La República

Enfoque Covid-19

Anticuerpos magnificadores de la infección y las vacunas

VIRGILIO RODRÍGUEZSanto Domingo, RD

Un grupo de investiga­ción de la Universidad de Osaka, Japón, dirigi­do por el profesor Hisas­hi Arase ha descubierto – mediante el análisis de anticuerpos derivados de pacientes con COVID-19 – que una infección del novel coronavirus (SARS-CoV-2) produce no solo anticuerpos neu­tralizadores, que prote­gen contra la infección, sino también anticuer­pos magnificadores de la infección.

“Descubrimos que cuando los anticuerpos magnificadores de la in­fección se unen a un sitio específico de la proteí­na de espiga del corona­virus SARS-CoV-2, los anticuerpos causan di­rectamente un cam­bio conformacional en la proteína de espiga, lo que resulta en un au­mento de la infectividad del SARS-CoV-2”, expli­ca el profesor Hisashi Arase. “Además, la pro­ducción de anticuerpos magnificadores de la in­fección atenuó la capa­cidad de los anticuer­pos neutralizadores para combatir la infección”.

Se encontró una ma­yor producción de anti­cuerpos magnificadores de la infección en pa­cientes con COVID-19 en estado de gravedad.

También se encontró que algunas personas no infectadas pueden te­ner pequeñas cantidades de anticuerpos magnifi­cadores de la infección. Esto serviría para identi­ficar a las personas más propensas a desarrollar una forma grave de la enfermedad.

Los resultados de es­ta investigación también son importantes para el desarrollo de vacunas anti-COVID.

Los anticuerpos mag­nificadores de la infec­ción pueden ser más efectivos en presencia de cepas mutantes, para las que los anticuerpos neu­tralizadores no son lo su­ficientemente efectivos, según explica el profesor Arase. O sea, ciertas ce­pas mutantes podrían ser más perjudiciales contra los recuperados (porque ellos tienen tanto anti­cuerpos neutralizadores como magnificadores, pero sus anticuerpos neutralizadores podrían NO ser lo suficientemen­te efectivos contra la ce­pa mutante).

Por tanto, es de gran importancia que las va­cunas NO induzcan la producción de anticuer­pos magnificadores de la infección.

En el caso de Repúbli­ca Dominicana y muchos países en desarrollo, las vacuna anti-COVID más utilizada es la Corona­Vac, de la compañía chi­na Sinovac, la cuál utiliza la tecnología de virus in­activo (al igual que la Si­nopharm ). Para crear la CoronaVac, los investiga­dores de Sinovac cultiva­ron grandes reservas del coronavirus en células de riñón de mono. Luego ro­ciaron los virus con una sustancia química que los desactivó al unirse a sus genes, para que no pu­dieran replicarse. Pero sus proteínas, incluida la de espiga, permanecie­ron intactas. Como estos coronavirus están inac­tivos, pueden inyectarse a una persona sin causar COVID-19. Una vez den­tro del cuerpo, el sistema inmunitario los trata en una forma muy similar a cómo trataría al coronavi­rus activo.

Por tanto, es de espe­rarse que los que han si­do vacunados con la Co­ronaVac u otra vacuna de virus inactivo desarrolla­rán – como los infectados con el coronavirus activo – tanto anticuerpos neu­tralizadores como anti­cuerpos magnificadores. Por tanto esos vacunados podrían ser más vulnera­bles a ciertas cepas mu­tantes, que aquellos que no han sido vacunados.

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