bienestar propio de complacer las necesidades y curiosidades de otros que los impulsan a hacerlo”, dijo.

El hoy mayor general Then vio interrumpida su carrera durante cuatro años, al ser puesto en retiro, en 2010, pero que tras una dura y persistente lucha en los tribunales logró le restablecieran en 2015.

Dijo que su esperanza en la transformación de la Policía es ahora, con él, y la comisión designada para tales fines por el presidente Luis Abinader.

Then, que tiene sus ojos puestos en enfrentar a los “malos” y llevar seguridad a los que denomina “buenos”, dijo que cuando fue pensionado, en 2010, le fueron violados todos sus derechos.

Su regreso a las filas policiales lo logró con mucho esfuerzo y amargura, pero la única palabra que solía decir es que: “Dios es más grande que todo, y aquí estamos para servirle a una sociedad ávida de ver que lu­ché con transparencia en una institución como esta. En mi amada institución donde hay buenos y malos hombres”.

“A los 39 años en esta institución ha llegado el momento que Dios tenía marcado para mí”, expresó el general Then.

Lanzó duras críticas y afirmó que actuará con transparencia, para que la Policía no sea un supermercado ni un medio de sustento para el alto mando, el bajo y el medio de los más de 38,000 uniformados.

“Desde el inicio de la carrera policial en el año 1982 esperando que cuando me graduara de oficial académico iba a ver una policía transformada y me encontré con el sobresalto de que la policía que vi como cadete estaba peor cada día”, dijo el oficial.