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“Se quemaron mis cuadernillos de la escuela y mi bicicleta”: niño afectado por incendio en San Carlos

Fotos: Shaddai Eves/LD

Fotos: Shaddai Eves/LD

Eran las 2:00 de la tarde del sábado. Un niño de una de las familias de la cuartería en la calle Abreu número 74 (sector San Carlos), fue quien le dio el aviso a Jennifer Matías de que se estaba incendiando la zona: ¡Vecina, corra que se está quemando!, le gritó el infante.

Jennifer cocinaba para sus hijos cuando escuchó la voz de alerta. Ella tenía su sartén en la estufa y pensaba que lo tenía en una mala posición y el humo venía de ahí, sin embargo, cuando observa en su pequeña cocina que todo está bien y luego se asoma fuera de la casa se da cuenta de que están saliendo llamas de una de las casas que queda justamente en la esquina, diagonal a la de ella, en el patio.

“Me fijo que salían de la casa las llamas y mucho humo (...), entonces apague el tanque de gas, saco huyendo a todos mis niños. Cuando venimos después de sacar a los niños a sacar algo no se pudo, porque se inundó todo esto aquí de humo. Lo perdí todo”, narra Jennifer de 32 años.

Jennifer, quien reside con sus 6 niños de trece, doce, ocho, seis, tres y un año, actualmente labora en una fábrica de agua limpiando y su esposo es motoconchista.

En medio de la tragedia, al ver que sus materiales y equipos se fundieron en el incendio, Alfonso Soriano, uno de los hijos mayores de Jennifer, decía una y otra vez a la prensa: “Mira, se quemaron mis cuadernillos de la escuela de yo estudiar y mi bicicleta, mira mi bicicleta”.

El niño tiene 12 años y cursa el sexto grado de primaria.

La prensa le pregunta ¿te gusta estudiar? Y su hermana, Esperanza Puello Matías, de 6 años y que está en preprimario lo secunda y dice: “Sí, a nosotros nos encanta”.

Su madre reaccionó a esto diciendo: “Los tengo a los cuatro en la escuela, soy una mujer pobre pero me preocupo porque mis hijos estudien y tengan por lo menos una educación. Necesito que él me estudie, me siga estudiando”.

Alfonso insistió a reporteros de este medio diciendo que le dieran devuelta su bicicleta y sus materiales para el estudiar con una tableta.

Panorama del domingo

En la cuartería solo se observaba la mañana del domingo un cúmulo de hojas de zinc, los esprines de los colchones calcinados y las cenizas del resultado del siniestro que dejó 21 viviendas quemadas.

De las 21 piezas, 11 de ellas quedaron completamente destruidas, dejando a los inquilinos a la intemperie. Otras 10 resultaron afectadas producto de las llamas. Los diez miembros de las familias que perdieron su vivienda a causa del siniestro fueron identificados como Job Echavarria, William Alberto Abreu, Jenifer Matías, Marcos Martínez Suero, Yohanca Altagracia Santana, Carolin Altagracia Suero, Abraham Romero, William Reyes Medina y Porfirio Batista.

“Muchos durmieron en casa de otros familias, otras aquí en la casa de los mismos vecinos, uno en la sala, otro en el cuarto, otro en la cocina, como se pudo. Lo único que no se quemó fueron las biblias”, resaltó Eugenio Carmona.

De igual forma, William Alberto, de 18 años, quien residía solo en una de las casas resaltó que amaneció en la casa de una de las vecinas de la parte delantera.

En el momento en que se produjo el hecho se encontraba en su trabajo y cuenta que desde allá vio un fuerte humo salir cerca de allí, lo que lo llevo por curiosidad a ir al lugar donde ocurría el hecho. Efectivamente, sin saberlo, sucedía donde estaba residiendo.

“Vi el humo y dije déjame chequear, porque podía ser en el callejón y cuando vi que era aquí, vine preocupado ni siquiera por la casa, sino por la hermana mía que vive aquí y mi sobrina que tiene un año”, contó William Alberto.

Según los relatos de residentes a reporteros de este diario, el fuego se produjo supuestamente por un cortocircuito cuando un camión en la calle Abreu cerca de “Las 5 esquinas”, se llevara a su paso el tendido eléctrico que alimentaba los cuartos.

“A mi papá Porfirio Batista, ni Félix Sánchez le ganaba corriendo”, contaba Óscar Guilamo Rocha, hijo uno de los longevos que viven en el lugar, de 77 años.

Daniela Matías también expresó que salió desnuda a la calle cuando sintió las llamas penetrar su vivienda.

“Yo salí encuera, fue mi hermana que me prestó una ropa afuera después. Pude sacar a mi hijo”, narra.

Más de cinco camiones del cuerpo de bomberos en Santo Domingo socorrieron a los moradores del lugar.

De acuerdo con Miguel Ramos, uno de los que ayudo a recoger a sus vecinos las pocas pertenencias que pudieron sacar debajo del fuego, si los bomberos no llegan “se va todo”. El fuego impacto únicamente la parte trasera.

“Ahí hay gente que solo se quedaron con lo que tenían puesto”, agrega Ramos.

“Yo llegué al momento en el que el fuego estaba muy alterado, no se pudo hacer nada, la suerte fue que nadie resulto herido ni hubo pérdidas”, fueron las palabras de Fernando Jiménez García, dueño de una de las casas que se redujo a cenizas.

En la cuartería habitan pintores, desabolladores, comerciantes que trabajan en el mercado, personal de salud, transportistas y otros.

Magalis Padilla, presidenta de la Junta de Vecinos y del Consejo de Organizaciones Comunitarias Villa San Carlos pidió a las autoridades ayuda para las familias que quedaron en la calle.