Gobierno

Renuncia encargado de comunicaciones del CEA tras atropellos de familiares del director

El comunicador, quien apenas llevaba tres meses en el cargo, estableció en su carta que sus dos antecesores renunciaron por la misma razón y que aunque necesita el trabajo “sus valores están primero”

Redacción DigitalSanto Domingo, RD

El director de comunicaciones del Consejo Estatal del Azúcar (CEA), Miguel Pichardo, anunció mediante una carta su renuncia inmediata del cargo tras alegar que recibía “presiones y atropellos” por parte de familiares del director general de la entidad gubernamental, César Cedeño.

“Les informo que ya no dirijo Comunicaciones en el CEA, debido a que el pasado martes presenté mi dimisión ante los insoportables atropellos, desconsideraciones e irrespetos de una parte del grupo familiar de César Cedeño que activa allí como si se tratara de un feudo”, expresó Pichardo.

El comunicador, quien apenas llevaba tres meses en el cargo, estableció en su carta que sus dos antecesores renunciaron por la misma razón y que aunque necesita el trabajo “sus valores están primero”.

“Necesito mi trabajo, pero la dignidad y la vergüenza son valores familiares innegociables para mí, por lo que asumo las consecuencias con la fe de que Dios no deja a sus hijos en verguenza. Le reitero mis sinceras gracias”, dijo.

A continuación la carta integra hecha pública por Pichardo:

GRACIAS POR SU VALIOSO APOYO

Le informo que ya no dirijo Comunicaciones en el CEA, debido a que el pasado martes presenté mi dimisión ante los insoportables atropellos, desconsideraciones e irrespetos de una parte del grupo familiar de César Cedeño que activa allí como si se tratara de un feudo. Tras tres meses de gestión con resultados tangibles, gracias a Dios y al valioso apoyo suyo, me he visto compelido a dejar el cargo por las mismas razones que los dos colegas que me antecedieron. Necesito mi trabajo, pero la dignidad y la vergüenza son valores familiares innegociables para mi, por lo que asumo las consecuencias con la fe de que Dios no deja a sus hijos en verguenza. Le reitero mis sinceras gracias.