La República

Obispo Castro Marte alarmado ante ola de asaltos

Entrevista. Su posición sobre el diálogo nacional. Dice que Las circunstancias actuales no están para confrontaciones

JESUS CASTRO MARTESanto Domingo, RD

El obispo de la Diócesis de Higüey, mon­señor Jesús Castro Marte, apela a la sensatez del li­derazgo nacional, al eva­luar el nuevo intento de diálogo sobre problemas vitales del país, esta vez impulsado por el presiden­te Luis Abinader.

El sacerdote entien­de que la situación actual, marcada por la pandemia del Covid-19, amerita de­jar a un lado las confronta­ciones.

¿Cuáles son los temas que en la sociedad dominica­na ameritan ser debatidos por el liderazgo nacional? Desde nuestra perspecti­va, entendemos que los ejes en torno al que gi­rará el Diálogo Nacional, propuesto por el Gobier­no, en el Consejo Econó­mico y Social (CES), con la participación del lide­razgo político, económi­co y social, responden a las necesidades actuales del país, pues se tratan de reformas que se han venido postergando por décadas y, que, al ser ob­viadas, han impedido un desarrollo integral y si­métrico de la sociedad do­minicana. El crecimiento económico que se viene registrando en los últimos períodos no se ha refleja­do en un desarrollo social, porque hemos tenido el lastre de las inconductas en las diferentes adminis­traciones del Estado que han servido de validado­res de las mismas.

Esperamos que se produz­can reformas reales en áreas sensitivas como la Policía Na­cional, la seguridad social, los derechos de tercera y cuarta generaciones, así como una Reforma Fiscal con Justicia Distributiva en donde los im­puestos sean ascendentes, sin acogotar a la clase media, dando un trato justo a los ge­neradores de empleos y mo­vilizadora de la economía, tratando de eliminar el asis­tencialismo y paternalismo, así como eliminando las irri­tantes concesiones a los más poderosos.

El tema de la calidad de la educación sigue pen­diente. Las inversiones que se han hecho no han reportado mejoría en el sistema y seguimos co­queteando con los últimos lugares registrados en el mundo. El tema debe ser encarado con más ahínco.

Las seguridades jurídi­cas, viales, personales, institucionales y de conti­nuidad del Estado tienen que ser tema de discu­sión por parte de los con­vocados en los cuales solo debe primar el interés na­cional.

¿Cuáles aspectos se requie­re mediar, ante el hecho de que los actores no estén en condiciones de llegar a un entendimiento? Apelamos a la madurez del liderazgo nacional para entender que las circunstan­cias actuales no están para confrontaciones, sino para la concertación, pues hemos sido golpeados por la pan­demia de la Covid-19 que ha provocado una crisis econó­mica y social sin preceden­tes, por lo que la República Dominicana nos necesita a todos para encaminarla por la vía del progreso.

Colocar obstáculos a la solución de los problemas que afectan el país apos­tando al fracaso de la ad­ministración actual, sería un acto irresponsable de quienes los llevaren a ca­bo; sin embargo, somos conscientes, de que se mueven grandes intere­ses económicos y políticos que podrían generar cier­tos tranques.

Como Iglesia siempre que se nos ha requerido la mediación, se ha estado en la disposición y la historia así lo confirma, pero quie­ro reiterar que confiamos en la madurez del lideraz­go nacional, que se coloca­rá a la altura de las circuns­tancias actuales.

¿Qué otro tema le preocupa en la actualidad? La seguridad ciudada­na y los altos niveles de violencia que tenemos como sociedad. Parti­cularmente, me resulta incomprensible y hasta chocante en cierto mo­do, cuando escucho a las autoridades afirmar que la delincuencia y la criminalidad han des­cendido, no obstante, me entero a diario por la prensa, las redes so­ciales y las personas que se nos acercan, a través de los sacerdotes de las diferentes localidades, que denuncian sobre ac­tos vandálicos y delin­cuenciales.

No podemos darnos el lujo de que la delincuencia continúe tomando más te­rreno, que mantenga a las personas en zozobra, que los atracos se produzcan en pleno día. Me gustaría sa­ber de dónde están sacan­do esas estadísticas, porque nos están mintiendo, o los organismos de seguridad no están haciendo bien su labor.

El fin de semana vi varios reportajes sobre un sinnú­mero de personas desapa­recidas, sin ningún tipo de rastros, son hechos que uno escuchaba de países co­mo México, Colombia, Pe­rú o Venezuela, pero no en la República Dominicana. Y ni hablar de la violencia contra la mujer y los hechos de violencias que se regis­tran a diario.

Soy consciente de que son muchos los desafíos que tiene el actual Gobier­no por delante, pero el te­ma de la seguridad ciu­dadana no espera más, requiere de acción inme­diata.

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