La frontera sigue en calma tras violencia en sepelio de Moise
La zona fronteriza permaneció tranquila durante el fin de semana, luego del sepelio del asesinado presidente haitiano Jovenel Moise, lo que generó tensiones y violentas protestas en la zona Norte del vecino territorio.
En medio de un fuerte patrullaje militar la frontera se encuentra en calma y con muy poco tráfico humano en ambas direcciones, después de que las autoridades haitianas ordenaran su cierre por 48 horas, jueves y viernes pasado.
Rutina En el río Masacre se observó como es costumbre a mujeres lavando sus ropas y algunos haitianos tratando de comprar alimentos, pero sin aglomeraciones de personas.
Para hoy lunes se espera el reinicio de las actividades comerciales con la apertura de la puerta principal de acceso aa miles de ciudadanos del vecino país, que cruzan a Dajabón para comercio bilateral.
Las autoridades militares del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront) mantienen estrictos controles con soldados fuertemente armados en toda la zona fronteriza, usando también drones y otros instrumentos tecnológicos.
Los informes que llegan a esta ciudad indican que la calma impera en las poblaciones de Haití que fueron escenarios de incidentes y protestas, antes y durante las honras fúnebres del presidente Jovenel Moise.
Tensiones y violencia El funeral del presidente haitiano asesinado Jovenel Moïse se desarrolló el pasado viernes ne medio de las tensiones y la violencia en Cabo Haitiano, la ciudad natal del mandatario.
Las honras fúnebres fueron interrumpidas or disparos y gas lacrimógeno utilizado en las inmediaciones donde se le rendía honor a Moise, así como por enardecidos simpatizantes que provocaron que funcionarios de Estados Unidos y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se retiraran antes de que la viuda hiciera declaraciones públicas por primera vez desde el atentado.
Centenares de manifestantes se reunieron afuera del recinto privado donde se efectuaba el funeral de Moïse. Algunos dolientes en el interior gritaron “¡Justicia para Jovenel!” y aclamaron a Martine Moïse —que resultó herida de gravedad en el ataque del 7 de julio en la residencia privada de la pareja— cuando subió al podio al final de la ceremonia.
Nubes de humo y ceniza provenientes de las barricadas en llamas que los manifestantes instalaron alrededor del recinto, además del gas lacrimógeno utilizado por la policía, invadieron el lugar de la ceremonia mientras Martine Moïse y otros hablaban.
Están aquí En su discurso de 15 minutos, la voz suave de la primera dama fue tornándose más fuerte. Agradeció a la multitud por su apoyo y señaló que los responsables del magnicidio no asesinaron la visión, ideas ni sueños de Jovenel Moïse para Haití.
“Perdimos una batalla, pero no la guerra”, afirmó, al tiempo que condenó a los oligarcas del país y dejó entrever que Moïse fue asesinado por buscar proveer electricidad, construir caminos y mejorar la vida de los pobres. Después dirigió unas palabras a los asesinos: “Están aquí observándonos. Ni siquiera se esconden”.
CLAVES
Seguridad. El funeral se llevó a cabo en medio de intensas medidas de seguridad tras las violentas protestas y temores de inestabilidad política en la nación caribeña.
Seguridad. Antes de que comenzara el funeral, los gritos de “¡asesino!” llenaban el aire a la llegada del jefe de la Policía Nacional de Haití, Léon Charles. Haitianos con trajes oscuros, zapatos brillantes y vestidos formales en blanco y negro gritaban y señalaban hacia las plataformas de los asientos vecinos, donde se encontraban sentados funcionarios del país y dignatarios extranjeros.