Mascarillas se convierten en fuente de contaminación en las calles, ríos y océanos
Caminar por las calles y ver las mascarillas tiradas en los contenes, aceras y hasta en las áreas verdes que se utilizan para recreación se ha vuelto una normalidad en gran parte del país.
Desde la llegada del coronavirus, hace ya un año, uno de los métodos para evitar la propagación de la enfermedad es el uso obligatorio de mascarilla en lugares públicos y privados, y es desde ese momento que estas son tiradas sin que las autoridades sancionen a quienes lo hacen.
La falta de conciencia ciudadana ha traído como consecuencias que miles de mascarillas estén contaminando el medio ambiente y poniendo en peligro la vida en los océanos, ríos, además a los recolectores de basura y otros ciudadanos.
Las mascarillas al igual que los guantes no son artículos reusables, por lo que inmediatamente la persona la utiliza se debe desechar de la manera correcta para evitar contaminar el medio ambiente.
Las mascarillas quirúrgicas están hechas de un compuesto químico derivado del petróleo o del gas natural, por lo que tardan alrededor de 450 años en descomponerse.
Desde el inicio de la pandemia, millones de mascarillas desechables han sido utilizadas y muchas de ellas han acabado en el mar, como lo evidenció la ONG francesa Opération Mer Propre (Operación Mar Limpio), que regularmente recoge desechos de las aguas de la Riviera Francesa, en el sur de Francia.
Opération Mer Propre (Operación mar limpio, en español) una organización francesa sin ánimo de publicó en su red social Facebook varios videos y fotografías mostrando cómo van apareciendo tanto mascarillas como guantes en el fondo del mar Mediterráneo, contaminando las aguas y los animales del mar.
Los expertos recomiendan cortar las tiras y las mascarillas en pedazos antes de desecharlas, además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pide de colocarlas en fundas plásticas y cerrarlas antes de botarlas para evitar que queden enredadas en la boca de los peces o que otras personas la utilicen nuevamente.
Según un informe publicado en febrero del año pasado por la organización de conservación marina OceansAsia, con sede en Hong Kong, los océanos se inundarán con unos 1.560 millones de máscaras faciales, según un informe.
Esto resultará en 4.680 a 6.240 toneladas métricas adicionales de contaminación plástica marina, dice el informe, titulado "Máscaras en la playa": El impacto de COVID-19 en la contaminación del plástico marino". Estas máscaras tardarán hasta 450 años en romperse, convirtiéndose lentamente en microplásticos y afectando negativamente a la fauna y los ecosistemas marinos.
El informe utilizó una estimación de la producción mundial de 52.000 millones de mascarillas que se fabricarán en 2020, una tasa de pérdida conservadora del 3% y el peso medio de 3 a 4 gramos de una mascarilla facial quirúrgica de polipropileno de un solo uso para llegar a la estimación.