La República

Enfoque

Reforma Fiscal: nube negra en el cielo azul de Abinader

Ángel LockwardSanto Domingo, RD

La Administración Abinader ha anun­ciado una Reforma Fiscal para ser apli­cada al año próxi­mo, esto implica, independiente de las palabras, que en el fon­do algo de las finanzas públi­cas, no anda bien, lo que desde luego es normal tras tan largo periodo de pandemia, cuyo dé­ficit fue financiado con dos emi­siones de deuda pública exter­na ascendente, la primera por USD$ 2,500 millones y la se­gunda a USD$ 3,800 millones: Las deudas en algún momento se pagan.

Este año de inicio hacia la re­cuperación el Gobierno ha esta­do informando buenos números en las recaudaciones y, desde hace nueve meses, afirma haber reducido el gasto y mejorado su calidad, por lo que sin el costo de los subsidios a las familias ce­sadas de sus trabajos, el año que viene puede tener dificultades para justificar alto tan obvio co­mo su necesidad de más dinero ¿Es para aumentar las inversio­nes, pagar las deudas o ampliar las inversiones en infraestructu­ra o sociales?

Siempre se dice que cualquier Reforma Fiscal debe gravar a los que más tienen, algo que siem­pre ha sido así, pues los pobres casi no tributan: Tributan muy poco en forma indirecta o regu­larmente sus rentas están exen­tas ¿De dónde pues buscaré el Gobierno más recursos?

Podría aumentar el ITEBIS, que ya es excesivo o ampliar la base incluyendo otros artícu­los como insinuó el Presidente este jueves: Pero ponérselo a la comida –gran parte exenta- por ejemplo, sería poco reco­mendable. Ya los precios han subido sin reforma y con el dó­lar estable.

Leonel Fernández se había adelantado considerándolo po­co prudente –en atención a la situación deprimida de la eco­nomía- y no hay que esperar menos de Medina cuyos votos harían falta en el Congreso Na­cional para aprobar cualquier Reforma Fiscal conforme al artí­culo 112 de la Constitución.

La economía dominicana ha salido mejor parada que la ma­yoría del continente en medio­de la crisis creada por el Covid 19, no tenemos desajuste en nuestra balanza de pagos, por las emisiones de bonos tenemos buenas reservas y el país luce fi­nancieramente tranquilo con una tasa de cambio estable y ba­jas tasas de interés: Nos amena­za el peso de la deuda externa que ya superó el 69.2% del PIB.

Ahora, el cuco no es el FMI que en 1984 casi se lleva al Presiden­te Salvador Jorge Blanco, sino que los mercados declaren nues­tros bonos “basura”, como suce­dió con los de Colombia: Allí, la Reforma Fiscal para el pago de la deuda -menor que la nuestra-, fue pretexto para la desobediencia ci­vil: A pesar de tener instituciones fuertes, oro, petróleo, gas y mucho carbón.

Los programas de ajuste del FMI con apoyo del Banco Mundial o del BID, no son cosas del pasado pero trascienden poco debido a que los países buscan sus capitales en los mercados, muchas veces sin ajustes fuertes… pero si estos se ponen ner­viosos, viene el desastre.

Muchos, podrían pensar que para reactivar lo mejor es poner dinero en manos de la gente, co­mo en cierta forma se ha estado haciendo con el Turismo, a los fi­nes de que por el consumo –por­que la inversión tardará- contribu­yan a reactivar la economía más rápidamente: Los impuestos son contrarios a ese objeto.

Hace unos meses el Gobierno amagó enviando un impuesto al Congreso Nacional y todos recor­damos el rechazo general. Hubo de ser retirado.

Se tiende a creer que los im­puestos son una cuestión técnica, financiero-económica y, nunca lo han sido, son una cuestión políti­ca, sino pregúntale a la historia y encontrará en ella el surgimiento de Estados Unidos, nación que por unos impuestos rompió con el Rei­no Unido.

Veo en el Gobierno quienes – desde hace meses - anuncian la Reforma Fiscal, pero no logro identificar quien la defenderá efi­cazmente: El PRM es un órgano legal electoral, pero está lejos de ser una institución política y, para peor, tiene a los mejores voceros –provenientes del PRD– bravitos y en el Gobierno, si algo escasea es el tino político.

Puede ser el momento que es­tén esperando la Fuerza del Pue­blo para crecer y el PLD para desmarcarse del tema de la co­rrupción que los mantiene arrin­conados.

A fin de cuentas no hay figuras del PLD en el estrado, sino mili­tares y parientes de Medina… en poco tiempo, aunque por carecer de una figura electoralmente via­ble no sea amenaza al poder, su estructura se hará sentir y, aguijo­neados como están, crear las con­diciones para Leonel en el 2024 como Leonel creó las de Luis en el 2020: Como decía Profesor… el odio une más que el amor.

Hay pérdida de apoyo entre co­laboradores de la campaña de Abi­nader –por el desaire– de que en nueve meses no recibieron ni un apretón de manos o un abrazo, la recuperación de votos prestados de Leonel y el intento de “sacarle dinero de los bolsillos a la gente” con más impuestos, puede zafar­se la espoleta de la granada social que coloque a la defensiva al Pre­sidente de la República: Cautela sería la palabra clave, pues el hor­no no está para galletitas.

Tags relacionados