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El CMD y las ARS están convocados por la madurez de los tiempos

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WILLIANS DE JESÚS SALVADORSanto Domingo, RD

Hemos visto con estupor la medida precautoria dictada por la Cámara Civil y Comercial del Distrito Nacional, aten­diendo a un recurso de am­paro que presentó la Fede­ración de los Trabajadores de las Industria (CONATI), con la cual se prohibió los llamados a paro del Colegio Médico Dominico (CMD) contra las ARS. Nadie debe extrañarse, porque estamos viviendo en la RD el engen­dro de una democracia hí­brida burguesa y populista, defectuosa y clientelar.

La medida fue dictada por la jueza Priscila Martínez Ti­neo, ordenando al CMD de­tener la huelga y ordenando que los médicos están en la obligación de prestar servi­cio a todos los afiliados de la seguridad social, sin impor­tar a que Administradora de Riesgo de Salud (ARS) per­tenezcan, obvio la medida es de carácter cautelar y se mantendrá hasta tanto se co­nozca el fondo del asunto, el cual ha sido pautado hasta el pasado 14 de junio.

El presidente del colegio, doctor Waldo Ariel Suero, reaccionó expresando su re­chazo a la medida en cuestión y que el presidente Luis Abi­nader no debe permitir que acciones dictatoriales cómo está violen los derechos a la li­bertad de expresión y las pro­testas, intentando poner un “bozal” a los médicos violan­do los derechos a la libertad de expresión y las protestas.

Advirtió a la Jueza Priscila Martínez Tineo, a los empre­sarios de las ARS y al propio gobierno que si se materiali­za el fallo en contra de las pro­testas no habrá paz laboral en el sector salud y manifestó que en su momento, el cole­gio y las Sociedades Médicas Especializadas llamarán a los médicos para que renuncien masivamente inicialmente a una ARS de la Asociación Do­minicana de Administradoras de Riesgos de Salud, sin des­cartar un paro en todos los centros públicos y privados a nivel nacional.

La realidad es que el médi­co está en un dilema dramá­tico y abrumador, que es ir a trabajar en medio de la pan­demia arriesgándose a con­traer COVID 19, por un valor económico como honorarios médicos insatisfactorios por las atenciones médicas. Esta­mos clarísimo nuestra misión como médico es salvar vidas, la de los empresarios es pro­teger sus rentabilidades, y las de muchos “sindicalistas” es ser peones del gran capital, como expresó el líder euroco­munista Santiago Carrillo.

Estamos convencidos de la necesidad de un diálogo na­cional para impulsar la prime­ra ola de reformas de la Ley de Seguridad Social de la Repúbli­ca Dominicana, la ley 87-01, que en este año 2021 cumple dos décadas de su puesta en marcha, cuyo objeto de la ley, “es establecer el Sistema Do­minicano de Seguridad Social (SDSS) en el marco de la Cons­titución de la República Domi­nicana, para regularla y desa­rrollar los derechos y deberes recíprocos del Estado y de los ciudadanos en lo concerniente al financiamiento para la pro­tección de la población contra los riesgos de vejez, discapaci­dad, cesantía por edad avan­zada, sobrevivencia, enferme­dad, maternidad, infancia y riesgos laborales. El Sistema Dominicano de Seguridad So­cial (SDSS) comprende a to­das las instituciones públicas, privadas y mixtas que realizan actividades principales o com­plementarias de seguridad so­cial, a los recursos físicos y hu­manos, así como las normas y procedimientos que los rigen.”

Nadie es ajeno, ni indife­rente a la realidad sanitaria nacional, producto de la crisis sanitaria derivada de la pan­demia por Covid 19, así que el Colegio Médico Dominica­no, la Seguridad Social y las ARS, están convocadas por la madurez del tiempo para bus­car soluciones armoniosas y satisfactorias a la problemáti­ca planteada, la falta de equi­dad en la remuneración a los responsables de brindar sus servicios profesionales a los derecho habientes, queremos dejar bien establecido que producimos salud a los enfer­mos, y riqueza a los empre­sarios de la salud y la indus­tria farmacéutica, también al gobierno por los pagos de impuesto que derivan de las rentabilidades. El Estado co­mo garante de la salud públi­ca y formuladores de políticas públicas, debe ante el dilema planteado buscar el equilibrio que logre asegurar la sosteni­bilidad de la Seguridad Social de la República Dominicana, sin poner en riesgo los servi­cios que deben recibir los pa­cientes, no es posible que los funcionarios del sector salud y sobre todo de la Seguridad Social continúen observando desde ring side el affaire entre el CMD y las ARS.

El autor es médico Endocri­nólogo y Nutricionista, egresa­do de la Fundación Dr. Jiménez Díaz y Universidad de Madrid. Fue Director Ejecutivo del Pro­grama de Reordenamiento Administrativo y Técnico del IDSS.

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