Enfoque/Ideología
Un futuro sin género
Recientemente se nos ha presentado una propuesta de una postura controversial, con amenaza de quedar en nuestra legislación, relacionada a la implantación de la Política de Género bajo la sombra de la llamada: Ley de Igualdad y No Discriminación.
Esta legislación, de aprobarse, dará apertura, entre otras cosas, a leyes que repercutirán a nivel de todas nuestras instituciones públicas y privadas, negocios… ¡escuelas!
Ahora bien, ¿qué es la Ideología de Género? La Ideología de Género es una filosofía o corriente de pensamiento, subjetiva, que sostiene que el ser hombre o mujer, a pesar de las obvias diferencias anatómicas y biológicas, no corresponden a una naturaleza fija, sino que son “construcciones” culturales y convencionales aprendidas, hechas según los roles y estereotipos que cada sociedad le asigna a los sexos. En pocas palabras, el concepto de ser hombre o mujer es un concepto socialmente impuesto, no natural.
La Identidad del Género representa entonces la expresión de una sexualidad de acuerdo a cómo cada quien se percibe a sí mismo, sin necesidad de estar asociado a su sexo original, sino al rol social con el que la persona elija proyectarse. En pocas palabras, la expresión sexual es abierta a la imaginación y no acepta imposición.
Así, para los ideólogos de género, existen tantos géneros como orientaciones sexuales sienta la persona, y es cambiante. En ese sentido, se puede elegir entre ser Heterosexual, Homosexual, Lesbiana, Bisexual, Agénero, o por ejemplo, se puede elegir entre otros géneros menos convencionales y mucho más confusos, como es el Abimegénero, definido como un “género que es profundo, intenso e infinito; con intención de parecerse a un espejo que se refleja en otro espejo creando una paradoja infinita”, o el Aestetigénero, “género que se deriva de una estética”; o quizás el Afectogénero, “género que se ve afectado por los cambios de humor”, o el Anxiegénero, “género afectado por la ansiedad”. De aceptarse la ley, en ninguno de estos casos, pudiéramos siquiera sugerir o enviar a terapia psicológica a un empleado que tiene mal manejo de cliente o que se muestra profundamente ansioso a un nivel que impida su desempeño laboral, si este se considera, por ejemplo Anxiegénero, porque estuviéramos discriminándolo y rechazando su expresión sexual. El Antegénero es el género que considero quizás el más confuso. Este género se define como: “género proteico que tiene el potencial para ser cualquier cosa pero es sin forma y sin movimiento, por lo tanto no se manifiesta en ningún género en particular…” y así pudiéramos continuar llegando en la actualidad tener a más de 100 opciones de identidades de géneros diferentes según la ONU, y que, por ley se nos impondrían bajo el escudo de la “No Discriminación”.
De hecho, ya en Canadá, cuando Peter Hayes, quien se define con orientación sexual “BDSM” (Bondage-Disciplina-Dominacion-Sumision-Sadomasoquista), fue acusado por la policía por estar involucrado en esta práctica sexual que consiste en tratar como esclava a su pareja, atándola para dominarla. Al presentarse en el Tribunal, fue exento de culpa porque la Ley de No Discriminación definió al sadomasoquismo como otra “orientación sexual” respetable. ¿Cómo protegeríamos a las mujeres si esta orientación está también incluida dentro de las posibilidades de ejercicio sexual activo del individuo, al igual que todas las otras? Resultaría en un verdadero caos social que difícilmente pudiéramos detener en un país con tanto feminicidio.
Con el tiempo, la Política de Género ha incentivado a que los niños parezcan sexualmente atractivos y miembros del Lobby Gay están buscando legalizar la Pedofilia (Pedosexualidad), representada ya por el color azul del Lobby, y proclamando el lema “El amor no tiene edad”. No me puedo imaginar lo que pasaría en este país donde el feminicidio cobra tantas vidas, donde hemos luchado victoriosamente para contrarrestar el matrimonio infantil.
A pesar de que los activistas LGBT afirman que si no abrazas, apoyas y celebras por completo un estilo de vida o identidad LGBT, entonces eso es discurso de odio y daño a alguien y esa persona tiene más probabilidades de suicidarse ya que no lo apoyaste, pero esta afirmación es FALSA. El estudio más completo de las personas LGBT, que se extiende a lo largo de 30 años, llevado a cabo en Suecia, donde la cultura apoya abiertamente a la Ideología de Género, documenta diez a 15 años después de la reasignación quirúrgica que la tasa de suicidio aumentó a 20 veces la de sus pares comparables.Https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0016885
Por su lado, como parte de su esfuerzo por promover la aceptación de la Política de Género, existe incluso: “El Día Internacional Contra la Homofobia”, pautado cada 17 de mayo, haciendo memoria del día en el que se celebra la eliminación de la homosexualidad como enfermedad mental de la Clasificación Internacional de Enfermedades por la Organización Mundial de la Salud y del DSM.
Sin embargo, si estudiamos el concepto de “fobia”, según el diccionario Merriam-Webster, fobia es “un miedo exagerado, generalmente inexplicable e ilógico”.
¿Resulta homo-fóbica y discriminatoria nuestra postura? No. Discriminatorio, y por tanto injusto, es lo contrario: reforzar el planteamiento de la Política de Género sin evidencia de eficacia social, científica y moral.
De introducirse en el país, las cirugías transgénero estarían promovidas, son parte de las posibilidades admitidas por la agenda LGBT. De ser rechazadas, se pudieran considerar discriminatorias. Una vez abierta esa posibilidad en nuestra sociedad, exigirán luego, como lo han hecho en otros países, que el gobierno y las aseguradoras subsidien los gastos para responder a un malestar sustentado por la ley.
Si bien las estimaciones de costos varían ampliamente, la cirugía trans cuesta alrededor de US$25,600 para pacientes de hombre a mujer y alrededor de US$24,900 para mujer a hombre. Esto sin contar con otras cirugías comunes relacionadas con personas trans, como aumento de senos, mastectomía bilateral, feminización facial y masculinización facial. Luego, hay que establecer clínicas exclusivas para transgénero. En países más avanzados que el nuestro se ha registrado un desgaste económico importante luego de la implantación de la ley, como en Suecia, donde se registró un aumento correspondiente a la absurda cifra de 1,500% el diagnóstico de disforia de género entre 2008 y 2018, en los adolescentes entre 13 y 17 años de edad, sobre todo adolescentes femeninas, confirmando que esta ley cambia la estructura social de los países donde se impone. Teenage transgender row splits Sweden as dysphoria diagnoses soar by 1,500%
Una vez implantada la Política de Género con ley de “No Discriminación”, si un menor expresa deseos de cambiar de sexo y los padres no están de acuerdo, pudieran incluso perder la custodia de sus hijos porque sería considerado un “insulto ideológico”. En Padua, Italia a una madre de un joven de 13 años de edad perdió la custodia alegando que “la relación con su madre ha dado lugar a una dificultad de identificación sexual”.
Una vez implantada la ley de “No Discriminación” la educación sexual integral será introducida como “derecho humano”, y como tal no se les puede negar a los menores. Será obligación del Estado el proveer y velar por ese derecho. Educación que introduce toda una agenda de libro de textos LGBT, exploración corporal a través de la masturbación, juegos de matrimonios entre compañeros del mismo sexo donde se firman certificados de “amor para toda la vida”, entre otros. ¿Realmente deseamos dejar esta ley como herencia para nuestros hijos, nietos y generaciones por venir? Pudieran pensar que eso nunca pasaría aquí. ¡Pues están equivocados! Ese es precisamente el engaño de la Política de Género, introducirse sutil e inocentemente, para luego hacer crecer sus tentáculos sin posibilidad de retroceso. El lenguaje “no discriminatorio” también tendría que ser ponderado. Las terminaciones de nuestras palabras deberán señalar sexo neutro. Una madre no le podrá decir a su hijo algo tan sencillo como: “Ven acá, mi hijo”, porque la palabra hijo involucraría una afirmación sexista y, si el niño aún no está definido en lo que quiere ser y se encuentra confundido, esa madre pudiera entonces ofenderlo y debería solo llamarlo por su nombre: “Ven acá, Juan”, por ejemplo, igual como lo haría cualquier otra persona al referirse al mismo individuo. De esta manera, ya ese niño no solo no será “hijo de...”, sino tampoco “hermano, sobrino, nieto de… ¡nadie!” ¿Qué mayor desvinculo familiar, emocional y social que este? ¡Ninguno!
La Ideología de Género es lo que algunos autores lo interpretan como una “ruptura antropológica”. La evolución del pensamiento actual, el cambio cultural que estamos viviendo en nuestros tiempos buscan que el hombre se separare de su propia naturaleza. Lo que realmente somos se convierte en una simple idea tradicionalmente obsoleta.
¿Una invención que nació en los años 60, con el apoyo de la Conferencia Mundial de Naciones Unidas, a la que se le ha buscado insistentemente dar rango científico sin éxito alguno es lo que va dominar y a regir nuestro pueblo dominicano? No es tiempo de que se lleve a cabo ninguna discusión sobre esta práctica; ya es tiempo de ponerle fin. El enfoque opuesto es irracional e indefendible.