Cardiología llega a 57 años con falta de recursos y poco espacio

Terminar urgente esta edificación para ampliar su capacidad es un anhelo de las autoridades del AIDC. JOSÉ ALBERTO MALDONADO/LD

Terminar urgente esta edificación para ampliar su capacidad es un anhelo de las autoridades del AIDC. JOSÉ ALBERTO MALDONADO/LD

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Doris PantaleónSanto Domingo, RD

La pandemia del Covid -19 no sólo ha impuesto retos a la población, sino tam­bién a los centros de salud especializados, como lo es la Asociación Instituto Do­minicano de Cardiología (AIDC), que desde su naci­miento ha sido un lugar de referencia para pacientes, en su mayoría de escasos recursos de todo el país, con enfermedades cardio­vasculares.

Sus esfuerzos por sal­var la vida de pacientes que presentan problemas complejos del corazón y de aquellos con lesiones me­nos severas, no se han de­tenido, logrando realizar 98 cirugías en medio de la pandemia, apegados a un riguroso protocolo de pro­tección para el paciente y el personal de salud.

No obstante, pese a que no es un centro Covid, el Instituto de Cardiología se vio obligado a realizar transformaciones internas para atender pacientes con el virus que llegan a su área de emergencia, a adquirir equipos de bioseguridad para proteger a sus recur­sos humanos y seguir brin­dando servicios a pacientes en medio de un proceso de construcción de ampliación de su planta física que inició en el 2019 y que actualmen­te está prácticamente para­lizado.

Al igual como ocurrió a nivel nacional, en el Institu­to de Cardiología la presen­cia de pacientes y deman­da de servicios se redujo en más de un 50% durante el 2020 debido al confina­miento, lo que hizo mermar la captación de los recursos económicos indispensables para sobrevivir y mantener a flote sus servicios.

Esto, de acuerdo a lo na­rrado por su directora la doctora Mayra Melo, junto a los doctores Pedro Corniel, subdirector y Ernesto Díaz Álvarez, asesor de Investiga­ción, epidemiología y esta­dísticas del centro, mantie­ne la institución en precarias condiciones económicas.

A esto se suman los sacri­ficios internos hechos por sus propios directivos, que no recibieron salario de Na­vidad y del personal de sa­lud que dejó de recibir sus tradicionales incentivos.

Pese a ello, la institución enfoca sus preocupaciones y esfuerzos en seguir ofertan­do con calidad los servicios a la población que encuentra en el centro respuesta a sus problemas médicos.

Llamado al Gobierno

“Estamos atravesando por las mismas penurias económicas que cuando empezamos co­mo institución”, dice su direc­tora como forma de descri­bir las dificultades por las que atraviesa el establecimiento de salud, ubicado en el sector Los Ríos de la capital.

Sus directivos narraron a Listín Diario los avances, retos y necesidades del Ins­tituto de Cardiología con motivo de arribar hoy al 57 aniversario de su fundación.

Pidieron al presidente de la República, Luis Abinader, apoyarlos, ya que apenas re­ciben una subvención esta­tal de 25 millones de pesos al año y la construcción del edificio de ampliación, pro­metido e iniciado por las an­teriores autoridades, está pa­ralizada, generándoles serias dificultades de espacio y para el acceso de pacientes.

Drástica reducción de servicios

Durante el 2019 el Institu­to de Cardiología realizó 224 procedimientos, de los cuales 197 fueron cirugías mayores o a corazón abier­to, número que de acuerdo a sus directivos no es supe­rado por ningún otro centro de esa naturaleza en el país.

Además, se realizaron 1,323 cateterismos cardia­cos, 32,417 ecocardiogra­mas y se ofrecieron 93,736 consultas, de las cuales 56,414 fueron de cardio­logía, pero el volumen de servicios brindados bajó en más de un 50% durante el 2020 fruto de la pandemia.

La tasa de mortalidad del centro es del 7 al 8%, muy similar a la media interna­cional, afirma el doctor Díaz Álvarez.

“Lo comido por lo servido”

Los doctores Melo, Cor­niel y Díaz Álvarez lamen­tan que pese al servicio que ofrece a la población vulne­rable, esa institución ape­nas recibe una subvención estatal de poco más de dos millones de pesos al mes que sólo le alcanza para cu­brir los servicios de electrici­dad y parte de la telefonía.

Su nómina, detallan, ronda los 14 millones de pesos mensuales que de­ben producirse en el día a día, lo que se ha visto limi­tado. “Es lo comido por lo servido, por eso el instituto no puede crecer”, señaló la doctora Melo.

SEPA MÁS

No se da por vencido

No obstante, los direc­tivos del Instituto de Cardiología dicen que mantener la funcionali­dad del centro, brindan­do servicios oportunos con calidad y calidez, es uno de sus principales retos en este 2021 cuan­do arriba a sus 57 años, aunque para ello necesi­tan mayores recursos y disponibilidad de espa­cio físico.

Ampliación

El proyecto de amplia­ción de la planta física del Instituto de Cardiología inició en el 2014 con una promesa del ex presiden­te Danilo Medina, y la construcción el 18 de fe­brero en el 2019.

Directivos

Sus directivos señalan que su terminación es una necesidad impe­riosa, por lo que piden al presidente de la Re­pública retomar los tra­bajos para que se logre su terminación, que le permitirá duplicar su capacidad de camas de ingresos regulares y de cuidados intensi­vos, mayor capacidad del postquirúrgico y dis­poner de sala de aisla­miento.

Enseñanza

Destacan que, pese a los retos y dificultades, siguen con su progra­ma de enseñanza e in­vestigación. Hasta la fecha 195 cardiólogos han sido formados y egresados del Instituto de Cardiología y más de 40 ecocardiografistas. Además, desarrollan el programa de formación de intensivos post qui­rúgicos y cuidados coro­narios.

Mayra Melo, Pedro Corniel y Ernesto Díaz Álvarez describieron al Listín las precariedades del Instituto de Cardiología.

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