Narcotráfico ha retomado auge y continúa posicionando al país como puente hacia Estados Unidos y Europa, según informe
La investigación expone que la región de América Latina y el Caribe es una de las más violentas del mundo
Todos los países del Caribe, incluyendo a República Dominicana y a excepción de Barbados y Surinam, experimentaron un aumento de las tasas de homicidio y de los asesinatos relacionados con el crimen organizado durante la década de 2000, según el Informe Regional de Desarrollo Humano 2021, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
De acuerdo al informe titulado “Atrapados: alta desigualdad y bajo crecimiento en América Latina y el Caribe”, las tasas de violencia y corrupción en República Dominicana junto a otras naciones de la región se han visto elevadas a raíz del impacto y la influencia que ha retomado el narcotráfico.
“En la actualidad, no solo ha convertido a República Dominicana y Jamaica en rutas de tráfico clave hacia América del Norte y Europa, sino que también ha aumentado los niveles de violencia y corrupción así como la capacidad coercitiva de los grupos criminales”, expresa el documento en el apartado “Los vínculos entre violencia, desigualdad y productividad”.
El texto agrega que el impacto del narcotráfico en el Caribe había dejado de ser importante tras el auge de la cocaína durante la década de 1980.
Delincuencia
La cantidad generalizada de robos y agresiones físicas también colocan a América Latina y el Caribe como la región del mundo con el mayor nivel de agresiones físicas y robos violentos denunciados, según las estadísticas de crimen de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Entre 2010 y 2014, un promedio de una de cada cinco personas encuestadas en la región afirmó haber sido víctima de un robo en los doce meses anteriores, según lo que presenta la encuesta del Barómetro de las Américas. Pero el porcentaje promedio de encuestados varió mucho entre países.
República Dominicana se sitúa en un nivel medio, entre el 10 y 20 por ciento, junto a Belice, Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua y Paraguay.
Las tasas respectivas de Ecuador, México, Perú y Uruguay superan el 20 por ciento; las de las Bahamas, Trinidad y Tobago, Barbados, Guyana, Jamaica y Surinam, son todas inferiores al 10 por ciento.
Homicidios
Por su parte, Brasil, Venezuela y Colombia son los países más afectados por la violencia criminal en América del Sur. El último de los nombrados también se ha visto muy afectado por el narcotráfico, debido al uso de los beneficios del narcotráfico por parte de la guerrilla y los grupos paramilitares con el fin de financiar sus operaciones.
Estas acciones han hecho que la violencia política y la criminal estén estrechamente relacionadas.
Mientras que en Brasil, la tasa de homicidio ha oscilado entre 25 y 30 por cada 100.000 habitantes entre 1990 y 2019, pero hay una gran variación subnacional. Mientras que en algunas zonas hay mayor violencia, en otras ha disminuido.
Asimismo, el estudio resalta que en los municipios más poblados del país de habla portuguesa se han visto las tasas de homicidio estabilizarse o disminuir recientemente, mientras que los municipios más pequeños se han vuelto cada vez más violentos
En Venezuela se registró un aumento de la tasa de homicidio desde 13 por cada 100.000 habitantes en 1991 a 60 en 2019.
Desplazamientos forzados
La violencia criminal en América Latina y el Caribe (ALC) también se ha caracterizado por la prevalencia del desplazamiento forzado. Guatemaltecos, hondureños y salvadoreños han sido víctimas de ello.
El desplazamiento forzado también ha afectado a miles de mexicanos y, como resultado de la violencia tanto criminal como política, a más de 8 millones de colombianos.