Desafían las lluvias para vacunarse y saber de parientes
El pronóstico de lluvias y el mal tiempo generado por la tormenta Fred no fueron obstáculos ayer para que los familiares de los ingresados por coronavirus acudieran a saber de su estado de salud.
Como dice el dicho: aunque “llueva, truene o venteé”, los allegados de los enfermos acuden a los hospitales covid para saber la evolución de sus parientes.
Bien abrigados y con sombrillas permanecían en horas de la mañana unas seis personas en el hospital Francisco E. Moscoso Puello de la capital en busca del diagnóstico de los internos.
Justo en la entrada de la unidad de coronavirus del centro médico persistían con paraguas para cubrirse de la lluvia que en ese momento estaba intermitente, debido a los efectos del fenómeno natural.
El personal médico también se protegía de la llovizna para poder desarrollar su labor de comunicar la condición en la que se encuentran cada uno de los pacientes que están infectados con coronavirus, ya que los familiares no pueden entrar en la unidad por ser una zona de alto riesgo.
Como de costumbre, los familiares acudían a llevarles desayuno, ropa o algunos medicamentos. También iban a retirar envases de muestras de laboratorio que luego tendrían que llevarlos otra vez al hospital con los resultados.
Vacunación lenta La vacunación contra el coronavirus también tuvo sus bajas por la incidencia de las lluvias, sin embargo, los ciudadanos no dejaron de acudir.
En horas de la mañana cuando los efectos de la tormenta solo se manifestaban con pequeñas e intermitentes lloviznas, algunos jóvenes acudieron para completar su inmunización con la tercera dosis de refuerzo, mientras otros iban por su segunda dosis, en especial los adolescentes mayores de 12 años. Pasadas las 11:00 de la mañana en el Centro Olímpico habían inoculado unas 211 personas con primera, segunda y tercera dosis, explicó la doctora María María, encargada de la jornada.