Observatorio Global
La Fuerza del Pueblo: Una alternativa democrática
Al concluir su congreso constitutivo profesor Juan Bosch, la Fuerza del Pueblo emerge como una organización política dotada de sus instrumentos institucionales fundamentales: Declaración de principios, estatutos y normas internas, diseño organizativo y propuestas de políticas públicas nacionales e internacionales.
Asume como referentes históricos el ideario y la obra de Juan Pablo Duarte y los Trinitarios; el arrojo de los líderes de la Restauración, encabezados por Gregorio Luperón; las luchas de los insignes patriotas que se enfrentaron a la ocupación militar extranjera de 1916, simbolizadas por Carlos Daniel y Máximo Cabral, en la batalla de la Barranquita.
De igual manera, la Fuerza del Pueblo enarbola sus banderas en reconocimiento al espíritu de libertad de la Raza Inmortal y el heroísmo de la generación de Manolo Tavárez Justo, contra la dictadura de Trujillo.
Se inclina reverente ante el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó y demás combatientes constitucionalistas que en 1965 se alzaron en armas para defender la Constitución y la soberanía de la República Dominicana.
Para la Fuerza del Pueblo, el pensamiento político del profesor Juan Bosch, su sentido de la ética, sus enseñanzas, su disciplina de trabajo y su amor por el pueblo dominicano, constituyen una fuente de inspiración y una causa de motivación para alcanzar la renovación y los cambios sociales que reclama la sociedad dominicana.
Desde nuestra organización política se reconoce y valora el esfuerzo individual de cada ciudadano por conquistar esas metas, pero partimos de la premisa de que, en verdad, solo el pueblo organizado se constituye en una fuerza histórica responsable, capaz de realizar las grandes transformaciones de la sociedad.
La Fuerza del Pueblo, condena el abuso, la arbitrariedad, la injusticia, la opresión, el atropello, la humillación, el vejamen, la deshonra, la discriminación, la exclusión y cualquier forma de ejercicio autoritario del poder.
Además, combate el hambre, la miseria, la pobreza, la indigencia, la escasez, la penuria, la ignorancia y la falta de cultura.
Al emerger como organización política, la Fuerza del Pueblo se constituye en garante de la independencia, la soberanía y la autodeterminación del pueblo dominicano.
Exige el reconocimiento de la supremacía de la Constitución de la República, del Estado social y democrático de Derecho, el respeto de la dignidad humana y el pleno ejercicio de los derechos fundamentales de nuestros ciudadanos.
Identidad partidaria Luego de muchos años de lucha contra los regímenes tiránicos de la región, la democracia, durante las últimas cuatro décadas, se ha instituido como el sistema político predominante en América Latina y el Caribe.
Dentro de ese sistema, los partidos políticos han desempeñado un rol estelar. Sin embargo, con el paso del tiempo, debido a prácticas antidemocráticas, grupales, clientelares e indecorosas, se ha producido un deterioro y pérdida de su credibilidad.
República Dominicana no es una excepción. A pesar de haber disfrutado, también, durante los últimos cuarenta años de un sistema político democrático estable, con fuertes e influyentes partidos políticos, no es menos cierto que en los últimos tiempos se ha acelerado un proceso de crisis ética, desprestigio y debilitamiento de estas organizaciones.
Frente a eso, surge la Fuerza del Pueblo, que se define como una organización política democrática, participativa, progresista, popular, moderna, plural, abierta, incluyente y solidaria, en la cual estará representada la diversidad de la sociedad dominicana.
En tal virtud, constituye un instrumento político de transformación permanente de la sociedad dominicana, comprometido con la Revolución Democrática Institucional, que promueve, de manera pacífica, bienestar para todos, al tiempo que impulsa al país por senderos de desarrollo sostenible.
Fuerza del Pueblo alberga la ilusión de contribuir a la creación de un régimen político y orden social que asegure igualdad de oportunidades para todos, distribución equitativa de la riqueza y acceso a servicios públicos de calidad.
En fin, una sociedad incluyente, de espíritu solidario, que incentive la equidad de género entre hombres y mujeres, de jóvenes, adultos mayores y personas en condiciones de vulnerabilidad y discapacidad.
La Fuerza del Pueblo se compromete a cumplir con las tareas inconclusas de la sociedad premoderna en la República Dominicana. Por consiguiente, asume como tarea prioritaria, dentro del marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, combatir el hambre, la pobreza y el desempleo.
Realizará sus mayores esfuerzos a los fines de que cada familia pueda disponer de una vivienda digna, acceso a una educación de excelencia, a una salud de calidad, a una seguridad social equitativa, al agua potable, a la energía eléctrica, a servicios modernos de transporte, así como a la preservación del medio ambiente y los recursos naturales.
Pero, la Fuerza del Pueblo también toma en consideración los retos de la sociedad moderna del siglo XXI, y por consiguiente, reconoce la necesidad de avanzar hacia un nuevo paradigma de desarrollo, dentro de la sociedad del conocimiento y la información, fundamentado en el derecho a la conectividad universal de los ciudadanos, haciendo desaparecer la brecha digital.
Dentro de ese marco, incentivarà el emprendimiento, la innovación, la productividad y el fomento de la economía digital.
Progresista Y democrática Al ser una fuerza política progresista, la Fuerza del Pueblo se opone al fundamentalismo de mercado; y por lo tanto, considera que corresponde al Estado desempeñar un rol activo de regulador, supervisor y árbitro del mercado, así como garante de la distribución equitativa de la riqueza y proveedor de servicios públicos de calidad.
Con las diversas crisis que han tenido lugar, a escala global, durante las últimas tres décadas, es más que evidente que el neoliberalismo, como modelo de desarrollo, ha fracasado.
Pero tampoco se trata de volver al keynesianismo de la época post segunda guerra mundial, o a la visión de desarrollo del Estado populista, cuyo ciclo se vio agotado durante la década de los setenta del siglo pasado.
Esto se pone más en evidencia como consecuencia de la crisis sanitaria, económica y social actual generada por la pandemia del Covid-19. Su superación no podrá significar una vuelta a la situación prepandemia. Para entonces, todo habrá cambiado, por lo que se requerirá de nuevas formas de pensamiento político, económico y social, que den lugar a la formulación de políticas públicas. Ahora, por consiguiente, de lo que se trata es de aplicar un nuevo modelo de carácter progresista, construido sobre la base de una nueva ética social, con la participación de todos los sectores de la sociedad, que permita establecer una nueva relación entre Estado y mercado.
En el contexto de esa nueva relación, la Fuerza del Pueblo promueve la transición de una democracia puramente electoral (aún débil institucionalmente), hacia una democracia ciudadana, que tome en consideración la consulta y la iniciativa legislativa popular, la alcaldía barrial, el plebiscito, el referéndum, la revocación del mandato y otras formas de participación directa de la democracia.
Impulsa, asimismo, el desarrollo sostenible, la transición ecológica, la responsabilidad social de los mercados, la solidaridad, la defensa del consumidor y la reducción de la desigualdad social a través de una mayor inclusión.
En fin, a través de las ideas progresistas, la Fuerza del Pueblo aspira a convertirse en una alternativa democrática, que garantice a la sociedad dominicana que aún en medio de la incertidumbre, el desconcierto y la confusión, siempre habrá una sociedad dominicana más democrática, libre, justa, incluyente y solidaria.
Que así sea.