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Con la abuela desarrolló el pensamiento crítico

Saiury CalcañoSanto Domingo, RD

Es millenial, pero él se define como una persona de tradiciones que aprendió de su abuela a tener un pensamiento crítico.

“Parece que yo tuviera 50 o 60 años, pero yo tengo 32 años. En mi época todavía las familias apagaban la televisión y se alejaban para poder hablar, en esas pláticas estaba mi abuela, quien siempre me preguntaba sobre qué me enseñaron ese día en el colegio, y me cuestionaba sobre si esa enseñanza a mi entender era verdad o mentira”.

De esa manera, Agustín Laje, politólogo, periodista y escritor argentino, relata que desde que tenía 15 años es un amante de los debates de temas tan controversiales como lo es el aborto.

“Ella no me impuso ningún argumento, pero mi abuela me ayudó a pensar, a desarrollar un pensamiento crítico y a cuestionar a mi colegio, que en vez de enseñarme, me adoctrinaba en un sistema comunista; esa experiencia me marcó y de ahí en adelante he cuestionado paradigmas en cada escenario donde me encuentro”.

Las tres causales En el país el tema del aborto tiene un historial de luchas entre los diversos sectores de la sociedad con opiniones encontradas. En la última modificación de la Constitución dominicana del año 2010 el tema quedó rezagado, pero desde hace unas semanas está en la agenda pública.

Es en este contexto en que el conferencista internacional visita nuevamente el país como una de las voces del movimiento llamado Pro-vida, grupo de organizaciones de la sociedad civil y religiosas que rechaza las tres causales que proponen interrumpir el embarazo cuando peligra la vida de la madre, cuando el embarazo es producto de una violación o incesto y cuando el feto tiene deformaciones que lo hacen incompatible con la vida.

Laje rechaza las causales, a excepción de la primera donde flexibiliza su opinión y asegura que no debería de haber penalidad para el médico que realiza el aborto cuando la vida de la madre está en peligro.

“Cuando el aborto parece una realidad insuperable, que es cuando la mujer está por morir, entonces hay riesgo de vida de la madre, ahí me parece que no hay que penalizar al médico de ninguna forma”, indicó el experto.

Sin embargo, alega que ya esa situación está contemplada en el Artículo 110 del Código Penal dominicano.

“El Artículo 110 del Código Penal dice expresamente que no será penalizado el médico que incurra en un aborto tratando de salvar a las dos vidas con todos los medios de la medicina y la tecnología que estén disponibles, no importando el momento del embarazo, pero su primera intención es salvar, no matar”, recordó Laje.

“Por ejemplo, una mujer con cáncer necesita aplicarse quimioterapia, bueno el médico no le va a parar el tratamiento, de ninguna forma la va a dejar morir, aquí aplica lo que se llama el doble efecto, es decir, si tengo que salvarle la vida a esta mujer así que le hago su quimioterapia, es decir, yo no tengo la intención de hacer abortar a esa mujer sino de curar a esa mujer o de extenderle la vida, yo le hago su quimioterapia”, puntualiza.

Señala que, a su entender, la gran trampa de las tres causales en todos los países por donde han pasado es que cuando se hable de salud, cualquier tipo de problema, mental, social o físico, termine siendo una causal para la despenalización del aborto.

¿Y las violaciones? Con la segunda causal que se refiere a la violación, asegura que se juega mucho a la sensibilidad y que se necesita enfocar los esfuerzos a políticas públicas eficientes.

“En el caso de una niña violada por un vecino o un familiar y queda embarazada, yo no puedo hacer justicia cometiendo una injusticia más grande, o sea en la violación hay tres partes: quien fue violada (víctima), el violador (victimario) y el producto de ese hecho atroz que es un nuevo ser humano, quien es distinto genéticamente de su padre y de su madre, y que no tiene culpa ni parte en esto”.

Al preguntarle qué hacer con una niña que de por sí ya está traumada, Laje explica que no es que el Estado no haga nada, “el hecho de que se produzca una violación es porque el Estado no ha garantizado la seguridad de esa ciudadana. Entonces qué tiene que hacer el Estado, aprobar políticas públicas y penales realmente graves que puedan controlar los problemas de violación”.

Además, plantea como segunda posible solución trabajar la parte psicológica, y como tercera medida la adopción.

“El Estado también debe de hacer un trabajo de campo sociológico que monitoree las familias disfuncionales donde estos se pueden predecir si hay casos como estos, y retirar a la potencial víctima de inmediato. Si la víctima ya existe y está embarazada el Estado debe aislar a esa víctima del entorno agresor y debe garantizar seguridad física, atención médica, atención psicológica, ayuda económica y la posibilidad de entregarla a una familia que la quiera adoptar”.

Considera que el aborto no es la solución. “Asesinando realmente a la criatura no se resuelve el problema, no creo que sea una política de largo plazo, sino a corto plazo donde la sociedad busca un chivo expiatorio para no meterse con el violador, es decir, estamos discutiendo la pena de muerte de un niño que no acaba de nacer pero no nos animamos a discutir la cadena perpetua o la castración del violador”.