La República

Un adiós impredecible mientras se espera un resultado de PCR

Familiares dicen adiós a una paciente que posiblemente sea diagnosticada con coronavirus luego de presentar sintomas y ser llevada al centro. Foto: Jorge Cruz/LD

Laura CastilloSanto Domingo, RD

Eran aproximadamente las 11:00 de la mañana cuando tres mujeres esperaban los resultados de una prueba del coronavirus para determinar el ingreso de una pariente de más de 55 años de edad en la unidad de coronavirus del hospital Moscoso Puello.

Se trataba de una señora de estatura alta que vestía de color rosa y llevaba puesto un gorro de nieve de color rojo. Esta necesitó asistencia médica por presentar síntomas característicos del virus, según contó su hija, que no quiso ser identificada y se mostraba tímida.

Acostada en la camilla que le asignaron temporalmente, hasta que se salieran los resultados de la prueba para detectar o no el virus, levantó su mano izquierda para responderles el saludo a sus parientes que desde el exterior de la unidad le mostraban afecto insistentemente.

Sin ofrecer más detalles a la prensa y en algunas ocasiones con cierto nivel de gracia, su hija y sus otras dos acompañantes resguardaron su cartera negra y un teléfono celular que un camillero les hizo llegar para asegurar sus pertenencias hasta obtener el diagnóstico definitivo.

Mientras estaban afuera de la unidad, justo frente a la camilla en la que estaba acostada su pariente, relajaban con una caja de un aparente crema corporal para darles animo hasta que se agotara su tiempo de soledad allí.

Minutos después llegó una doctora a ofrecerles información a los familiares que estaban en el lugar y justo en ese momento un camillero cerró la verja blanca impidiendo la vista explicita hacia el interior de la unidad, dejando al aire un adiós impredecible si la prueba da positiva.

De lo contrario, la historia fuera otra y sus rostros destilarían felicidad.

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