Panorama político
Abinader le baja el volumen a la reelección
Con el empeño de que se deje el tema de la reelección para el momento adecuado al menos a dos años de las elecciones de 2024, el presidente Abinader quisiera evitar los ruidos y lo ocurrido con regímenes anteriores que se enfocaron en el tema más que en los nacionales.
La jugada política del gobernante va dirigida a los de su Partido Revolucionario Moderno, PRM, y también a los opositores que no ocultan sus afanes por adelantar una campaña reeleccionista de ellos ahora en medio de la pandemia y sus consecuencias.
El antecesor de Abinader, Danilo Medina, al parecer no está en los aprestos para buscar la repostulación en las elecciones del 2024, si se considera que tiene demasiados temas de los cuales ocuparse y, por de pronto, la reorganización de los cuadros altos y mandos de su partido.
El de Medina, Partido de la liberación Dominicana, PLD, todavía resiente la derrota electoral de su candidato Gonzalo Castillo y tras la salida del poder, el sometimiento de la parentela Medina y la mención de dirigentes y medianos funcionarios en actos de corrupción.
El doctor Leonel Fernández, de la Fuerza del Pueblo, acorazado con su propio cuero como un cachalote, no pone caso de advertencias internas contra sus partidarios, aunque algunos de ellos están sometidos por el caso ODEBRECHT y la compra de aviones Tucano.
La vista del ex presidente en tres ocasiones no se aparta de volver al poder. Lo quiso hacer en las elecciones del pasado año y sigue obsesionado con la idea que alimenta un puñadito de amigos que últimamente está organizando el nuevo partido a nivel nacional.
Se ha preguntado hasta la saciedad por qué la figura de Fernández sería tan atractiva de aquí a tres años en 2024 para que pueda superar, si fuera el caso, un programa reeleccionista de Abinader que si bien no cuenta con los estatutos del PRM, sí con la Constitución.
Fernández, constructor de los túneles y elevados en un extraño afán, quizás sueño de su niñez, de convertir el país en un Nueva York chiquito, al entregar el poder a Medina, recibió críticas por lo que dejó. La República no había curado el mal ancestral de su pobreza.
Cuando hace unas semanas el presidente Abinader visitó San Juan de la Maguana, patria chica del ex presidente Medina, mostró alarma por la miseria que encontró, declaró la provincia “en estado de emergencia debido al estado de pobreza y deterioro de sus recursos”.
Puede esperar La capacidad de espera de Abinader es muy grande y mientras otros tienen que hacer sus esfuerzos y una larga carrera con obstáculos hasta las próximas elecciones, al gobernante en plaza lo ayuda la popularidad, el beneficio de la duda y el permiso constitucional.
Parece que Abinader no quiere alborotos a sabiendas que, como el PLD y la Fuerza del Pueblo, su partido Revolucionario Moderno, PRM, vienen de una matriz, el Partido Revolucionario Dominicano, PRD, que nació y creció en el fragor de ambiciones y luchas. Con su decisión, escrita en un mensaje del jefe de prensa, Daniel García Archibald, Abinader mira de reojo al sector interno que lo podría ver con la imagen deteriorada de aquí a un par de años si los afanes reeleccionistas toman cuerpo y los animan a sacar sus cabezas.
En el sector partidario con cantidad de aspirantes a la Presidencia, quienes han partido al parecer demasiado confiados en que los estatutos del PRM le impedirían a Abinader postularse nuevamente en las elecciones del 2024, ignoran el permiso constitucional del sí.
Se diría que Abinader no tiene ninguna prisa. Parar el tema reelección lo dejaría tranquilo y haría que los llamados “líderes emergentes” de un partido joven, se acomoden a las razones de la espera mientras se consolidan como el líder principal el actual gobernante.
Con 52 años, Abinader tiene ventajas sobre los otros líderes opositores Medina y Leonel en cuanto a juventud, que para el 2024 tendrá 56 años; Medina contará con 73 años y el doctor Fernández 71. Algunos mencionan a Hipólito Mejía, pero tendría 83 años.
Abinader podría creer que para finales del presente año la situación de la Covid-19 estará en un proceso rumbo al control, con buena parte del país vacunado, la economía, el turismo, las empresas industriales de zonas francas en recuperación y el empleo restablecido.
Buenos pronósticos Los pronósticos del Banco Central indican que el crecimiento de la economía terminará este año sobre el 5% y a finales del año que viene unos puntos más. En eso coincide el Fondo Monetario Internacional, FMI y el Banco Mundial, BM, en recientes informes.
Con las remesas que envían los dominicanos en el exterior en alza, los turistas procurando cupos para la temporada que solía ser alta desde diciembre hasta la primavera, las construcciones de apartamentos en crecimiento, el gobernador Valdez Albizu está optimista. Abinader se apoya en esos pronósticos pero hace buen trabajo al mostrar una faz indulgente, nada autoritaria ni mandona hasta cuando los desvinculados de puestos públicos o médicos a los cuales no les han pagado liquidaciones o salarios atrasados protestan.
Cuando hace varias semanas un grupo de mujeres que favorecen las tres causales que permitirían el aborto montaron un campamento en las aceras frontales del Palacio Nacional, ante malos consejos de que la Policía las echara, ordenó que las dejaran tranquilas.
Abinader ha visitado más las ciudades del interior que los gobernantes anteriores, si no se cuentan las llamadas “visitas sorpresas” que hacía semanalmente el ex presidente Medina y que alguien sugirió hace días investigar bajo el alegato de que su presupuesto era enorme.
Al presidente le llegan buenas noticias de que las exportaciones han tenido récords respecta al año anterior pese a la pandemia. Un ruido que cesó fue la designación por el Senado del presidente y los cuatro miembros de la Cámara de Cuentas.
Hoy Abinader sale en su primer vuelo transatlántico para una visita al Rey Felipe VI, de España y citas con el presidente del país, Pedro Sánchez y los ex presidentes, José María Aznar y Felipe González. Desde Madrid volará al Principado de Andorra para participar en la XVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobiernos.