Guerreras sobre Ruedas
Perdieron sus piernas, pero no el deseo de triunfar
El sudor de la victoria en la cancha de la vida
Nada es imposible cuando la vida nos pone en una encrucijada y la determinación de seguir viviendo es más fuerte que cualquier limitación. Así lo demuestran las Guerreras sobre Ruedas, un grupo de baloncesto y futbol de mujeres con discapacidad, pioneras de esta práctica deportiva en condiciones especiales tanto en República Dominicana como en el Caribe.
Llegaron al Listín Diario en una comisión de cinco chicas, dos en sillas de ruedas y tres con sus muletas y bastones especiales, dispuestas a compartir con el director, Miguel Franjul, sus historias, sus dificultades, sus formas de practicar los deportes, sus propósitos y con qué apoyo han logrado sostenerse hasta el momento.
Alejandra Menéndez, Meralis González, Yamilka Eusebio, Saniela Rodríguez y Yanilda de la Paz son una representación de casi 50 chicas que integran los equipos deportivos de la Fundación Guerreras sobre Ruedas, una organización que crearon ellas mismas para practicar deporte y apoyarse mutuamente.
Yamilka, quien desde hace cuatro años perdió sus piernas por una grave enfermedad, explicó al director del Listín que la fundación surgió en septiembre del 2017, a raíz de que las mujeres con discapacidad no practicaban ningún deporte y por iniciativa de un grupo de chicas con limitaciones físicas que en la actualidad luchan por mantenerse pese al poco apoyo que reciben.
“Nosotras somos un equipo que practica baloncesto. Al principio empezamos con ocho mujeres, pero luego se fueron integrando más y alcanzamos a ser 47 chicas, ya algunas se fueron del país. Fuimos el primer equipo de baloncesto de chicas con discapacidad en República Dominicana”, refiere Yamilka, una joven madre que asume la discapacidad como una nueva oportunidad de probar su talento.
Detalla que luego de esa iniciativa y por las dificultades económicas de las mujeres para trasladarse se crearon otros dos equipos de baloncesto de mujeres con discapacidad en San Cristóbal y Santiago, y agregó que han tenido encuentros de competencia o “fogueo” con Haití.
¿Por qué el baloncesto y no otra disciplina? Preguntó Franjul a Yamilka, a lo que respondió “porque teníamos más facilidades para encontrar quien nos entrene”. Dan gracias que tienen un entrenador que de manera voluntaria las ayuda con las prácticas y cuentan que cuando han querido incursionar en otro deporte, como el voleibol, no han encontrado apoyo.
Aunque no reciben apoyo económico del Ministerio de Deportes, explica que el equipo realiza sus prácticas dos veces a la semana en el Centro Olímpico y al principio el Consejo Nacional de Discapacidad (Conadis), les prestaba las sillas para las prácticas, que son especiales para jugar baloncesto, muy costosas y que no pueden comprar.
Agrega que, también en principio, Conadis les ayudaba con recursos para el transporte, pero las cosas se fueron complicando y ahora son ellas mismas, con su dinero, quienes asumen los gastos para poder mantener el equipo, lo que hizo que muchas dejarán de asistir.
Ante la curiosidad del director, las Guerreras sobre Ruedas explicaron que juegan baloncesto y fútbol siguiendo las reglas de los jugadores normales y agregaron que se integran al juego sin importar el tipo de discapacidad física que tengan. Con el asombro de sus entrevistadores, expusieron que una persona con amputación total de brazos puede ser buen portero en los juegos de fútbol.
“Nosotras tenemos discapacitadas por amputación total o parcial, por problema medular, por polio, por espina bífida, o sea, que casi todas las mujeres con discapacidad pueden participar solo las que tienen problemas degenerativos no pueden”, detalla Yamilka.
La inclusión aún no existe Las Guerreras en Ruedas dejaron claro las dificultades que se presentan para seguir con normalidad con sus vidas, aún con su condición especial de vida. Refieren las dificultades que tienen en temas como transporte, baños, entidades sin rampas y sobre todo la discriminación que reciben a la hora de solicitar empleo.
Señalan que hay taxistas que luego que llegan a recogerlas y las ven en sillas de ruedas, deciden no ofrecerles el servicio. En el tema laboral, indican que a pesar de que se registran avances, a la hora de aplicar para un empleo se les rechaza cuando en la entrevista conocen la discapacidad con que viven. Indican que solo un 4% de ellas tiene empleo.
¿Cómo apoyarlas? “Soñamos con tener un local propio, un minibús especial para poder trasladarnos, porque usted no se imagina lo que pasamos cada vez que nos tenemos que trasladar con las sillas de ruedas, las muletas, también queremos tener una cancha propia donde hacer nuestras prácticas y recursos para poder sostener nuestras actividades”, explicaron las chicas a Franjul.
Precisan que el año pasado aplicaron para obtener fondos del que se destina a las Asociaciones sin Fines de Lucro (ASFL), a través del Ministerio de Economía y que luego de que le informaron que se la había aprobado la subvención, pero con el cambio de gobierno las excluyeron.
Alejandra Menéndez. Hace tres años un infarto cerebral le afectó la médula y le produjo la discapacidad. Es fabricante de productos de belleza y estilista. Tiene ocho años como emprendedora. Produce dos lineas de belleza y ofrece servicios a domicilio. En la pandemia la producción de la fabrica se detuvo y el domicilo, esto la llevó a vender sus productos en las redes.
Meralis González. Tres tumores óseos fueron el inicio de su condición de salud, pero una bacteria fue la que provocó la amputación de su pierna derecha. Antes de su discapacidad era maestra de niños especiales (autistas, sordos y otros). Ahora se dedica a la decoración de eventos y tiene un pequeño taller para elaborar. Su hijo Maxwel de 6 años la acompañó en la entrevista.
Yamilka Eusebio. Es recepcionista del despacho del ministro de Educación. Sus piernas fueron amputadas fruto de una vasculitis. Antes de esto, era ejecutiva de ventas de una empresa de cosmeticos. Tiene una hija de ocho años y dice que lo más dificil luego de la amputación fue explicarselo a su niña, que en en ese momento tenía cuatro años.
Saniela Rodríguez. Con apenas nueve años fue victima de un desalmado que la atropelló junto a su hermano y un primo y no conforme dio reversa a su jeepena, le pasó por encima cercenado su pierna derecha. Su historia sonó mucho en la prensa. Ahora estudia psicología y hace un curso de diseño de moda. Tiene un canal de Youtube.
Yanilda de la Paz. Tuvo un accidente de motor en 1998, un camión de basura la chocó camino a donde su suegra, la persona con quien iba falleció. Ocho años despues le amputaron la pierna afectada por una bacteria. Hace 12 años que vive con discapacidad. Es respostera y decoradora de eventos, hizo su página en Instagram. Tiene dos hijas y un nieto.