Busca un riñón para no morir como su madre
Tiene enfermedad renal poliquística, trastorno hereditario que ya les arrebató la vida a su madre Dilcia Alvaro y a su hermano menor.
Por lo menos 912 horas ha pasado Erick Jean Carlos Martínez lidiando con hemodiálisis desde que en diciembre de 2019 fue diagnosticado con enfermedad renal poliquística, trastorno hereditario que ya les arrebató la vida a su madre Dilcia Alvaro y a su hermano menor Michael Rhadamés.
Dilcia perdió la batalla contra la condición renal hace 22 años, y con su partida se llevó la infancia de su hija mayor, Rosandry, que tuvo que asumir un rol superior a su edad para ayudar a su padre, Eliseo Rhadamés, a continuar la crianza de sus dos hermanos cuando estos no alcanzaban ni los 10 años de edad.
Casi una década más tarde, Michael presentaría síntomas que con el tiempo se agravarían y le provocarían una muerte a destiempo por las mismas causas que su madre: sus riñones fallaron.
Sin embargo, con el dolor de la ausencia física de dos de sus seres más queridos, ahora le toca a Erick encarar la misma cruzada para poder alargar sus días de vida.
Fue a los 26 años, justo la edad que tenía Michael cuando falleció, que Erick comenzó a notar el deterioro de su salud, pero su temor por recibir el mismo diagnóstico que su madre y hermano le alejó de los centros de salud.
“Yo tenía miedo de entrar a diálisis porque ya yo había visto dos procesos y entonces tenía miedo de someterme a eso. Yo pensé: se me acabó la vida aquí”, manifestó el joven de 31 años.
Asimismo, Erick expresó que mientras hacía el sacrificio de generar las fuerzas de donde fuera para seguir trabajando y así aportar económicamente a su familia, ya sus compañeros le recalcaban lo deteriorado de su apariencia.
“Yo estando en el trabajo me decían ve al médico, yo no quería ir. La gente me veía que yo estaba amarillito, todo lo que comía lo vomitaba; hasta el agua”, señaló.
Aunque el miedo a la posibilidad de recibir diálisis como sus familiares y su fobia por las agujas era una barrera que no podía traspasar, la noche del 2 de diciembre de 2019 cambió su vida cuando hizo una crisis en la que el solo respirar le producía un dolor insostenible que se sumaba a otros malestares.
Esa noche fue ingresado en la Plaza de la Salud por tres días y a partir de ahí iniciaría el tratamiento que le exige recibir tres diálisis por semana, medicación constante, comer de a poco y solo ingerir aproximadamente 800 mililitros de cualquier líquido en el día.
En busca de un riñón Las cuatro horas que tarda el proceso médico renal le han servido para cultivar amistades con otros afectados de salud y hasta considerarlos su familia.
Pero justo el pasado martes Erick recibió su terapia angustiado por la ausencia de uno de sus compañeros de sala y al salir confirmó que ya no le volvería a ver, pues había fallecido por falla renal.
Esto aceleró la campaña que han iniciado sus allegados para reunir un millón de pesos y así realizarle un trasplante de riñón, ya que la diálisis es insuficiente para tener una calidad de vida que le permita volver a trabajar y aligerar las cargas económicas de su familia.
Para la intervención quirúrgica, para la cual ya tiene donador, Erick necesita el millón de pesos que aunque “suena mucho, muchos aportando de a poco” pueden transformar su vida.
CRONO Angustia. El pasado martes Erick recibió su terapia angustiado por la ausencia de uno de sus compañeros de sala y al salir confirmó que había fallecido por falla renal.
Campaña. Esto aceleró la campaña que han iniciado para recaudar un millón de pesos que requiere para un trasplante.
Campaña. Para aportes pueden contactarle al teléfono 829-331-9041 o hacerlo a través de las cuentas bancarias del Banreservas 3470002257 o el Banco Popular 822445052.