Enfoque

Semblanza del doctor Joaquín Balaguer

Avatar del Listín Diario
JOAQUÍN RICARDOSanto Domingo, RD

Joaquín Balaguer Ricardo, vino al mundo en el Municipio de Navarrete, hoy Villa Bisonó, el 1ro. de septiembre de 1906, población ubicada al nordeste del Valle del Cibao. Fueron sus padres Joaquín Balaguer Lespier, de ascendencia española y natural de Puerto Rico, y la dama puertoplateña, doña Carmen Celia Ricardo.

De esta ciudad, donde contrajeron matrimonio, se trasladaron a Navarrete y allí fijaron residencia. El matrimonio Balaguer-Ricardo procreó ocho hijos, siete hembras y un varón, al que le pusieron el nombre que ya hemos mencionado.

Parte de su conducta moral y afectiva es el resultado de esa realidad doméstica. Joaquín Balaguer nació comprometido con la grandeza, sostenida por el estudio y el ejercicio consecutivo de la política, concebida al estilo de Juan Pablo Duarte, en el sentido de que “es la ciencia más pura y la más digna, después de la filosofía de ocupar las inteligencias nobles”.

Hablar en detalle del ensayista, del político, del biógrafo, del historiador de la literatura dominicana, del filólogo, del poeta y del hombre de Estado, que convergen en la personalidad de Joaquín Balaguer, desbordaría el espacio de que disponemos para presentar una semblanza suya, por lo que nos limitaremos básicamente a su faceta como escritor, de clara y definida sensibilidad estética, de elocuente estilo, sin abordar su liderazgo político y su magia como estadista consumado y arquetipo de un estilo de gobernar que lo convirtieron en paradigma en el ámbito americano.

Embed from Getty Imageswindow.gie=window.gie||function(c){(gie.q=gie.q||[]).push(c)};gie(function(){gie.widgets.load({id:'rdDMg_3STepXQmdYwpIhLw',sig:'eTFPPO5qZO9j5E_KTsz8QIikiLcuwMf-6ow_6DLzM8g=',w:'592px',h:'594px',items:'642060122',caption: true ,tld:'es',is360: false })});

Joaquín Balaguer comenzó a dar señales de su vocación literaria y su amor al estudio a edad muy temprana, así lo demuestran sus primeros escritos, de los cuales el Banco Popular auspició una edición, compilada por el fenecido investigador, DoctorJulio Jaime Julia. En esta obra se aprecia la cultura y la capacidad de análisis que poseía cuando aún no había cumplido los veinte años, cualidades que se reflejan ya en estos primeros escritos en prosa y en versos. Esta etapa literaria del doctor Balaguer está recogida en la obra: Joaquín Balaguer, Escritos Juveniles en verso y en prosa, publicada por la Fundación Joaquín Balaguer en el año 2009. Su bien asimilada cultura humanística sobresale en toda la obra literaria de Joaquín Balaguer, en los diferentes géneros que cultivó con destreza y profundidad. Ahí está en los versos de Psalmos Paganos, Claro de Luna, Tebaida Lírica, La Cruz de Cristal, Cruces Iluminadas y Huerto Sellado. Desde esos versos de juventud, se percibe la inagotable vena lírica de quien hizo del cultivo de las letras y del ejercicio político, el fundamento esencial de su existencia.

En el área de prosa su catálogo comprende, entre otras obras, Letras Dominicanas, Los Próceres Escritores y Semblanzas Literarias, y el aspecto biógrafo, sobresale por la visión histórica y sicológica que imprimió a los personajes que estudió, siguiendo en este aspecto el modelo de Gregorio Marañón y Emilio Ludwig. Son ejemplos de ello: El Cristo de la Libertad y El Centinela de la Frontera. Asimismo, vale mencionar Nociones de Métrica Castellana, Historia de la Literatura Dominicana y Apuntes para una Historia Prosódica de la Métrica Castellana, donde aflora el maestro y el preceptista de hondas raíces humanísticas. A esta producción habría que agregar los tomos de sus discursos políticos y académicos, faceta donde Joaquín Balaguer no tiene semejante en la historia dominicana. Su estilo, por los recursos que manejó, y su vasta cultura, nos recuerda la grandilocuencia del inmenso Emilio Castelar, superando a éste en la seguridad de su verbo exento de las vacilaciones e inseguridades que solían acompañar el introito oratorio del parlamentario español. Difícil resulta inventariar en una síntesis como ésta el conjunto de la impronta balaguerista, no solo por su dilatada temática, sino porque en ella convergen una serie de elementos que requieren, desde el análisis de las circunstancias políticas que la bordean hasta los componentes sociales y estéticos que están presentes en cada una de sus creaciones literarias, aspectos que resume Antonio Fernández Spencer en esta forma: “Basta recurrir a cualquier ensayo de Balaguer para confirmar que las categorías de lo social y lo político son operaciones en su crítica, nunca sus ojos de crítico se apartan de la política ni se olvidan de la sociedad donde el poeta escribe sus poemas”. Fin de cita.

Dueño, como hemos dicho, de una sólida formación académica y de una apreciable cultura humanística abrevada en las mejores fuentes del patrimonio cultural hispánico, desde la obtención de su título de Licenciado en Derecho alcanzado en 1929 hasta pasar reputados centros universitarios europeos como la Sorbona, a lo cual se le agrega la persistente lectura y una prodigiosa memoria, el Doctor Joaquín Balaguer es, hoy por hoy, el dominicano de más larga trayectoria al servicio del Estado, desde 1930 cuando fue designado Abogado del Estado en el Tribunal de Tierras de Santiago, un año después de obtener su título de Abogado hasta la fecha, pasando por distintos estamentos del Estado dominicano. Veamos: Secretario de la Delegación Dominicana en Madrid, 1932-1935; Subsecretario de Estado de la Presidencia, 1936; Subsecretario de Relaciones Exteriores, 1937; Catedrático de la Universidad de Santo Domingo, 1938; Ministro Plenipotenciario en Colombia y Venezuela, 1940; Secretario de Estado de Educación en dos ocasiones, 1949 y 1953; Secretario de Estado de Relaciones Exteriores, 1953; Secretario de Estado de la Presidencia, 1956; Vicepresidente de la República 1957. Desde 1960 a 1962 ocupó la Presidencia de la República cuando se vio compelido a abandonar el país, tras los acontecimientos ocurridos el 30 de mayo del año 1961.

De nuevo en su patria alcanzó la Presidencia en 1966, para iniciar la etapa más fecunda de reconstrucción nacional que se haya emprendido en toda nuestra historia republicana, posición que mantuvo en períodos sucesivos hasta 1978, cuando perdió la justa comicial celebrada este año.

Durante dos períodos de gobierno del Partido Revolucionario Dominicano el Doctor Joaquín Balaguer realizó, como fue siempre su estilopolítico, una oposición constructiva y de incuestionable contenido civilista. En esa actitud, reconquistó el poder en 1986, teniendo al Partido Reformista como plataforma política, reeligiéndose en 1990 y en 1994.

Aunque adelantamos que no incursionaríamos en esta apretada semblanza del Doctor Joaquín Balaguer, en la esfera política, es casi imposible abordar sus demás facetas sin tocar, aunque sea tangencialmente, este tema, donde resalta como el político más sagaz y completo que hemos producido desde 1844 hasta nuestros días. Él fue un político a tiempo completo y su producción literaria está comprometida con la cosmovisión balaguerista. Por este ineludible imperativo conceptual e histórico, nos hemos visto compelidos a extendernos un poco en nuestras consideracionesHumanista, sin dejar de ser pragmático, la obra de Joaquín Balaguer, tanto en prosa como en verso, lo colocan en un sitial de primer orden en la bibliografía literaria nacional e hispanoamericana, sin que ello desmerite su gran aporte como estadista al desarrollo de nuestro país en sus aspectos esenciales: salud, educación, vivienda, presas, aeropuertos, acueductos, vías de comunicación, desarrollo industrial y tecnológico como es el caso del turismo, en fin, la fase moderna y desarrollista de la República Dominicana, nace y crece bajo el impulso visionario del presidente Balaguer. Concluimos con un juicio valorativo del distinguido escritor y político, Licenciado Tony Raful. Cito: “Joaquín Balaguer es un hombre excepcional que ha marcado su impronta sobre el destino nacional.

A nadie puede ocurrírsele negarle sus méritos. Las necesarias y saludables divergencias que acuña todo tipo de convivencia democrática pueden distanciarnos del Balaguer político en una u otra ocasión, pero nos aproxima al Balaguer intelectual con demasiada admiración”. Fin de la cita.

Tags relacionados