Enfoque
El debate sobre el aborto en RD a la luz de la historia en EEUU
El aborto, un grito silente que impacta negativamente en los valores de la sociedad y por qué considerarlo una “opción” es un atentado contra la vida humana. Una entrevista con Cathy Scheraldi de Núñez, doctora especializada en endocrinología
La doctora Cathy Scheraldi de Núñez invita a la reflexión sobre la legalización del aborto en el país, repasando la experiencia de Estados Unidos, datos científicos y cómo esta acción, defendida en el nombre de la “libertad de elegir una opción” ha cobrado millones de vidas de bebés en los últimos 50 años.
—En la República Dominicana hay diversos grupos y sectores que promueven la legalización del aborto bajo tres causales. ¿Tiene alguna similitud con la estrategia usada para lograr la legalización del aborto en Estados Unidos?
George Santayana dijo hace años atrás que “aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo”, y esto es justamente lo que no quisiéramos ver en la República Dominicana y por ende la razón para escribir este artículo.
Escucho personas hablar de las tres causales para permitir el aborto en ciertas condiciones y se me eriza la piel porque esta estrategia fue precisamente la que fue utilizada en mi nación, Estados Unidos, para convencer a las personas de que votaran a favor del aborto.
Me encanta la expresión coloquial dominicana que dice que “el ladrón juzga por su condición”, porque esto fue realmente lo que sucedió en los Estados Unidos. Las personas de valores, como no acostumbran a utilizar el engaño, confiaron ciegamente en las palabras del doctor Bernard Nathanson, el ginecólogo quien fue la punta de lanza para obtener la legalización del aborto en aquel país, junto con un grupo pequeño de aliados. Ellos intencionalmente engañaron al público, haciéndoles creer que, si el aborto se legalizaba, solo sería para prevenir las muertes maternas por abortos ilegales, y para que la mujer no sufriera emocionalmente en casos de violación, incesto y malformaciones congénitas, mientras escondían que el aborto terminaría convirtiéndose en el método anticonceptivo más usado por muchos años. Como creyeron que el fin justificaba los medios, ellos engañaron al pueblo con la presentación de mentiras y estadísticas manipuladas.
Como todo esto es de conocimiento público, les pido que no acepten mis palabras como verdad, sino que lo investiguen por ustedes mismos ya que esta información es de fácil acceso por los medios digitales.
La gente del pueblo asumió que un médico bien preparado y de una buena familia no era capaz de hacer algo tan malvado como mentir para lograr su objetivo y aceptaron lo que decía sin indagar la veracidad de lo dicho. Sin embargo, esto fue exactamente lo que el afamado doctor hizo y que luego admitió después de que abrazó los valores cristianos.
—El doctor Nathanson pasó de ser un abortista a un defensor de la vida. ¿qué hizo cambiar su mentalidad?
Él dejó de hacer abortos al ver la expresión de dolor de un niño no nato durante una sonografía fetal mientras realizaba un aborto. El video de la sonografía fue publicado con el nombre de “The Silent Scream” (El grito silente).
El doctor Nathanson admitió que él y sus socios eran culpables de haber engañado al pueblo a través de una campaña masiva de cifras falsas. Ellos intencionalmente declararon que entre 5,000 y 10,000 mujeres morían anualmente por abortos mal hechos, cuando el número real se encontraba entre 200 y 300. Ellos publicaron que cada año se llevaban a cabo 1 millón de abortos ilegales, cuando la realidad eran de ocho a diez mil en aquel momento.
Intencionalmente, engañaron al público a sabiendas de que, si no lo hacían así, el pueblo no lo aceptaría y por ende tendrían que hacer una campaña para desviar la vista de la realidad: el asesinato de una criatura indefensa para ser reemplazada con algo en que cualquier americano creería. Por tanto, comenzaron la campaña proelección (pro-choice), que funcionó, y lograron su propósito final.
Como norteamericana conozco que no hay nada más americano que la idea de ser “pro-choice” o “pro” o la idea que cada quien pueda elegir cualquier cosa conforme a su voluntad.
Después de su conversión al catolicismo, el doctor Nathanson admitió haber sido responsable de unos 75,000 abortos realizados en la clínica que él dirigía. Incluso, confesó que llegó a abortar a su propio hijo. Más tarde, luchó para revocar la ley aprobada a favor del aborto, a la cual él había contribuido. Antes de su muerte, a la edad de 84 años, el doctor Nathanson reveló toda la verdad de lo que hicieron para conseguir fraudulentamente la aprobación de la ley que legalizó el infanticidio intra-útero.
Libros, películas, charlas, encuentros, declaraciones a los medios realizados por el mismo ginecólogo propulsor del aborto, pero ahora arrepentido, no lograron revertir una ley tan dañina. Por esto es tan importante que evaluemos profundamente las razones sobre las cuales se fundamentan los argumentos de aquellos que proponen cambiar las leyes antes de emitir un voto.
—La legalización del aborto se ha estado expandiendo por el mundo en las últimas décadas. ¿De cuántos bebés abortados estaríamos hablando a la fecha?
El doctor Nathanson probó lo que Richard Weaver, historiador y filósofo del siglo XX, escribió: “Las ideas tienen consecuencias” y hemos visto los resultados: ¡sesenta millones de bebés asesinados legalmente en Estados Unidos desde ese entonces! Según el Life Institute (Instituto Vida), 1,500 millones de bebés han sido abortados mundialmente en los últimos 50 años, unos 73,3 millones por año o 139 por minuto. ¡Esto es equivalente a casi una quinta parte de la población del mundo hoy en día! Y se traduce en que 42% de las muertes anuales son por aborto.
—A partir de la legalización del aborto en Estados Unidos, ¿cuál entiende ha sido el impacto producido en los valores de la sociedad?
El cambio en la cultura norteamericana ha sido extremadamente evidente en los años después de la legalización del aborto. Esto ha producido una disminución en el valor de la vida de los niños y aún de los adultos; combinado con el rechazo de los valores cristianos que permitieron el florecimiento humano en Occidente, ha contribuido a una sociedad más violenta: a nivel intrafamilar, de las escuelas; aumento de los feminicidios, aumento de la violencia social, del hoy llamado “bullying”, para citar algunos ejemplos solamente.
En 1962, Estados Unidos prohibió la oración en las escuelas y el año siguiente (1963) la Suprema Corte de Justicia votó (8 a 1) prohibiendo la lectura de la Biblia en las escuelas públicas. La pérdida de la influencia de valores que propugnaban por el florecimiento de la sociedad ha ido llevando a la destrucción de la misma sociedad. Entonces debemos preguntarnos ¿por qué tantas personas inteligentes no están viendo lo que es obvio? Hoy discutimos si el niño no nato es un ser humano o no. A la luz de la mejor biología, el feto es un ser humano, tiene y merece los mismos derechos que aquellos que han nacido.
—¿Cuál considera ha sido el resultado de la separación del fundamento bíblico, en cuanto a los valores que promueve, sobre la realidad que vivimos actualmente?
Con la llegada del período del Renacimiento, la cosmovisión de la cultura occidental comenzó a cambiar y en vez de ver a Dios como la figura principal de la historia pasó a ser una cultura centrada en el hombre y sus capacidades. La forma de interpretar el mundo cambió de estar basada en la Biblia y en las leyes de Dios a enfatizar la educación como la esperanza de la humanidad. En el próximo período, la Iluminación, el énfasis cambió hacia la ciencia, la razón y la lógica; lo que no se podía cuantificar, como, por ejemplo, la moral bíblica, fue sometida al escrutinio. Dios y la Biblia ya no eran considerados el estándar, sino el hombre y su intelecto. Y siguiendo hasta el día de hoy, cada persona tiene el derecho de decidir qué es la verdad, y por ende todo ha pasado a ser relativo.
Aunque todavía vemos vestigios de la forma de pensar, es obvio que la cosmovisión del mundo a nuestro alrededor ha seguido cambiando. Cuando el movimiento modernista surgió, la ciencia fue sentada en el trono y pasó a ser la nueva “diosa.” Hoy en día el “yo” es el nuevo ídolo y, por tanto, aunque la ciencia pruebe la verdad —como es el caso de que el feto es biológica, genética y embriológicamente un ser humano—, esta verdad no es aceptada por la mayoría porque los derechos individuales han sido colocados, primero por encima del Dios Creador y luego por encima de la ciencia, la cual inicialmente fue adorada y luego rechazada. ¿Por qué? Porque bajo la sombrilla del individualismo de hoy, nada puede estar por encima de mis derechos individuales.