Enfoque: Política
Las ingenuas asesinas
El hermano del dictador norcoreano Kim Jong-un fue asesinado por Siti Aisyah y Doan Thi Huong. Asaltaron a la víctima en el aeropuerto de Kuala Lumpur y le restregaron una toxina mortal por el rostro. Ellas creían que todo formaba parte de una broma para un programa de televisión.
Nacida en 1992, Siti Aisyah creció en un pequeño pueblo de Indonesia. De niña trabajó en una fábrica clandestina en condiciones de explotación laboral. Pasado un tiempo se casó con el hijo del propietario, con quien tuvo un hijo. Siti tenía 17 años. En 2012 se divorciaron. Siti dejó al pequeño con la familia de su exmarido y emigró a Kuala Lumpur con intención de prosperar. Pero acabó prostituyéndose y en 2017 siendo reclutada por un taxista, John, para lo que ella creía era un programa de bromas en televisión.
Doan fue reclutada de forma más elaborada. Originaria de Vietnam, su padre era campesino. Ella estudió contabilidad en Hanói, pero no encontró empleo como contable y se puso a trabajar de camarera, con el sueño de ser actriz. Llegó a salir brevemente en el programa Vietnam idol.
El 13 de febrero, se reunió con el señor Chang en una cafetería del aeropuerto. Su interlocutor explicó que otra mujer iba a sumarse a la broma del día. Le indicó que apartara la vista un momento y procedió a aplicarle una sustancia oleaginosa en las manos. A continuación señaló a un hombre que se hallaba en el vestíbulo. Kim Jong-nam. Siti fue hacia él y le cubrió la cara con las manos. Un momento después, Doan hizo lo mismo que ella.
Las grabaciones de seguridad muestran que ambas mujeres se dirigieron a los servicios por separado, agitando las manos ligeramente, como si no quisieran tocar nada. La hipótesis es que lo que aplicaron a Kim Jong-nam en la cara era una versión modificada del agente nervioso VX, una versión disgregada en compuestos diferentes que tan solo resultaba efectiva al unirse y mezclarse otra vez. Esto explicaría por qué Siti y Doan sobrevivieron al contacto con el producto químico.
Después del atentado, Siti volvió al Flamingo Hotel para trabajar. La Policía no tardó en detenerla. Doan fue detenida en el aeropuerto al día siguiente, donde el señor Chang la había vuelto a citar para practicar otra broma, aunque él no se presentó.
Siti y Doan desconocían quiénes eran Kim Jong-un y Kim Jong-nam. Eso sí, tanto la una como la otra contaron con abogados de prestigio contratados por sus gobiernos nacionales respectivos, unos letrados que sacaron a relucir multitud de indicios que hablaban de la inocencia de sus clientes. Por ejemplo, millares de mensajes de texto sin la menor indicación de que tuvieran conocimiento del asesinato.
Sin embargo, las cosas no pintaban bien cuando el juicio comenzó, en octubre de 2017. La Fiscalía no estaba interesada en investigar a quienes denominaba «los otros cuatro sospechosos» que habían «adiestrado» a las acusadas.
Fue ese panorama, la posibilidad de que las dos mujeres fuesen condenadas, lo que decidió a los directores del documental para comenzar su producción. Y ellos fueron los primeros sorprendidos por cómo se desarrolló el juicio. «Ni por asomo sospechábamos lo que iba a pasar. Nos quedamos con la boca abierta», explica White, el director de la película.
Una vez formulado el alegato de la Fiscalía, el juez tenía dos opciones: absolver a las acusadas o escuchar los argumentos de la defensa. Sus comentarios sobre el caso venían a indicar que personalmente las consideraba culpables de asesinato. «Es un juez muy respetado», dice White. «Pero el caso tenía una clara vertiente política. Lo sucedido en suelo nacional suponía una humillación para el Gobierno malayo. No podían dejar que un asesinato político cometido en un aeropuerto bajo su jurisdicción quedara impune»..
El juez optó por escuchar a las defensas, pero la vista se fue prolongando, con varios aplazamientos. Por fin iba a reanudarse a comienzos de 2019. Y, de repente y sin previo aviso, la Fiscalía pidió que fueran retirados los cargos contra Siti Aisyah.
No dieron ninguna explicación. Siti fue puesta en libertad y no tardó en estar a bordo de un avión con rumbo a Yakarta. Por lo visto, el Gobierno de Indonesia había presionado al Ejecutivo malayo para lograr su liberación.
A esas alturas, las mujeres llevaban dos años encarceladas y se habían hecho amigas, eran vecinas de celda. Tras la puesta en libertad de su amiga, Doan se encontró tan sola como traumatizada. Su abogado solicitó el aplazamiento de la vista.
Y, en abril, otra sorpresa: la acusación de asesinato contra Doan fue retirada. El cargo ahora simplemente era de lesiones, del que Doan se declaró culpable. ¿Las razones? Pues también la negociación de su Gobierno, pero Vietnam tiene una estrecha relación con Corea del Norte; por eso, su caso se resolvió más tarde. Doan fue liberada el 3 de mayo de 2019.
Kim Jong-nam vivía exiliado en Macao, pero el régimen controlaba sus pasos… Y había intentado acabar con él un par de veces. No porque constituyera una amenaza efectiva, sino porque se había mostrado públicamente disconforme con el régimen. También se especulaba que fuera un informante de la CIA. Sea como fuere, acabó muerto en 2017 en el aeropuerto de Kuala Lumpur.